Evaluar  es fácil, evaluarse es lo complicado. Parecería sencillo como leer un  manual, pero el manual de la vida nunca es explícito, cada uno escribe  su manual de vida.
Siempre exigimos pero nos cuesta  dar. Esperamos comprensión pero jamás la damos. Todo esto forman parte  de un todo interior, de aquello que convive día a día con nosotros,  aquello que solo nosotros sabemos cuan pesado y cansado es llevarlo a  cuestas o cuán placentero y liviano es tenerlo, y sobre todo  compartirlo.
"No fué con mala intención"  es una frase que aparece en muchos problemas y un argumento válido  inclusive ante la justicia terrenal, pero cómo saber qué intensión  realmente tenía tu - yo interior - cuando  realizó alguna acción. Más allá de una simple composición gramatical es  un compromiso personal de comunicar con tus acciones y tu voz, lo que  está en tu corazón.
Resentimiento, orgullo, enojo,  vicios, mentira, son algunas de las maletas que cargamos día a día y nos  cuesta dejarlas. Dios nos dice "Vengan a mi todos  los que están cansados y agobiados  y yo les daré descanso.  Dios no está continuamente recordándonos  nuestros errores, al contrario, la  Biblia dice que “arroja al fondo del  mar todos nuestros pecados”.
Nadie te recordará por tus  pensamientos secretos, por tus buenas intenciones, por aquello que  pensaste hacer. Entrega tu vida a Dios y verás como te liberas de tu  cargas, tu interior se vuelve puro y el testimonio de tu vida, serán tus  buenas intensiones trasformadas en buenas acciones.
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