La vitalidad va en bicicleta
Ayer me tocó caminar para buscar mi bicicleta. Las caminatas siempre regalan algo. La vi pasar por primera vez por avenida Irarrázaval, llevaba la cámara guardada en el bolso y me lamenté por no haberme hecho caso de sacarla un par de cuadras antes. Pasó esta señora montando su bici por esta concurrida avenida. Me emocionó verla.
No es una imagen frecuente en una ciudad como Santiago de Chile. Ver una persona mayor pedaleando por la calle parece ser un lujo de ciudades y pueblos pequeños o de esas urbes europeas que a veces tanto admiramos. Esto estaba pasando en pleno Santiago. Decidí seguirla, no podía dejar la oportunidad de capturar ese momento. La vi mas allá conversando con el dependiente de una tienda de telas y para suerte mía se devolvió. Cruzó caminando con su bici la avenida y luego se montó en ella para retornar. Me regaló tiempo, me regaló su presencia y mostró su vitalidad.
Buscaba sinónimos de adulto mayor. Me encontré con palabras cuyas definiciones son menoscabadoras, hablan de final, de deterioro, desgaste… Cuesta encontrar una definición que hable de maduréz al mismo tiempo que experiencia, avanzada edad y vitalidad. Y eso erá! vitalidad, nada mas y nada menos para describir esta escena. Vitalidad que va en bicicleta y con la experiencia de los años vividos nos da a muchos, el ejemplo, nos hace callar para escuchar con respeto la voz de los mas “viejos”, los experimentados.
Tenía el pedalear pausado, despacio. No se dejaba amedrentar ni intimidar por la velocidad. Ella con personaldad y seguridad, mantenía su ritmo, ese andar pausado, sin prisa, que te hace tener mas tiempo para observar y por que no, para vivir.
Muévete en bici hoy, será un buen día.
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