¡La edad no es un obstáculo, si de placer se trata!
Neurólogo-Psiquiatra
Sexo después de los 60
Un reciente estudio reveló que, contra todo prejuicio, los adultos mayores están teniendo una vida sexual activa. El mismo estudio indica que a mayor frecuencia, mejor salud
Los científicos que estudian la actitud sexual y tratan de establecer un número aproximado de relaciones sexuales con relación a la edad, coinciden en que entre los 16 y los 25 años existe la máxima frecuencia de relaciones sexuales. Pasada esa edad, cada persona tiene un esquema diferente e individual de comportamiento y frecuencia sexual; este comportamiento está influenciado directamente por factores educacionales, sociales y morales.
Cuando un hombre o una mujer establecen su tipo de conducta sexual y llegan con esta a la edad madura o se encuentran cerca de la vejez sufren una presión social negativa, pues muchísimas personas le califican de viejo y le quitan todo derecho de ejercer la gran mayoría de funciones y especialmente las sexuales.
Comúnmente la gente piense que si superas la barrera de los 60, tenés que olvidarte del sexo y vivir los últimos años tratando de compartir otros placeres con tu pareja. Pero una reciente encuesta hecha en los Estados Unidos arroja por tierra estas creencias y saca a la luz resultados que han sorprendido.
La investigación fue realizada por reconocidos científicos y publicada en el New England Journal of Medicine, y termina con la idea de que la búsqueda de placer físico solamente es de jóvenes.
Para este estudio, investigadores del Proyecto nacional de vida social, salud y envejecimiento, Nshap, de la Universidad de Chicago entrevistaron en sus hogares a 3,005 adultos estadounidenses (1,550 mujeres y 1,455 hombres).
Se trata de la primera encuesta nacional completa de actitudes, conductas y problemas sexuales de los adultos estadounidenses mayores de 57 años, la cual revela que a esa edad muchos continúan teniendo relaciones sexuales con frecuencia. De hecho, la periodicidad de la actividad sexual disminuyó solo ligeramente entre los 50 y los 60.
Numeritos hablan
Algunos de los resultados que se conocieron, revelan otra realidad a la hora de hacer el amor en adultos mayores. Más de la mitad de las personas del grupo de mayor edad, entre los 75 y los 85 que se encontraban sexualmente activos, informó tener relaciones sexuales al menos dos o tres veces al mes, mientras que el 23% informó tener relaciones sexuales al menos una vez a la semana.
Se observó, además, que la disminución del deseo sexual y de las relaciones obedecía más a los problemas de salud o a la falta de un compañero, especialmente en el caso de las mujeres.
El estudio también señala que la prevalencia de la actividad sexual sí disminuye con la edad. Según los datos de la encuesta el 73% de los encuestados entre los 57 y los 64 años informó sobre la actividad sexual el 53% de los que tenían entre 64 y 74 y el 26% de los que tenían entre 75 y 85.
Otro dato arroja que las mujeres son sexualmente menos activas, contrario a los hombres, que según la encuesta son sexualmente activos en los diferentes grupos de edades. Más de las tres cuartas partes (el 78%) de los hombres entre 75 y 85 tenían cónyuge u otra relación íntima, mientras que solo 40% de las mujeres de ese grupo de edad tenían pareja.
También se encontró que las mujeres califican el sexo como “algo sin importancia” (el 35% de las mujeres frente al 13% de los hombres).
La encuesta revela que “Los hombres en general son más propensos a tener parejas a una edad avanzada y son más propensos a ser sexualmente activos con sus parejas”.
Inconvenientes a superar
Se refleja en la investigación que la mitad de los hombres y las mujeres que eran sexualmente activos, informó sobre problemas sexuales. El más prevalente entre las mujeres era el poco deseo sexual (experimentado por el 43% de las encuestadas), resequedad vaginal (el 39%) e incapacidad para llegar al orgasmo (el 34%). El problema más comúnmente reportado por los hombres fue la disfunción eréctil (el 37%).
El 14% de los hombres informó que usaba medicamentos o complementos para ayudar a mejorar su función sexual.
El número de hombres y mujeres que afirmaron que su salud era mala, corresponde con igual cantidad de los que son menos propensos a ser sexualmente activos.
La edad avanzada es realmente diferente para hombres y mujeres. Los hombres tienden a estar casados hasta la muerte y las mujeres tienden a pasar sus últimos años como viudas. Además, los hombres tienden a tener parejas más jóvenes y las mujeres parejas más viejas, lo que se traduce en menos oportunidades de intimidad sexual para las mujeres.
La gran mayoría de los encuestados afirmó que el coito vaginal siempre es parte de la conducta sexual, lo que disminuye ligeramente a medida que las personas envejecen con más caricias y besos como la actividad primaria.
Cada vez es más satisfactorio encontrarse en la consulta con personas en la séptima década de la vida que refieren que mantienen una estupenda vida sexual con su pareja y dentro de un marco de ternura y amor; desafortunadamente, se ven obligadas a no comentarlo pues tienen miedo de caer en el ridículo de las críticas sociales que hacen referencia a prejuicios sobre “viejos que no deberían andar en esas cosas”.
Tener relaciones sexuales con regularidad es un signo de salud y vigor, sin que sean importantes las cifras en frecuencia.
Cuando envejecemos se dan cambios fisiológicos importantes en nuestro cuerpo, pero estos no tienen que ser todos negativos para disfrutar del sexo en la tercera edad. Al necesitar más tiempo para tener una erección por parte del hombre y para la lubricación en el caso de la mujer, se puede disfrutar más de los preliminares y de los besos, caricias y del contacto íntimo. El sexo no es solo la penetración ni el ir desbocados por el orgasmo, menos en el sexo a la tercera edad.
Adiós preocupaciones en la cama
Por otro lado, los hombres que tuvieron problemas de eyaculación precoz dejarán de tener ese problema. Ahora hay más espacio y tiempo para la fantasía y la imaginación.
Hay algo en lo que pocas veces pensamos y es que la sexualidad está muy vinculada a la autoimagen, además de la pareja y esto influye mucho en el deseo sexual en la tercera edad. Es decir, que uno mismo tiene que estar conforme con los cambios que va sufriendo el cuerpo y seguir siendo capaz de sentirse deseable y atractivo.
Si no, por muy bien que siga estando fisiológicamente, su deseo sexual estará bajo mínimos. En otro asunto hay que seguir encontrando atractiva a la pareja o saber buscar nuevas formas de percibir la relación sexual con ella. Este es un aspecto fundamental y un trabajo de ambos.
El deseo sexual no termina con la llegada de la tercera o cuarta o quinta edad, ni debemos mirar con terror el paso de los años, ni sentir miedo por la disfunción eréctil, problema que además hoy tiene solución. El sexo tampoco debe concentrarse solo en la penetración, trata de llegar a esta edad con alegría y calidad de vida y disfruta de ella
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