Algunos de ellos sí lo logran, y en gran medida; otros, por el  contrario, generan nuevas máscaras. También los estudios sociológicos  han asignado prioridades al tema y que varían en las distintas  sociedades y épocas a la par de alimentación, vivienda, salud y  transportes. También hay abuso de los mayores como discriminación por  edad en los ambientes laborales. Hay una consideración también respecto  al "estar activo" y a las aficiones pensadas con un diseño universal,  que sustituyen a los trabajos en los mayores y que también pueden ser  proyectadas desde muchos años antes, por ejemplo : la lectura como  recurso y como afición, que si no ha sido ya utilizada en la juventud y  edad adulta, difícilmente será utilizada mucho después. Priman los temas  vitales y no quieren que estén ausentes tampoco los propios de su grupo  social de personas mayores, como cultura diferente e igualmente con una  diferente actitud a lo que es nivel de vida. Es muy sensible al puesto  en la nueva sociedad de los mayores por la pérdida de la familia extensa  y el advenimiento de la familia nuclear o sólo de pareja, con pocos  hijos. Lo es también su capacidad de maniobra por el aumento de rentas y  consecuente independencia de los futuros 'mayores', por el aumento de  la clase media.

Cuando alguien, refiriéndose a una persona mayor, dice: "qué  bien, qué joven está", implícitamente está afirmando que lo bueno, en  realidad, es ser joven. Lo demás son apaños. Está manifestando que lo  que se aprecia socialmente es la juventud, y que ser viejo no es un  valor, sino casi un defecto. Otra frase reveladora: "En mis tiempos¿",  da a entender que su oportunidad, su sitio, ya han pasado: que no hay un  hueco relevante para los ancianos. Poco a poco, se va asentando la  presunción, cuando no la convicción, de no pertenecer a esta época. Así,  la persona mayor se siente excluida y cada día confirma que va  perdiendo relevancia social.
Pero ser viejo tiene sus cosas positivas. Sin ir más lejos, sentirse protagonista de su propia 
evolución  como persona y, más que nunca, un importante miembro de la comunidad a  la que pertenece. La sociedad, no lo neguemos (¿cuántas películas de TV o  cine, anuncios, o pases de modelos tienen por protagonistas principales  a personas mayores?) discrimina a los viejos, pero éstos también tienen  alguna responsabilidad en tanto que, a veces inconscientemente,  participan activamente ("eso es cosa de jóvenes, que decidan ellos") en  este proceso de segregación y desconsideración de los mayores.
evolución  como persona y, más que nunca, un importante miembro de la comunidad a  la que pertenece. La sociedad, no lo neguemos (¿cuántas películas de TV o  cine, anuncios, o pases de modelos tienen por protagonistas principales  a personas mayores?) discrimina a los viejos, pero éstos también tienen  alguna responsabilidad en tanto que, a veces inconscientemente,  participan activamente ("eso es cosa de jóvenes, que decidan ellos") en  este proceso de segregación y desconsideración de los mayores.Hasta hace poco los esfuerzos se centraban en salvar vidas y en  prolongar la vida... Poco a poco la falta de ocupación del tiempo libre,  la lucha contra la discapacidad propia del accionar del paso del tiempo  sobre nuestros cuerpos y la necesidad de recibir ayuda para las  actividades de la vida diaría, se están trasnformando en la preocupación  de los envejecientes y sus familias.
El llegar a viejos confirma, desde lo biológico, que fuimos  dueños de la salud..."Solo llegan a viejos los más aptos"...Ahora de  viejos, con los achaques propios de la edad... ¿Quién cuidará de  nosotros?
Durante años hemos formado "sanadores", es hora de empezar a formar "cuidadores".
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