INFLUENCIA DEL PASADO
Lo ocurrido en el pasado, bueno o malo, forma   parte de muchas actitudes en el presente; Fericgla considera el pasado de   cada individuo como "la variable que actúa sobre las relaciones   sociales" (1992:165). El pasado es uno de los condicionantes relevantes   que intervienen en el establecimiento de relaciones sociales entre los   ancianos.
"Yo creo que ninguno de ellos vivió lo que yo viví   en el pasado y por eso se muestran tan alegres. En ocasiones lo que me da   rabia es que no saben lo que me pasa y me piden que me integre sin saber lo   que le pasa a uno cuando trata de vivir en un núcleo social que no sea el   familiar. En esto hay desengaños, traiciones, envidias y tantas otras cosas   que es mejor estar solos, por eso no busco estar muy apegada al grupo o a   alguna persona en particular ya que al final resultan pagándole mal a   uno". Mujer integrante del grupo de baile. RECREARMONÍA   
El pasado no sólo condiciona el comportamiento   del anciano, sino que también hace que el viejo se relacione con cierta   confianza o desconfianza ante sus compañeros de grupo. Por ejemplo, si el   anciano tuvo una experiencia de desengaño en el pasado, puede ser que este se   comporte ante los demás con cierta desconfianza por lo ocurrido   anteriormente. Esta clase de situaciones ocasiona en los ancianos, a   permanecer en un estado de alerta en su relación con los demás. 
La red de relaciones está muy determinada por la   vida anterior de cada individuo, al margen de factores socioculturales de   indiscutible importancia antropológica. Muchas veces, los problemas   manifestados en el reajuste de las relaciones sociales de las personas   mayores no son más que variaciones agravadas de sus dificultades durante la   vida pasada Fericgla (1992).
Por tanto, el éxito o fracaso de la nueva red de   relaciones está condicionada, en gran parte, por lo vivido en la vida   anterior de cada individuo; el anciano vive un presente condicionado por su   pasado. "Sí alguien se me acercaba yo trataba de rechazarlo, tal vez   porque crecí sola y además viví una experiencia muy amarga y entonces soy muy   desconfiada y a raíz de esto, de muy mal genio; los del grupo dicen que hasta   antipática soy". Mujer integrante del grupo.
La informante considera que es ella la razón por   la cual no posee unas buenas relaciones con sus compañeros del grupo; por   tanto, es importante el pasado de los ancianos cuando se encuentran en un   grupo, lo cual se convierte en algo importante en el momento de establecer   nuevas relaciones sociales con otros compañeros en el presente. 
En este sentido, el baile pasa a ser un vehículo   importante para acercarse al otro y a los otros, además que el poder   integrarse al grupo con más facilidad que cuando no se tiene una actividad de   por medio; así, cuando se baila, se conversa y se tiene un contacto y una   cercanía que favorece más el intercambio comunicativo entre dos o más personas.
"En un paseo que me llevó mi esposa, me relacioné   con toda la gente y a lo último terminamos bailando. Me puse a bailar con   unas compañeras de mi esposa, a partir de eso me dijeron como baila de bien,   que entrara a CAJANAL para hacer un curso de baile para pensionados. Al final   yo me decidí y ahora me doy cuenta que eso era lo que yo necesitaba, además   comparto con gente muy agradable que me hace sentir bien". (Anciano   del grupo de RECREARMONIA)
ADAPTACIÓN A UNA NUEVA VIDA SOCIAL
En la vida del anciano existe un proceso de   transición entre la vida laboral y la de jubilado; la vida laboral, implica   compartir con los compañeros de trabajo y las obligaciones familiares, lo   cual, en cierta forma, hacía que ellos estuvieran ocupados, desempeñando un   rol importante dentro del núcleo social y familiar. 
Con la jubilación, los ancianos sienten que se   empieza a perder todo aquello que hacían como algo productivo en la familia y   en la sociedad: "Al principio es muy duro el cambio, después de uno   estar trabajando y cumpliendo con las obligaciones familiares y sociales y   saber que todo esto esta perdido; se tiene que buscar una salida". 
Para el viejo pensionado, el trabajo y la familia   eran el eje alrededor del cual giraba su vida. El hecho de ver que todo esto   se ha perdido (trabajo y relaciones laborales), lo hace sentirse sin salida;   por tal razón, éste plantea como alternativa buscar alternativas ante el   encierro que le produce el no estar realizando actividad alguna.   "Resulta muy difícil adaptarse a la desestructuración personal que   comporta la desvinculación del mundo laboral en nuestras sociedades   industrializadas; principalmente en el anonimato habitual de las grandes   ciudades, sin que la estructura social ofrezca la integración en un nuevo rol   con contenido positivo". Fericgla (1992, 150)
Los ancianos, una vez se jubilan, son   desvinculados de la sociedad en la que se desenvolvían, su entorno de   trabajo, sus amistades, y todo aquello que rodeaba su ciclo vital. "Estaba   muy desocupado y aburrido puesto que no tenía en que emplear mi tiempo libre.   En mi casa estaba pasando por un tiempo de crisis en la que no me hallaba, me   encontraba mal porque no encontraba la salida a ese laberinto en el que   estaba". 
Es la pérdida de lo laboral lo que condiciona la   desvinculación social del jubilado, pero no se puede decir que es la causa   principal, pues existe también el núcleo familiar, desvinculación que también   condiciona la vida del viejo; el cual estar dado por el crecimiento de los   hijos y la moratoria social de estos al asumir un nuevo rol de padre o madre   y la conformación de una nueva familia. Por tanto, "No es el trabajo en   sentido estricto lo que manifiesta echar en falta los jubilados, sino el   ritmo, el estilo de vida y las relaciones sociales que rodeaba y derivaban de   la colocación laboral" Fericgla (1992,122).
Los hijos no están aquí para ayudarnos a pasar este   momento de aburrimiento, ellos no se preocupan por si nos sentimos solos o   no. Ellos ya son personas mayores que pueden tomar sus propias decisiones,   por esto nos hicieron a un lado, no nos tienen en cuenta a la hora de tomar   decisiones razón por la cual nos sentimos rechazados; nosotros ya cumplimos   como padres, además no podemos esperar que siempre seamos quienes decidamos   por ellos; sin embargo contamos con el apoyo de la familia aunque no nos   acompañen y nos traten como viejos, nos brindan lo que necesitamos cuando   vamos a salir. (Anciano   informante del grupo) 
Los hijos han adquirido cierta edad (joven o   adulto), tienen independencia en sus relaciones sociales y de familia y los   padres o abuelos no se sienten con los mismos derechos de influir en estos   como en tiempos pasados; los viejos a su vez, manifiestan que es bueno que   sus mismos hijos presenten autonomía al momento de decidir en su   cotidianidad, ya que "ellos ya cumplieron como padres".   Ahora bien: ¿cómo es entonces la adaptación social del viejo en la búsqueda   de relaciones distintas a la familia?. 
Esta vinculación de los ancianos a la vida   social, no se da en forma brusca, sino que es un proceso de inserción lenta,   pues el anciano busca grupos de personas que comparten: Por un lado, su misma   edad cronológica; y por el otro, que viven situaciones similares con la   jubilación como una mayor disponibilidad de tiempo y una necesidad de   contacto social. 
En este sentido, se encuentran instituciones de   servicio día que ofrecen sus servicios a los ancianos; algunas de ellas   financiadas por el estado, otras de tipo deportivo, o de salud. El anciano   ingresa a ellas por el servicio que estas ofrecen en programas como el baile,   el canto, y la manualidad y que son actividades que permiten un mejor   contacto con el otro al compartir fuera de la actividad vivencias familiares   y de relación social. En este sentido, la actividad se convierte en un medio   eficaz para la interacción de grupo. 
Al principio no estaba integrado, como que no estaba en   el grupo, estaba haciendo como una salida, como un escape, pues siempre con   mi recelo, con mi timidez dentro del grupo; pero la gente siempre fue muy   amable, muy especial, me colaboraban, y fui viendo que era una tontería lo   mío, pues me estaban brindando la oportunidad de re-adquirir mi papel en una   sociedad y en el grupo; me ayudaban entonces y yo me fui adaptando... (miembro grupo de baile) 
En un principio el grupo no era más que una   salida o escape a la situación en que se encontraba (las nuevas relaciones   familiares y el despido laboral producto de la jubilación), y el decidir   ingresar a un grupo le fue permitiendo al anciano unirse más a otras personas   y adaptarse mejor a un nuevo núcleo social; el anciano comprende que, el   grupo no resultó ser sólo una salida, sino más bien una oportunidad de tener   un rol distinto al que tenía antes de jubilarse, pero sin perder el encuentro   social que se tenía.
"Me fui vinculando en los paseos, los bailes, las   salidas, las viejotecas; en fin con todas esas actividades que realizamos me   fui metiendo y formando parte de ellos y ahora hago como más parte del núcleo   social y todo lo anterior quedó totalmente borrado. El proceso fue largo, pero   me fui adaptando y acepté que ya no era yo el que cumplía con la labor social   de dirigir, cuidar y proteger, pues era docente; si no que era un miembro más   del grupo y que era otra la persona encargada de mantener entre nosotros los   lazos sociales, ahora estoy feliz pues asumí un rol muy importante dentro del   grupo y por esto me siento útil".
UNA CULTURA ANCIANA SIMILAR A LA CULTURA DE LA   JUVENTUD
Entendiendo el concepto de cultura como una   agrupación de personas que buscan objetivos comunes y que poseen más o menos   las mismas necesidades, se puede decir que, los ancianos buscan en personas   de su edad lo que en otros grupos de personas (diferentes por su edad e   intereses particulares) no logran encontrar. 
La cultura actual "se caracteriza por un   creciente protagonismo de los medios de difusión, en la generación y   circulación de conocimiento, en la mediación del consenso y en la producción   de las representaciones del mundo y discursos que se trasmiten" Orozco   Gómez (1996,23). 
En este sentido emerge una cultura anciana con   características similares y que se muestra como un grupo totalmente   diferenciado de los demás. Ella presenta sus propias expectativas, su forma   de sentir y ver lo que dentro de su contexto se vive (relaciones sociales,   actividades y metas comunes). 
Fericgla (1992, 19) denomina la cultura de la   ancianidad, como: 
Un   sistema de valores con sus elementos particularizadores y que está también   con la orientación global homogeneizadora. Desde su posición, la vejez conforma   un importante colectivo, con valores culturales definidores y propios, que en   los últimos tiempos ha irrumpido y se ha ganado un espacio en el agregado de   culturas diferenciales que conforman nuestra sociedad. 
La cultura de la ancianidad se evidencia en los   ancianos del grupo de baile en relatos de informantes como: "nosotros   aprovechamos el espacio y el tiempo; hacemos sancochos, fritangas, rumbas, y   en la parte de abajo donde está la caseta ponemos el fogón, la grabadora, y   allá en el kiosco nos reunimos para bailar y hacer las celebraciones."
Celebraciones entre viejos que son parte de   ellos. En épocas anteriores, se poseía un estereotipo definido de los viejos,   se difundía la imagen del viejo cascarrabias, del viejo que sólo servía para   estorbar. Hoy día esta concepción ha cambiado, los medios de comunicación   ahora presentan un viejo biológico, física y mentalmente capaz. 
"En fin, todo el tiempo nos estamos llamando   por teléfono para cuadrar algún programa, un "algo" (merienda), una   reunión para conversar, o una salida por la noche a bailar, esto es lo que   hacemos para estar juntos y no aburrirnos. Una noche que fuimos a un grill   por la avenida centenario, estuvimos baile el uno, baile el otro, de pronto   llego una compañera del grupo y nos preguntó si podía llevar a una vecina muy   amiga, nosotros le dijimos que sí, porque entre más gente mucho mejor, de   esta manera la noche es más amena y nos divertimos más.
Las salidas, las reuniones, y el baile hacen   parte fundamental de la vida social de los ancianos que hacen parte de la   clase de baile; ellos quieren sentirse acompañados, con el fin único de   establecer contacto con otros viejos que pueden pasar por su misma condición   social. 
Esto, gracias a que los viejos disponen de   suficiente tiempo para planear sus citas, y algunos de ciertos recursos   económicos; cuentan con los compañeros del grupo para sus celebraciones,   programan a dónde ir; y entre más ancianos asistan con ellos mejor. Para los   ha llegado el tiempo de la diversión y el placer, lo importante, es que el   otro esté disponible. 
Los contactos se mantienen vigentes, el teléfono   es vital, y por supuesto las clases que se dictan todas las semanas; la cual   pasa a ser el mejor punto de encuentro para planear sus posteriores   reuniones. 
Es así como la diversión hace parte fundamental   en el contexto de las relaciones sociales entre los ancianos; a través de   ella, logran establecer vínculos sociales fuertes que les permite, no sólo   sentirse acompañados, sino también compartir con el otro, sentirse útiles. A   esto se le suma el poder adquisitivo de muchos al gozar de una pensión. 
Afortunadamente no salí mal librado con la pensión;   recibo dos pensiones. Así, a uno le queda más o menos, no muy bien que   digamos, pero tampoco tan mal. La casa ya se pagó, entonces siempre me queda   una buena plata para subsidiar los gastos de la casa (facturas, mercado,   etc.) y para mis paseos y salidas a bailar con los del grupo de baile en   RECREARMONIA. Anciano   Grupo de Baile.
El contar con una pensión y el haber disminuido   las obligaciones familiares, permite que los viejos cuenten con buenos   recursos para realizar salidas a distintas partes de su región; también es   una forma de poder aportar para las actividades en el grupo relacionadas con   el ocio; actividades muy parecidas a las realizadas por los adolescentes   (bailar en grupo y divertirse constantemente). 
"Dado   que los ancianos no producen pero disponen de cierto poder adquisitivo y de   todo su tiempo desocupado, el modelo cultural a su situación es el de los   adolescentes; de este modo, las pautas que la sociedad de consumo de ocio   masificado ha propuesto como modelo cultural de la ancianidad, imitan y se   acercan a los modelos adolescentes" (Fericgla 1992, 21).
Tanto la cultura de la ancianidad como la cultura   de los adolescentes expresan la necesidad de realizar actividades de ocio y   de placer y un deseo constante de permanecer juntos; pues buscan en personas   de su edad con quien compartir expectativas relacionadas con gustos y   preferencias. 
Los ancianos siguen en cierta forma el modelo   cultural adolescente por dos motivos: Por un lado, el colectivo de los   ancianos busca la diversión que ofrece la sociedad actual y son influenciados   en cierta forma por los medios; y por el otro, buscan reunirse para compartir   experiencias y saberes entre sus homogéneos del grupo. En este sentido,   Fericgla (1992, 23-24) afirma que: 
...Al   colectivo de los ancianos no le disgusta seguir los modelos de consumo de   ocio y de felicidad originado en el grupo de los jóvenes, cuyas pautas   culturales sirven en muchos aspectos de guía para los ancianos como el modelo   de consumo de actividades del tiempo libre de los jóvenes actuales y unas   expectativas familiares que no coinciden con las del resto de miembros de la   estructura. 
Los jóvenes al igual que los viejos, también   apuntan al gozo que les genera la rumba y el baile y que realizan en medio de   las celebraciones planeadas con anticipación o que también surge en medio de   la espontaneidad producto de sus encuentros. En este sentido, tanto para los   viejos como para los jóvenes, el bailar se convierte en una estrategia   esencial para la diversión: 
El   baile es ritual y es fiesta, es encuentro que busca continuamente; es   acercamiento y roce, escape y nueva búsqueda, es una imitación de todo lo   viviente y, al mismo tiempo, una recreación anhelante de la perfección, de   ese instante continuado en donde el movimiento se confunde con la quietud y   el sonido con el silencio; ahí, en ese instante, los cuatro puntos cardinales   tienen la misma dirección, y el tiempo es hoy, ayer y mañana. (Chacón   1997:7). 
El baile, permite ese encuentro cara a cara con   el otro y con los otros; pues al ser un estado vivido permite que estos se   recreen alrededor de una melodía; también permite que los individuos   satisfagan la necesidad de compartir sentires relacionados con la condición   de su cultura social que bien puede ser la cultura que conforman los ancianos   o la formada por los jóvenes. Independientemente de la cultura a la que se   pertenezca, el baile es ritual y fiesta a la vez, de encuentro permanente y   de sentimiento mutuo; por ser una de las artes más efímeras permite que los   sujetos se encuentren permanentemente con el fin de iniciar de nuevo este   maravilloso ritual.
Las razones por las que los ancianos y   adolescentes buscan a sus compañeros son muy diferentes, pero las conductas y   comportamientos que dentro de estos dos grupos se manejan, presentan gran   similitud. Mientras que para los ancianos el problema deriva en el desarraigo   de que son objeto por parte de la sociedad y el nuevo rol familiar; para los   adolescentes, es el rechazo al mundo normativo de los adultos.
Al igual que el anciano, el joven crea su propio   espacio para buscar la comprensión que no encuentran en sus espacios   habituales de desenvolvimiento (hogar, estudio o trabajo, etc.) Ver Jaramillo   1997. Esto bajo la influencia de los medios masivos de comunicación; los   medios venden o proyectan una imagen de viejo y joven feliz que les dice como   se deben comportar, que deben hacer y cuales son las pautas a seguir para   pertenecer al grupo de los jóvenes o de los ancianos según sea el caso. Tanto   para los ancianos como para los jóvenes, la cultura ha creado un ámbito   consumista, derivado de la cantidad de tiempo desocupado que poseen ambos grupos   de edad.
Respecto a la profundidad de las relaciones, la   cultura juvenil presenta diferencias a la cultura de los ancianos, pues la   calidad de relaciones sociales que poseen cada uno de estos grupos (ancianos   - jóvenes) es bien distinta. Mientras que la red de relaciones de los   ancianos apunta más hacia lo colectivo, lo grupal y en pro del grupo, con el   fin de mantener una red de relaciones fuerte y estable; para los jóvenes la   reunión es importante, pero por el momento, pues si para el joven el otro falta,   simplemente se busca otra relación. Castañeda (1996:76). Para el viejo es   distinto pues el otro adquiere un significado especial tal y como lo expresa   un anciano del grupo. 
"Aquí nos llaman y nos invitan a salir a pasear o a   bailar un rato. No hace mucho, se casó (matrimonio) una hija de una de las   que va al grupo, estuvimos todos reunidos acompañándola y lo más importante   de todo esto, es que nos acompañamos en las buenas y en las malas. Nosotros   no solamente estamos juntos para gozar, también cuando alguien necesita de   nuestra ayuda o compañía estamos allí para brindársela. (Informante grupo de baile   RECREARMONIA)
Los ancianos ven en su grupo algo más que un   cúmulo de personas con quien "pasar el rato", ven en ellos la   posibilidad no sólo de divertirse sino también de apoyarse y de compartir   cosas nuevas; en este sentido, ellos pasan por momentos agradables, pero son   momentos que no sólo se quedan en una salida, en un paseo, o en las dos horas   semanales de la clase de baile; todas estas actividades son la oportunidad   para planear otras, para integrarse más y para aumentar mucho más sus lasos   de amistad. 
SUEÑOS Y TEMORES
"Casi podría decirse que el grupo es como nuestro   segundo hogar, porque ninguno lo quiere perder, para ello cada cual pone lo   suyo para que siga existiendo esa armonía y no nos vayamos a separar aunque   el año entrante seguramente nos cambien de profesor, pero eso sí, el grupo   tiene que ser el mismo" (Anciano informante del grupo de baile) 
Los ancianos encontraron en el grupo su   "segundo hogar", no lo quieren perder y para ello están juntos,   para que la armonía y la unidad que existe perdure. Es notorio el deseo de no   separarse, pertenecer al colectivo que los recibió y acogió. En el grupo cada   cual da lo mejor de sí para que todo les salga bien y para permanecer unidos   en el futuro venidero.
"Cuando alguien del grupo se pone a alegar o no   quiere hacer las cosas, van y dialogan con él, conversan y lo animan para que   cambie su actitud, de esta manera logramos sacar adelante la actividad que se   esté realizando y también mantener los lazos que durante tanto tiempo nos han   unido. Siempre que se presentan problemas en otros grupos, pienso que al de   nosotros le puede pasar igual, por ello muchas veces me asusto y prefiero no   apegarme tanto a ellos, sin embargo luchamos y procuramos mantenernos tan   bien como hasta ahora. (Anciana Grupo de Baile).
Todos los sueños que manifiestan los ancianos   (como los de permanecer unidos, estar siempre juntos, conseguir otra familia,   etc.), son interrumpidos por el arraigado pensamiento que poseen los mismos   de ser unos viejos huraños y cascarrabias, inútiles y poco sociables;   estereotipo que la sociedad ha difundido durante años. Curcio, Gómez y Gómez   (1995:99) consideran que "el anciano se caracteriza por ser dogmático,   inflexible y desconfiado. Nunca se analiza que se esconde tras estas   conductas: vulnerabilidad, temores o ansiedades". Estigma que poco a   poco se va desvaneciendo a partir de lo que la cultura anciana por medio del   colectivo, presente ante la sociedad. 
CONCLUSION
- En el afán por integrarse, los ancianos realizan múltiples actividades (pasear, bailar, salir a grilles, etc.); todas ellas encaminadas a ocupar su tiempo disponible y mantenerse ocupados. Estas actividades realizadas por el colectivo, presentan similitud con las actividades de los jóvenes; ambos grupos de edad disponen del tiempo suficiente para divertirse y para consumir lo ofrecido por los medios de comunicación. Sin embargo, la diferencia con las dos culturas (Juvenil y Anciana) radica en la calidad de las relaciones sociales, ya que los ancianos poseen unos vínculos sociales más estables y profundos y por tanto más permanentes; mientras que las amistades de los jóvenes, son más efímeras.
 - Para el actual licenciado en Educación Física, el movimiento expresado a través de actividades artísticas y culturales es una forma de brindar a la cultura anciana la posibilidad de mejorar sus relaciones sociales y su actividad física a partir del baile.
 
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