lunes, 28 de febrero de 2011

EL ABUELO

Cada vez que crujía una ramita, o croaba una rana, o vibraban los vidrios de la cocina que estaba al fondo de la huerta, el viejecito saltaba con agilidad de su asiento improvisado, que era una piedra chata, y espiaba ansiosamente entre el follaje. Pero el niño aún no aparecía. A través de las ventanas del comedor, abiertas a la pérgola, veía en cambio las luces de la araña encendida hacía rato, y bajo ellas sombras imprecisas que se deslizaban de un lado a otro, con las cortinas, lentamente. Había sido corto de vista desde joven, de modo que eran inútiles sus esfuerzos por comprobar si ya cenaban o si aquellas sombras inquietas provenían de los árboles más altos.
Regresó a su asiento y esperó. La noche pasada había llovido y la tierra y las flores despedían un agradable olor a humedad. Pero los insectos pululaban, y los manoteos desesperados de don Eulogio en torno del rostro, no conseguían evitarlos: a su barbilla trémula, a su frente, y hasta las cavidades de sus párpados, llegaban cada momento lancetas invisibles a punzarle la carne. El entusiasmo y la excitación que mantuvieron su cuerpo dispuesto y febril durante el día habían decaido y sentía ahora cansancio y algo de tristeza. Le molestaba la oscuridad del vasto jardín y lo atormentaba la imagen, persistente, humillante, de alguien, quizá la cocinera o el mayordomo, que de pronto lo sorprendía en su escondrijo. “¿Qué hace usted en la huerta a estas horas, don Eulogio?” Y vendrían su hijo y su hija política, convencidos de que estaba loco. Sacudido por un temblor nervioso, volvió la cabeza y adivinó entre los macizos de crisantemos, de nardos y de rosales, el diminuto sendero que llegaba a la puerta falsa esquivando el palomar. Se tranquilizó apenas, al recordar haber comprobado tres veces que la puerta estaba junta, con el pestillo corrido, y que en unos segundos podía escurrirse hacía la calle sin ser visto.
“¿Y si hubiera venido ya?”, pensó, intranquilo. Porque hubo un instante, a los pocos minutos de haber ingresado cautelosamente a su casa por la entrada casi olvidada de la huerta, en que perdió la noción del tiempo y permaneció como dormido. Sólo reaccionó cuando el objeto que ahora acariciaba sin saberlo, se desprendió de sus manos y le golpeó el muslo. Pero era imposible. El niño no podía haber cruzado la huerta todavía, porque sus pasos asustados lo hubieran despertado, o el pequeño, al distinguir a su abuelo, encogido y dormitando justamente al borde del sendero que debía conducirlo a la cocina, habría gritado.
Esta reflexión lo animó. El soplido del viento era menos fuerte, su cuerpo se adaptaba al ambiente, había dejado de temblar. Tentando los bolsillos de su saco, encontró el cuerpo duro y cilindrico de la vela que compró esa tarde en el almacén de la esquina. Regocijado, el viejecito sonrió en la penumbra: rememoraba el gesto de sorpresa de la vendedora. El había permanecido muy serio, taconeando con elegancia, batiendo levemente y en circulo su largo bastón enchapado en metal, mientras la mujer pasaba bajo sus ojos, cirios y velas de diversos tamaños. “Esta”, dijo él, con un ademán rápido que quería significar molestia por el quehacer desagradable que cumplía. La vendedora insistió en envolverla pero don Eulogio no aceptó y abandonó la tienda con premura. El resto de la tarde estuvo en el Club Nacional, encerrado en el pequeño salón del rocambor donde nunca había nadie. Sin embargo, extremando las precauciones para evitar la solicitud de los mozos, echó llave a la puerta. Luego, cómodamente hundido en el confortable de insólito color escarlata, abrió el maletín que traía consigo y extrajo el precioso paquete. La tenia envuelta en su hermosa bufanda de seda blanca, precisamente la que llevaba puesta la tarde del hallazgo.
A la hora más cenicienta del crepúsculo había tomado un taxi, indicando al chofer que circulara por las afueras de la ciudad; corría una deliciosa brisa tibia, y la visión entre grisácea y rojiza del cielo seria más enigmática en medio del campo. Mientras el automóvil flotaba con suavidad por el asfalto, los ojitos vivaces del anciano, única señal ágil en su rostro fláccido, descolgado en bolsas, iban deslizándose distraidamente sobre el borde del canal paralelo a la carretera, cuando de pronto lo divisó.
-”¡Deténgase!” -dijo, pero el chofer no le oyó-. “¡Deténgase! ¡Pare!”.
Cuando el auto se detuvo y en retroceso llegó al montículo de piedras, don Eulogio comprobó que se trataba, efectivamente, de una calavera. Teniéndola entre las manos, olvidó la brisa y el paisaje, y estudió minuciosamente, con creciente ansiedad, esa dura, terca y hostil forma impenetrable, despojada de carne y de piel, sin nariz, sin ojos, sin lengua. Era pequeña, y se sintió inclinado a creer que era de niño. Estaba sucia, polvorienta, y hería su cráneo pelado una abertura del tamaño de una moneda, con los bordes astillados. El orificio de la nariz era un perfecto triángulo, separado de la boca por un puente delgado y menos amarillo que el mentón. Se entretuvo pasando un dedo por las cuencas vacías, cubriendo el cráneo con la mano en forma de bonete, o hundiendo su puño por la cavidad baja, hasta tenerlo apoyado en el interior entonces, sacando un nudillo por el triángulo, y otro por la boca a manera de una larga e incisiva lengueta, imprimía a su mano movimientos sucesivos, y se divertía enormemente imaginando que aquello estaba vivo.

Dos días la tuvo oculta en un cajón de la cómoda abultando el maletín de cuero, envuelta cuidadosamente, sin revelar a nadie su hallazgo. La tarde siguiente a la del encuentro permaneció en su habitación, paseando nerviosamente entre los muebles opulentos de sus antepasados. Casi no levantaba la cabeza; se diría que examinaba con devoción profunda y algo de pavor, los dibujos sangrientos y mágicos del circulo central de la alfombra, pero ni siquiera los veía. Al principio, estuvo indeciso, preocupado; podían sobrevenir complicaciones de familia, tal vez se reirían de él. Esta idea lo indignó y tuvo angustia y deseo de llorar. A partir de ese instante, el proyecto se apartó sólo una vez de su mente: fue cuando de pie ante la ventana, vio el palomar oscuro, lleno de agujeros, y recordó que en una época aquella casita de madera con innumerables puertas no estaba vacía, sin vida, sino habitada por animalitos grises y blancos que picoteaban con insistencia cruzando la madera de surcos y que a veces revoloteaban sobre los árboles y las flores de la huerta. Pensó con nostalgia en lo débiles y cariñosos que eran: confiadamente venían a posarse en su mano, donde siempre les llevaba algunos granos, y cuando hacía presión entornaban los ojos y los sacudía un brevísimo temblor. Luego no pensó más en ello. Cuando el mayordomo vino a anunciarle que estaba lista la cena, ya lo tenia decidido. Esa noche durmió bien. A la mañana siguiente olvidó haber soñado que una perversa fila de grandes hormigas rojas invadía súbitamente el palomar y causaba desasosiego entre los animalitos, mientras él, desde su ventana, observaba la escena con un catalejo.
Había imaginado que limpiar la calavera sería algo muy rápido, pero se equivocó. El polvo, lo que había creído polvo y era tal vez excremento por su aliento picante, se mantenía soldado a las paredes internas y brillaba como una mina de metal en la parte posterior del cráneo. A medida que la seda blanca de la bufanda se cubría de lamparones grises, sin que desapareciera la capa de suciedad, iba creciendo la excitación de don Eulogio. En un momento, indignado, arrojó la calavera, pero antes que ésta dejara de rodar, se había arrepentido y estaba fuera de su asiento, gateando por el suelo hasta alcanzarla y levantarla con precaución. Supuso entonces que la limpieza seria posible utilizando alguna sustancia grasienta. Por teléfono encargó a la cocina una lata de aceite y esperó en la puerta al mozo a quien arrancó con violencia la lata de las manos, sin prestar atención a la mirada inquieta con que aquél intentó recorrer la habitación por sobre su hombro. Lleno de zozobra empapó la bufanda en aceite y, al comienzo con suavidad, después acelerando el ritmo, raspó hasta exasperarse. Pronto comprobó entusiasmado que el remedio era eficaz; una tenue lluvia de polvo cayó a sus pies, y él ni siquiera notaba que el aceite iba humedeciendo también el filo de sus puños y la manga de su saco. De pronto, puesto de pie de un brinco, admiró la calavera que sostenía sobre su cabeza, limpia, resplandeciente, inmóvil, con unos puntitos como de sudor sobre la ondulante superficie de los pómulos. La envolvió de nuevo, amorosamente; cerró su maletín y salió del Club Nacional. El automóvil que ocupó en la Plaza San Martín lo dejó a la espalda de su casa, en Orrantia. Había anochecido. En la fría semioscuridad de la calle se detuvo un momento, temeroso de que la puerta estuviese clausurada. Enervado, estiró su brazo y dio un respingo de felicidad al notar que giraba la manija y la puerta cedía con un corto chirrido.
En ese momento escuchó voces en la pérgola. Estaba tan ensimismado, que incluso había olvidado el motivo de ese trajín febril. Las voces, el movimiento fueron tan imprevistos que su corazón parecía el balón de oxigeno conectado a un moribundo. Su primer impulso fue agacharse, pero lo hizo con torpeza, resbaló de la piedra y cayó de bruces. Sintió un dolor agudo en la frente y en la boca un sabor desagradable de tierra mojada, pero no hizo ningún esfuerzo por incorporarse y continuó allí, medio sepultado por las hierbas, respirando fatigosamente, temblando. En la caída había tenido tiempo de elevar la mano que conservaba la calavera de modo que ésta se mantuvo en el aire, a escasos centímetros del suelo, todavía limpia.
La pérgola estaba a unos veinte metros de su escondite, y don Eulogio oía las voces como un delicado murmullo, sin distinguir lo que decían. Se incorporó trabajosamente. Espiando, vio entonces en medio del arco de los grandes manzanos cuyas raíces tocaban el zócalo del comedor, una silueta clara y esbelta y comprendió que era su hijo. Junto a él había otra, más nítida y pequeña, reclinada con cierto abandono. Era la mujer. Pestañeando, frotando sus ojos trató angustiosamente, pero en vano, de divisar al niño. Entonces lo oyó reír: una risa cristalina de niño, espontánea, integral, que cruzaba el jardín como un animalito. No esperó más; extrajo la vela de su saco, a tientas juntó ramas, terrones y piedrecitas y trabajó rápidamente hasta asegurar la vela sobre las piedras y colocar a ésta, como un obstáculo, en medio del sendero. Luego, con extrema delicadeza para evitar que la vela perdiera el equilibrio, colocó encima la calavera. Presa de gran excitación, uniendo sus pestañas al macizo cuerpo aceitado, se alegró: la medida era justa, por el orificio del cráneo asomaba el puntito blanco de la vela, como un nardo. No pudo continuar observando. El padre había elevado la voz y, aunque sus palabras eran todavía incomprensibles, supo que se dirigía al niño. Hubo como un cambio de palabras entre las tres personas: la voz gruesa del padre, cada vez más enérgica, el rumor melodioso de la mujer, los cortos grititos destemplados del nieto. El ruido cesó de pronto. El silencio fue brevísimo; lo fulminó el nieto, chillando: “Pero conste: hoy acaba el castigo. Dijiste siete días y hoy se acaba. Mañana ya no voy”. Con las últimas palabras escuchó pasos precipitados.
¿Venia corriendo? Era el momento decisivo. Don Eulogio venció el ahogo que lo estrangulaba y concluyó su plan. El primer fósforo dio sólo un fugaz hilito azul. El segundo prendió bien. Quemándose las uñas, pero sin sentir dolor, lo mantuvo junto a la calavera, aun segundos después de que la vela estuviera encendida. Dudaba, porque lo que veía no era exactamente lo que había imaginado, cuando una llamarada súbita creció entre sus manos con brusco crujido, como de un pisotón en la hojarasca, y entonces quedó la calavera iluminada del todo, echando fuego por las cuencas, por el cráneo, por la nariz y por la boca. “Se ha prendido toda”, exclamó maravillado. Había quedado inmóvil y repetía como un disco “fue el aceite, fue el aceite”, estupefacto, embrujado ante la fascinante calavera enrollada por las llamas.
Justamente en ese instante escuchó el grito. Un grito salvaje, un alarido de animal atravesado por muchisimos venablos. El niño estaba ante él, las manos alargadas, los dedos crispados. Lívido, estremecido, tenia los ojos y la boca muy abiertos y estaba ahora mudo y rígido pero su garganta, independientemente, hacía unos extraños ruidos roncos. “Me ha visto, me ha visto”, se decía don Eulogio, con pánico. Pero al mirarlo supo de inmediato que no lo había visto, que su nieto no podía ver otra cosa que aquella cabeza llameante. Sus ojos estaban inmovilizados con un terror profundo y eterno retratado en ellos. Todo había sido simultáneo: la llamarada, el aullido, la visión de esa figura de pantalón corto súbitamente poseída de terror. Pensaba entusiasmado que los hechos habían sido más perfectos incluso que su plan, cuando sintió voces y pasos que venian y entonces, ya sin cuidarse del ruido, dio media vuelta y a saltos, apartándose del sendero, destrozando con sus pisadas los macizos de crisantemos y rosales que entreveía a medida que lo alcanzaban los reflejos de la llama, cruzó el espacio que lo separaba de la puerta. La atravesó junto con el grito de la mujer, estruendoso también, pero menos sincero que el de su nieto. No se detuvo, no volvió la cabeza. En la calle, un viento frío hendió su frente y sus escasos cabellos, pero no lo notó y siguió caminando, despacio, rozando con el hombro el muro de la huerta sonriendo satisfecho, respirando mejor, más tranquilo.

                                                                    MARIO VARGAS  LLOSA

EL ADULTO MAYOR Y EL AUTOESTIMA

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Siempre he sostenido que la autoestima es el sentir sobre uno mismo que se va construyendo día a día y no acaba jamás. Al decir esto podríamos preguntarnos sobre qué sienten las personas ancianas sobre su valor y sobre su presencia en su familia, en la sociedad y en el mundo.
Acostumbrados a movernos y creernos el cuento de que el valor radica en la juventud, los ancianos se vuelven una especie de desecho que nadie mira, respeta ni acoge. Si molestan, algunos simplemente se deshacen de ellos sin pensar que algún día todos estaremos igual.
Para el ser humano envejecer también tiene sus complicaciones. Darse cuenta que la apariencia física ya no es la de antes, que la fuerza cambia, que la memoria no es la misma y que -por otro lado- el sentimiento permanece pues las preocupaciones están presentes y la capacidad de amar no disminuye, hacen que la persona sienta cambios en su valía y en su amor propio.
A este miedo de no sentirse importante ni valioso, se le suma el temor de saber que tiene que depender en mayor medida de los seres que lo rodean.  Todo ello  puede generar una sensación de fragilidad en el anciano. Temen mucho al desamor y a ser víctimas del abuso de los demás.
De hecho, muchos ancianos son abusados por nietos, hijos, empleados y por el propio sistema.
Este programa busca mirar a estas personas que como tú y yo alguna vez tuvieron nuestra misma energía. Quizás hoy sus cuerpos y sus mentes cambian pero la necesidad de ser amados no, o mejor dicho sí, porque aumenta profundamente.

domingo, 27 de febrero de 2011

MODA ADULTOS MAYORES



Nadie escapa al poder de atracción de la moda. Las tendencias marcan estilo, y grandes y pequeños quedan atrapados por las líneas que definen las colecciones de cada temporada. Es muy difícil resistirse a seguir las pautas, por lo menos en lo que al pret a porter se refiere, de ello ya se encargan, a pie de calle, los numerosos escaparates de los establecimientos de la ciudad, que con sus mensajes visuales, son el reclamo perfecto para que la inmensa mayoría de los ciudadanos no se quede atrás en esto del vestir y vaya, más o menos, ‘a la moda’.
Los diseñadores, año tras año, nos presentan sus últimas colecciones, en desfiles protagonizados por tops model, chicas jóvenes, altas y esbeltas, que en la mayoría de los casos no corresponde al prototipo del común de los mortales. En los últimos años se ha querido romper con este patrón, con la organización de pases de modelos de talla grande. En este sentido, Huelva va más allá. El Gran Teatro acogió ayer un original desfile de moda en el que participaron 116 ‘modelos’ mayores de 50 años, que mostraron las prendas realizadas por ellas mismas en los talleres de corte y confección del programa municipal Cultura en los Barrios, que se desarrolla en asociaciones de vecinos y centros de mayores de la capital onubense. Algunas acudieron acompañadas de sus nietas, que vestían ropa hecha por sus abuelas.
La exhibición de los trabajos realizados en los cursos de corte y confección se viene realizando hace años en la clausura del programa municipal, éste es un pase previo protagonizado sólo y exclusivamente por mayores, lo que le da más mérito al acto, en el que se mostró que los mayores de Huelva son un colectivo activo, con muchos proyectos por desarrollar. No hubo prisas entre bambalinas como en los desfiles de Cibeles y la Pasarela Gaudí, no hubo cambio de vestimenta en las modelos, la mayoría ya venía vestida, peinada y maquillada de casa, y esperaba, algunas con muchos nervios, su turno para salir al escenario.
Las modelos, que desfilaron con estilo propio, fueron presentadas por sus monitores. Sobre el escenario del Gran Teatro se mostraron trajes de gitana, conjuntos de temporada, así como trajes de noche, de madrina o de fiesta, modelos exclusivos y hechos artesanalmente a medida, un lujo sólo al alcance de algunos pocos, un desfile en el que se mostró el arte de la aguja que tienen nuestras mayores. Buen hacer en la costura y gracia y espontaneidad al desfilar, ya quisieran muchos diseñadores tenerlas entre sus modelos. La moda es universal y ayer las mayores de Huelva mostraron que en la capital onubense hay estilo propio.

DEPRECIÓN

Aprender de SOLEDAD Y SUICIDIO para personas mayores
2 SOLITAEl número de suicidios aumenta con la edad y es significativo el hecho de que en los varones mayores de sesenta y cinco años es mucho más alto que entre los jóvenes, y tiene mucha menos incidencia en las mujeres (datos procedentes de la Unión Europea).
Comenta el Dr. Soly Bensabat que el grado de evolución de una sociedad se mide por la forma en que ésta trata a sus jubilados y ancianos (en Francia, por ejemplo, casi tres millones de ancianos viven solos, muchos de ellos en condiciones deplorables). El anciano, con el proceso de marginación que sufre actualmente, ve cómo se desmorona su dignidad sin ningún tipo de estímulo afectivo (salvo ficticias expresiones hipócritamente cariñosas de algunos familiares), lo que le conduce a una actitud de abandono que lo va llevando del estrés a la depresión más profunda, y de la depresión a una muerte en soledad.
Jubilación
La sociedad debe cambiar rotundamente en el enfoque que está dando a la jubilación y al trato dispensado a las personas mayores. No podemos permitir que en pleno siglo XXI sigamos tratando a los ancianos de esta forma. Tomemos un buen ejemplo de otras culturas, como la oriental, que desde siempre han sentido un profundo respeto por sus antepasados y por las personas de edad, a las que admiran como depositarias de sabiduría y experiencia. No obstante, este modelo compasivo también está cambiando y uno de los motivos que debe hacernos reflexionar profundamente es el desarraigo familiar y el desmoronamiento de los valores éticos que carcome la propia estructura social y familiar. Los centros geriátricos se están convirtiendo en los “trasteros” o “aparcamientos” de millones de familias que abandonan allí a los ancianos porque en casa son un “estorbo”.
Por supuesto, hay excepciones y existen también otros motivos sociales, médicos y legales que hacen de esta medida la única opción posible. Pero en el resto de los casos la cruda realidad es que abandonamos cada vez de forma más alarmante a nuestros mayores. Y esto debe comenzar a cambiar porque, si la salud o la suerte lo permiten, todos llegaremos a traspasar la puerta de la jubilación y nos veremos enfrentados a esta experiencia. Comencemos a prepararnos con antelación, sobre todo cuando “se es demasiado viejo para ser joven pero demasiado joven para ser viejo”, es decir, a partir de los cuarenta años. Recordemos que todo cambia y nada es permanente en el fluir inexorable de la vida: los cuerpos, la sociedad, el mundo son realidades fugaces e interdependientes en las que nuestros actos, voluntades y acciones perfilan el modelo de sociedad en la que vivimos.
Una práctica magnífica (y lleva siglos demostrando su eficacia) es la meditación. Meditar ayuda a integrarnos con la realidad y a liberarnos de múltiples apegos que nos asedian y causan dolor (el pasado, los trabajos perdidos, la juventud que se aleja…). Debemos aprender a vivir aquí y ahora, pues el ayer ya no es y el mañana no existe aún. Y por encima de todo tenemos que desarrollar en nosotros la compasión, que es la única meta a la que debemos aspirar.
Estas frases de Buda y Cristo resumen perfectamente la ética de la bondad y la compasión, piedras angulares en las que debemos asentar nuestra sociedad:

ENCONTRAR PAREJA


pareja
Acostumbrados a vivir toda una vida junto a nuestra pareja, es normal que cuando uno de ellos deja de existir sintamos un profundo vacío, una sensación de que todo se ha acabado. Pero la vida continúa y esa es una realidad. Es muy difícil afrontar nuestra vida, nuestras mínimas costumbres, luego de pasar una situación tal, y aunque la primera reacción sea de total abandono, no debemos rendirnos, porque el mundo nos ofrece todavía más y porque, sobre todo, la otra persona sería la primera en exigirnos que sigamos hacia delante.
Bajar los brazos y rendirse implica quizá que todo lo hecho no tuvo o tuvo poco sentido. Desde muy jóvenes sabemos que la muerte es una ley de vida, pero quién nos prepara para afrontarla. Pues bien, sólo tenemos que remontarnos a miles de casos en los que la vida continuó y en los que incluso se pudo formar una nueva pareja. Para ello, nuestro presente cuenta con todo tipo de actividades que hacen nuestras vidas un poco menos solitarias. Lo importante es seguir disfrutando ahora que no debemos trabajar día a día y sacrificarnos constantemente.
Existen, por ejemplo, clubs en cada ciudad, que nos ofrecen actividades tales como bailes de salón, juegos de cartas y excursiones a distintos destinos del país y del extranjero. También tenemos la posibilidad de realizar viajes y conocer mundo, pasear por distintos países acompañados por un grupo de gente que está en nuestra exacta situación. Lo importante, llegados al caso de encontrarnos de repente en soledad, es continuar activos y ver la realidad como tal: hemos perdido a nuestra pareja, pero la vida está repleta de cosas interesantes que valen la pena conocer y disfrutar, como también lo habría disfrutado la otra persona si la situación fuera la inversa. Porque, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿qué desearíamos para la otra persona si el que ya no estuviera fuera uno de nosotros?
Las actividades son numerosas si tenemos la voluntad para rehacer nuestras vidas o simplemente plantearlas desde otro punto de vista. De alguna forma, todas nuestras costumbres (que siempre fueron compartidas) se han transformado, y lo mejor que podemos hacer es replantear nuestra realidad y volver a construirnos de otra forma, con nuevas ambiciones, con renovadas ganas de afrontar la vida.
Siempre, lo mejor es intentar ponerse en el lugar de la otra persona y reflexionar sobre el hecho de que a ella también le hubiera gustado seguir adelante, como también a nosotros nos hubiera gustado que esa persona continuara con su vida. Luego, las cosas suceden con naturalidad, incluso el hecho de volver a encontrar otra persona con la cual compartir todo lo que nos queda por delante. Rendirse sería algo así como negar todo lo hicimos hasta ahora, aunque nos sintamos cansados y sin fuerzas. Simplemente es cuestión de buscar las actividades y las compañías que nos lleven a terminar nuestras vidas de la mejor manera posible.

viernes, 25 de febrero de 2011

PARA EL ADULTO MAYOR

La menopausia puede influir en la aparición de diversas dolencias de la vista

gafas
Es fundamental someterse a revisiones oftalmológicas periódicas. 
El paso del tiempo influye, no hay duda, en la salud de nuestros ojos. Pero, además, hay otros factores que también tienen importancia. Y es que diversos estudios clínicos demuestran que las mujeres mayores de 50 años que sufren los síntomas de la menopasia son más propensas que los hombres a sufrir enfermedades oculares como la presbicia, lascataratas o el Síndrome del Ojo Seco (SOS).

El ojo seco, una incómoda sensacón
En concreto esta última dolencia, que se caracteriza por la aparición de una sensación seca, áspera y persistente en los ojos y que se produce porque la persona carece de la cantidad suficiente de lágrimas, es de dos a tres veces más habitual en mujeres que en hombres. “Las superficies de la conjuntiva y la córnea contienen receptores que, por efecto de las hormonas sexuales cuya producción se ve alterada durante la menopausia, modifican la cantidad y la calidad de la película lagrimal”, señala el Dr. Fernando Llovet, Director Médico de Clínica Baviera. “Este problema se puede corregir mediante el uso de colirios especiales o lágrimas falsas que deben ser prescritas por un oftalmólogo”, concluye.

Otros síntomas
Pero, además, los expertos de Clínica Baviera advierten que los cambios físicos provocados por la menopausia también se pueden manifestar en la aparición o el empeoramiento de otros síntomas a nivel ocular. “Es habitual que las mujeres que pasan por el climaterio sufran modificaciones en la curvatura de la córnea que pueden sumarse a dolencias asociadas a la edad como la presbicia, las cataratas o la degeneración macular”, asegura el doctor.
Las revisiones, básicas
Por ello, es fundamental que las mujeres se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas. “En todo caso, es esencial que las mujeres de más de 50 años estén muy atentas a cualquier cambio en la calidad de su visión. Síntomas como la sensación de cuerpo extraño, lagrimeo por uno o ambos ojos o disminución de la agudeza visual pueden estar asociados a esta etapa de la vida y deben ser tratados por un médico oftalmólogo”, concluye el doctor Llovet

jueves, 24 de febrero de 2011

PARA EL ADULTO MAYOR

Problemas bucodentales durante la menopausia




 - Problemas bucodentales durante la menopausia
La menopausia representa un periodo delicado de cambios en la mujer que también repercute en la
saludbucodental.

El descenso de la producción de hormonas y la medicación administrada en este periodo alteran la fisiología ósea de todo el organismo y por tanto también la de la boca, "lo que provoca una serie de modificaciones en las encías y en la mucosa bucal que en ocasiones hace necesarios implantes bucales y cirugía de injertos para grandes reconstrucciones", según la doctora Carolina Benalal, cirujano dentista y directora general de la Clínica Benalal, en Madrid.
Tal como asegura la doctora, los problemas bucales derivados de estos tratamientos afectan a un porcentaje muy bajo de las mujeres españolas, pero los síntomas suelen ser los mismos para todas.

El más frecuente es el síndrome de ardor bucal, que causa un ardor intenso y una sensación de quemazón que afecta principalmente a la lengua, los labios y las encías. También la xerostomia o sensación de boca seca es bastante común, ya que el descenso de hormonas hace que las glándulas salivales rebajen su nivel de secreción, lo que puede derivar en problemas para masticar, tragar, o incluso hablar.
Como consecuencia del envejecimiento óseo, otro porcentaje considerable de mujeres sufren gingivitis descamativa, lo que ocasiona una separación de las capas externas de las encías dejando al descubierto las terminaciones nerviosas y provocando la aparición de caries.
Un problema añadido y que cada vez es más frecuente es el que causa el uso de la medicación para prevenir la osteoporosis, que se utiliza de forma habitual en mujeres posmenopáusicas. Según explica la doctora Benalal, “los Bisfosfonatos, utilizados para frenar la reabsorción ósea excesiva y prevenir complicaciones como las fracturas de cadera, paradójicamente alteran la fisiología de los huesos de la mandíbula y dificultan la cicatrización de esta zona cuando se somete a un paciente a procedimientos odontológicos invasivos, como la cirugía de implante”. Por eso, según señala la especialista, “es necesario que se establezca una vía de comunicación fluida entre el odontólogo y el médico que se ocupa de la terapia sustitutiva”, ya sea en ginecólogo o el endocrinólogo. Y también que los pacientes que utilicen esta medicación hagan saberlo al profesional encargado de su salud bucodental.

¿Hay forma de paliar el deterioro dental asociado a la edad en la mujer? En el caso de sufrir sequedad o ardor bucal, la doctora recomienda potenciar la hidratación de las mucosas bebiendo por lo menos dos litros de agua al día. Y si la situación es extrema, la mejor solución, a su juicio, es evitar los alimentos ácidos o frutos secos como las nueces, que aumentan el escozor bucal, y recurrir a las “salivas artificiales”, generadas al masticar chicle después de las comidas, puesto que aumenta la salivación natural y ayudará a prevenir caries.
Para aquellas mujeres que sufran un problema persistente, la doctora Benalal recomienda “utilizar férulas de descarga para los casos derivados del bruxismo, evitar las prótesis removibles, ya que aceleran la pérdida del hueso, y reponer lo antes posibles las piezas ausentes”.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Beneficios del alpiste. Es una  semilla  rica en proteínas vegetales (dos cucharadas, tienen más proteína que un kilo de carne) y con menos perjuicios que ésta, ya que son aminoácidos estables de buena asimilación.
Entre las propiedades del alpiste podemos destacar su riqueza en antioxidantes y proteínas vegetales. Los enzimas que contiene esta semilla, son muy buenos desinflamantes de hígado, riñones y páncreas (ayuda en procesos diabéticos).
Ayuda a eliminar el exceso de líquidos, es preventivo en arteriosclerosis y ayuda a combatir la  hipertensión, así como es de gran ayuda en procesos digestivos, como úlceras o gastritis.
Además contiene lipasa, una enzima, proteína segregada por el páncreas en el intestino delgado, la cual desencadena la descomposición de grasas en ácidos grasos.
Sus semillas son efectivas en casos decolesterol alto y tiene propiedades emolientes, (previenen la inflamación), además son depurativas e inhibidoras de las bacterias de las vías urinarias y se utilizan para perder peso, ya que eliminan las grasas del organismo.
Se suele consumir leche de alpiste, que consiste en dejar remojando toda la noche en un vaso de agua, 5 cucharadas de alpiste. Se cuela y se reservan las semillas, que se licuan, junto con un litro de agua y se va tomando a lo largo del día. Sean cual sean los beneficio que se busquen, hay que ser constante para obtener los resultados que estas semillas aporta

EL AGUA Y SUS BENEFICIOS







A partir de los 50 la piel acelera su proceso de envejecimiento y se vuelve más exigente al volverse más sensible. Por eso su cuidado se vuelve en algo muy importante, y en él, el agua representa un papel esencial. El agua no solo es fundamental para la supervivencia de nuestro organismo, si no que es un aliado perfecto para hacernos sentir mejor y que ello se refleje en nuestro exterior. Y es que beber agua es el primer paso en un tratamiento de belleza para nuestra piel, ya que es el mejor modo de mantenerla hidratada, evitando que se reseque y aparezca áspera.

Pero si por sí misma el agua es un elemento básico para la belleza de la piel, su combinación con determinados componentes naturales (entiéndase flores, sales minerales…) ofrece un resultado que poco tiene que envidiar a muchas de las cremas que ofrece la cosmética más industrializada.


Agua de Azahar
Se obtiene tras el destilado en corriente de vapor de la infusión de pétalos de la flor de azahar de naranjo amargo. Pero también es azahar la flor del limonero, del cidro y de otros árboles de cítricos.

Probablemente hoy el agua de azahar es más conocida por su uso alimentario como ingrediente en ciertas recetas de dulces reposteros (especialmente el tradicional roscón de Reyes), pero en sus orígenes hace cientos de años y hasta hoy en día, se ha utilizado en el mundo de la belleza como perfume de azahar, o agua de colonia y especialmente como tónico para el cuidado de la piel, ya que mantiene la flexibilidad de ésta y es descongestiva. Recomendada para pieles secas.

No hay que olvidar mencionar sus aplicaciones con fines medicinales destacando su eficacia ante dolores menstruales, molestias de estómago, estados nerviosos, cólicos, desmayos, etc.


Agua de rosas
Al igual que en el caso anterior, se obtiene por destilación de los pétalos, utilizando sobre todo la ‘rosa de Alejandría’ además de la ‘rosa Canina’, la ‘rosa Centifolia’ y la ‘rosa Damascena Miler’, y fue desarrollado por primera vez en Persia y Bulgaria (hoy el productor más importante del mundo).

Es muy beneficiosa para limpiar el cutis. Como tónico facial está especialmente indicado para las pieles maduras gracias a sus propiedades hidratantes, regenerantes y rejuvenecedoras (ayuda a tratar las arrugas) y está especialmente indicada para pieles normales, mixtas y grasas y con poros abiertos. Es ideal para pieles sensibles por su acción antinflamatoria, descongestionante y astringente suave. También se puede usar como complemento a mascarillas naturales.

También se emplea en la cocina, especialmente en dulces o en el té.


En este caso también es el resultado de la destilación de pétalos, ahora de violeta, evidentemente. Calma y relaja las pieles sensibles y secas. La acción de las violetas sobre el cutis corrige eficazmente las pequeñas arrugas faciales y reafirma los tejidos, suprimiendo las rojeces difusas de la piel.

Agua de Carabaña
En esta ocasión ya no se trata de un ‘preparado’, sino de un agua rica en sales minerales de la tierra donde se encuentra el manantial, el Cerro de Cabeza Gorda en Carabaña (a 50 Kms. de Madrid), que hace que adquiera unas cualidades que han sido reconocidas dese hace más de un siglo. Ideal para pieles grasas (incluso con acné, psoriasis y manchas) y con poca luminosidad. Tiene una acción drenadora por su tonicidad y como antiseborreica y mejoradora de la circulación sanguínea por su contenido en azufre reducido.

Aunque todos los casos que hemos expuesto se pueden obtener de forma tradicional y casera, su proceso es laborioso, y por el contrario las podemos encontrar comercializadas y a la venta en farmacias, herbolarios e incluso algún gran supermercado

PARA EL ADULTO MAYOR

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La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y también el que está más expuesto a agresiones del exterior y a nuestros cambios interiores. Entre los efectos más habituales del paso del tiempo y de los cambios hormonales que sufrimos se encuentra la hiperpigmentación, o lo que es lo mismo, esa serie de manchas de color oscuro tan comunes, especialmente entre las mujeres.

El origen de esta patología puede ser muy diverso. Así, es posible que nos aparezcan manchas, especialmente en manos, cara y escote, después de la exposición al sol, debido a cambios hormonales como los experimentados en la menopausia, cambios físicos, medicamentos y enfermedades endocrinas o pueden ser, simplemente, manchas propiciadas por el paso de los años. Por lo general, es un proceso benigno y sin riesgos para la salud, siendo sus repercusiones más estéticas y psicológicas.

Uno de los medios de combatir estas manchas es con la aplicación de una crema aclaradora, pero siempre siendo prudentes, ya que aunque muchas de ellas se pueden adquirir en las farmacias sin necesidad de receta, es conveniente acudir a un dermatólogo para que determine el origen y tipo de mancha, y aconseje la crema o el tratamiento más adecuados.

La función de las cremas aclaradoras es la de disminuir la producción de la melanina, el pigmento que nuestro cuerpo genera y que es el responsable del color más o menos oscuro de la piel. La melanina es elaborada por unas células llamadas melanocitos mediante un proceso denominado melanogénesis, de forma que si se interfiere en este proceso químico inhibiendo las enzimas que participan en el proceso, se logra frenar la producción de melanina, consiguiendo así que las manchas se vuelvan más blanquecinas.

Las cremas aclaradoras suelen estar compuestas por diferentes sustancias tales como la hidroquinona, muy efectiva para tratar las manchas en la cara, el ácido kógico, que es un derivado de una levadura, el ácido azelaico, la vitamina C, el alfahidroxiácidos, muy empleados para combatir el envejecimiento; y extractos de plantas como la milenrama, regaliz, aloe, romero, té verde o manzanilla. Estos  elementos son combinados por las marcas cosméticas para potenciar sus efectos. De hecho, incluso recurren a su composición para combinarla con la de las cremas antienvejecimiento y ampliar el efecto de éstas.

A la hora de aplicar las cremas aclaradoras hay que tener en cuenta que no todas las zonas de nuestro cuerpo son igualmente sensibles. Por ejemplo, en la cara suele haber zonas que responden muy bien y se aclaran mucho mejor, mientras en otras realmente hay patología y es mucho más difícil aclarar, con lo que el contraste puede ser mayor que en origen.

En cuanto a la hora de ver los resultados, que dependerán del tipo de piel, de la mancha y de los productos que usemos, sobre todo hay que ser constante y tener paciencia, ya que al menos se tiene por delante todo un año. Además, ayuda a obtener mejores resultados una exfoliación de la piel, que puede ser una vez a la semana, puesto que así se eliminan las células muertas. Pero lo más importante es la prevención, para lo que es fundamental usar cremas fotoprotectoras.

martes, 22 de febrero de 2011

ADULTO MAYOR Y LA DEPRECION


El estado de depresión hace ver el mundo en gris, según un estudio
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Un nuevo estudio científico parece indicar que la asociación entre la depresión y el color gris es más que una simple metáfora. El estudio, llevado a cabo por un equipo de la universidad alemana de Friburgo dirigido por Ludger Tebartz van Elst y publicado en "Biological Psychiatry", indica que la depresión diluye el contraste entre el negro y el blanco, por lo que el mundo se torna literalmente gris.

Los expertos alemanes midieron las respuestas eléctricas para determinar la actividad de la retina en cuarenta personas que sufrían depresión, la mitad de las cuales se estaban ya medicando, y en otras cuarenta no afectadas por esa condición.

La retina contiene células fotorreceptoras que transforman las señales lumínicas que llegan al ojo en impulsos eléctricos que se envían entonces al sistema visual del cerebro.

Gracias a la colocación de electrodos en la superficie ocular y en la piel circundante, los científicos lograron registrar la actividad eléctrica de las células retinales en respuesta a unos fogonazos.

Los pacientes deprimidos demostraron tener un menor contraste retinal que el grupo de voluntarios que no sufrían la condición, con independencia de que los primeros estuvieran o no medicándose contra la depresión. También se descubrió una correlación importante entre el nivel de contraste y la gravedad de los síntomas: en los pacientes más deprimidos se dieron por lo general las respuestas retinales más débiles.

EL ADULTO MAYOR Y EL AUTOESTIMA

Los adultos mayores con mejor salud y más recursos económicos, marcaron mayores niveles de autoestima en el estudio.

La autoestima decrece con los años. La llegada de los sesenta marca un punto crítico en la imagen propia de muchas personas.

Los sentimientos de aceptación y amor hacia nosotros mismos, de competencia y valía personal, varían a lo largo de los días y las semanas, empujados hacia arriba o hacia abajo por las diversas situaciones que afrontamos con mayor o menor éxito, o debido a las evoluciones y los cambios de nuestro aspecto físico, los vaivenes de nuestra mente y los altibajos de nuestras emociones.

Nuestro nivel de autoestima también se modifica a medida que somos mayores, aunque no lo hace de manera previsible y lineal: aumenta a medida que la gente envejece, pero al llegar a los 70 años la persona atraviesa un punto crucial, en el cual su autovaloración tiende a decrecer.

La excepción a esta regla la constituyen los mayores que ganan más dinero y están más sanos y que suelen tener mejores opiniones de sí mismos.

Estas son las conclusiones de un estudio del investigador Ulrich Orth, en colaboración con Richard Robins, ambos de la Universidad de California, en Davis (Estados Unidos).

En desarrollo de esta investigación se encuestaron 3.617 adultos estadounidenses de entre 25 y 104 años, con quienes mantuvieron contacto cuatro veces al año, a lo largo de seis años consecutivos.

"La autoestima de una persona se relaciona con una mejor salud, un menor comportamiento criminal, menores niveles de depresión y un mayor éxito en la vida. Por ello, es importante conocer más sobre cómo cambia con el tiempo", señaló Orth, el autor principal del estudio, publicado en The Journal of Personality and Social Psychology.

A través de su estudio, los investigadores descubrieron que los individuos jóvenes tienen una menor autoestima, la cual va aumentando con el paso de los años, hasta alcanzar su punto máximo al inicio de la sexta década de vida.

Clave sentirse activo y útil

Encontraron que las personas con mayores ingresos y una mejor salud y bienestar en una etapa tardía de la vida mantienen su autoestima a medida que envejecen. "Probablemente se deba a que, sentir mayor independencia y poder contribuir mejor con la familia y la sociedad, refuerza la autoestima de una persona", asegura Orth.

Sobre las razones de que la autoestima suba en la mediana edad y baje a medida que se envejece, los investigadores creen que ello puede obedecer a que "en la mediana edad las relaciones laborales, familiares y románticas son estables, y las personas ocupan posiciones de poder y disfrutan de un mejor estatus social, lo que podría potenciar su autoestima".

En cambio, "los adultos mayores pueden experimentar cambios de roles como el 'síndrome del nido vacío', la jubilación y la decadencia de sus destrezas laborales, además de tener una peor salud", lo cual puede afectar negativamente su autoestima, según el coautor de la investigación, el psicólogo Richard Robins.

Para la psicóloga Cristina Ruiz Coloma, especialista en atención psicológica de adultos, "muchas personas aceptan el envejecimiento como un proceso normal, lento e inevitable, y siguen viviendo felices, pero otras, que asocian los cambios con pérdidas, decrepitud y discriminación, lo viven con mucha dificultad".

¿Y de qué se trata la autoestima?

La autoestima es definida en los manuales de psicología como la idea que una persona tiene de sí misma, es decir la percepción que los seres humanos tenemos de nosotros mismos, sin importar o verse afectada por lo que crean o nos digan los demás.

Es, en síntesis, el núcleo central de la personalidad y lo que determina la conducta.

Es un tema importante en términos psicológicos, porque el amor propio o cariño hacia uno mismo es el motor de una persona y lo que la impulsa a seguir adelante y motiva a conseguir lo que se propone.

La autoestima es un sentimiento positivo, generador de confianza y entusiasmo, que contribuye a la realización, felicidad y éxito personal y social de todo individuo. Debe cultivarse desde la niñez, trabajarse mucho en la adolescencia y consolidarse en la edad adulta.

lunes, 21 de febrero de 2011

TIPS PARA LA SALUD

¡Por fin pasó todo lo que tenía que pasar! Fiestas, reuniones familiares, comidas entre amigos y esa sensación de relajación excesiva que hizo que más de uno dejara de lado sus objetivos y diera rienda suelta a todos los placeres alimenticios alejados del gimnasio.
Si en tu caso ya no sabes ni lo que es un bench press ó un licuado de proteína, despierta de ese aletargamiento que es momento de retomar el camino, no esperes hasta verte con un prominente abdomen para retomar la disciplina, es momento de regresar a lo que nunca debiste dejar.
¡Vuelve a estar en forma!
Estar en forma no es tan difícil como parece, un estilo de vida saludable es el primer paso para lograrlo. Si deseas ver tus músculos abdominales, sólo tienes que hacer ejercicio de manera regular y llevar una alimentación balanceada.
No existe el camino fácil
El problema es que actualmente todo mundo desea ver resultados positivos en su figura, pero muy pocos están dispuestos a comprometerse seriamente para lograrlo. Buscar resultados sin estar dispuesto a sacrificarte sólo te hace vulnerable al fracaso.
1.       No te des por vencido
Si lo has intentado por todos los medios y no lo consigues. Vuelve a darte la oportunidad, recuerda que, “el que persevera alcanza” y una frase que particularmente concuerdo con ella “puede más el que quiere, que el que puede”.
Antes de darte por vencido, debes de hacer un recuento de lo que puedes estar haciendo mal, recuerda que esto es un proceso que lleva tiempo y se requiere de constancia y disciplina.
2.       No caigas en engaños
La grasa corporal no se acumula de forma espontánea en el cuerpo, tampoco ocurre que de un día para otro estabas en forma y al despertar subiste de peso, definitivamente no es cuestión de mala suerte, es cuestión de hábitos, si todos los días tus hábitos son positivos, tus resultados también y así ocurre a la inversa.
Cualquier método de reducción de peso que te ofrezca resultados sorprendentes en poco tiempo, no puede hablar en serio. Mejor toma las cosas con cautela y no te dejes llevar por promesas, recuerda que no existen los productos mágicos, sólo la disciplina y la constancia.
3.       Olvídate de las dietas de moda
Siempre existen dietas novedosas que quieren reinventar la alimentación y prometen resultados sorprendentes en poco tiempo, lo peor es que nadie sabe cómo funcionan, pero todo mundo te las recomienda.
El principal problema de las dietas de moda es que se recomiendan de una persona a otra sin ningún fundamento científico. Dentro de mi experiencia en el campo de la nutrición puedo asegurarte que estas dietas no cumplen los resultados físicos que prometen y si pueden provocarte serios problemas de salud. El mejor método para perder grasa corporal es llevar una alimentación balanceada.
4.       Adopta una actitud positiva
Es lo primero que debes de hacer. Para poner en orden tu cuerpo inicia por poner en orden tu vida, si quieres lograr algo, inicia por pensar en cómo te vas a ver cuando estés en forma, el primer paso para lograr algo es pensar que es posible.
Piensa en como se comportaría la persona que quieres ser y comienza a actuar como tal, los resultados vendrán más rápido de lo que crees.
5.       Elabora un diario de alimentación
Alimentarse bien es más fácil cuando llevas un registro. En una libreta anota todo lo que comes durante el día, así en la noche sabrás si aprobaste con diez y te alejaste con éxito de la comida rápida y los postres ó de plano tienes que hacer todo un exorcismo de grasa saturada y azúcar en tu forma de alimentarte.
6.       Consulta con un especialista
Evitar pedir ayuda profesional es el principal motivo por el que las personas fracasan en sus intentos de ponerse a dieta, comienza por ser honesto, si no tienes ni idea de lo que debes de comer, mejor consulta con un Nutriólogo para que te diseñe el programa adecuado a tus necesidades.
 7.       Por escrito es mejor
A veces no basta con tener la intención de alimentarte sanamente y de manera moderada. Inicia por comprometerte contigo mismo y no especules si llevas una buena alimentación, ponlo por escrito.
Pega tu hoja de dieta en el refrigerador para recordarte antes de preparar tus comidas y lleva una pequeña copia de tu dieta a todas partes, así evitas salirte del programa. Además fíjate metas a mediano y corto plazo, pero busca un plazo razonable.
8.       Come varias veces al día
Si pensabas que comer menos era la solución, no es así, está comprobado que para perder grasa corporal y mantener un metabolismo acelerado lo mejor es comer cinco veces al día. El privarte de los alimentos e incurrir en una drástica reducción calórica, sólo entorpece el metabolismo, promueve la perdida muscular e incrementa los depósitos grasos.
9.       No esperes a tener hambre para comer
Alimentarte hasta que tu estomago proteste puede llevarte a consumir tus alimentos de forma impulsiva y con una mala digestión. No es lo mismo planear con tiempo tus comidas que consumir cualquier alimento presionado por la señal del apetito.
10.   Olvídate de freír los alimentos
Cocinar con grasa no sólo le da sabor a los alimentos, también les da muchas calorías al incrementa considerablemente su contenido energético, algo que puede ponerte en serias complicaciones para mantener tu figura. Abstenerte de freír los alimentos, hace más saludable tus platillos y previene la obesidad.
11.   Apóyate en las grasas buenas
No toda la grasa es mala, estudios recientes afirman que el consumo de grasa como la procedente de los pescados, las nueces, almendras, aguacates y aceites vegetales, previene enfermedades cardiovasculares y favorecen la utilización de la grasa mala al ayudar al hígado a metabolizarla.
12.   Olvídate del azúcar
El azúcar es un aditivo muy común utilizado en la industria alimentaría que se encuentra de forma oculta en muchos alimentos como panes, cereales, malteadas, refrescos y jugos incrementando el consumo calórico, por lo que lejos de endulzar tu vida el consumo excesivo de azúcar puede amargártela al incrementar tus reservas de grasa y hacerte más propenso a enfermedades.
13.   Apóyate en productos ligeros de buena calidad
No hay motivo para sufrir o comer de forma insípida al estar a dieta. Prueba utilizando la gran variedad de productos light existentes para hacer tus comidas deliciosas. Sólo recuerda que el que un producto sea light no significa que se pueda consumir libremente sin culpa. Utiliza estos productos para complementar tu alimentación dentro de una dieta balanceada y tendrás los resultados que esperas.
14.   Toma abundante agua
El agua favorece la digestión y ayuda a mantener una correcta hidratación, además de eliminar lo que tu cuerpo no necesita.  Beber de 2 a 3 litros de agua al día es el primer paso para lograr tus metas.
15.   Regresa al gimnasio
Deja los pretextos y regresa de una vez al gimnasio, no hay mejor forma de retomar tú figura atlética que volver a la rutina de entrenamiento, recuerda que para parecer deportista, primero hay que actuar como uno.
16.   Actívate
Con entrenar no basta, si quieres los mejores resultados actívate, la actividad física es tu mejor aliada para mantenerte saludable, prueba dejando el auto en casa de vez en cuando, camina con tu pareja, olvídate del elevador en tu trabajo y utiliza las escaleras cada que puedas. Deje de lado los pretextos e incrementa tu actividad física.
17.   Utiliza la grasa como energía durante tu actividad cardiovascular
Utilizar un poco de tiempo para llevar a cabo una actividad del tipo aeróbico como correr ó hacer bicicleta fija, incrementa significativamente tus resultados en cualquier programa de pérdida de grasa. Entre sus ventajas el ejercicio aeróbico promueve una mayor eficiencia en la oxidación de grasa y acelera el metabolismo. Por lo que, si llevas a cabo todos los pasos anteriores y además haces ejercicio tus resultados serán excelentes.
18.   Plantea metas a corto plazo
Si nunca has tenido el abdomen de lavadero, no esperes lograrlo al primer intento, esto puede desmotivarte en ves de ayudarte. Inicia por plantearte metas a corto y mediano plazo y conforme avances en tus resultados verás como poco a poco tus objetivos se van cumpliendo.
19.   No lo dejes en buenas intenciones
Es el momento si estás interesado en cambiar tu aspecto físico deja de pensarlo y ponte a trabajar en ello, deja los pretextos como: inicio la próxima semana, o comienzo mi dieta después del cumpleaños de Juan. Este es el momento para comenzar, no pierdas más tiempo.

domingo, 20 de febrero de 2011

SINDROME DEL NIDO VACIO


  ASI SE LLAMA EL MOMENTO EN EL QUE LAS MADRES SENTIMOS QUE LOS HIJOS YA VUELAN SOLOS. ASI SE LLAMA EN LOS TRABAJOS DE PSICOLOGIA. PERO EN LA VIDA DE LAS MADRES... MAS VALE ESTAR PREPARADAS.
CUANDO YO ERA MADRE DE NIÑOS PEQUEÑOS....
( AHORA LO SOY DE CINCO PERSONAS ADULTAS
 PENSANTES HOMBRES Y MUJERES EN CIERNES)
CUANDO YO ERA MADRE DE SOLO TERNURA,
PAPILLAS Y BIBERONES....
( AHORA LO SOY DE CINCO ADULTOS,CON DEFECTOS Y VIRTUDES.
CUANDO MIS HIJOS ME DESPERTABAN POR LA NOCHE,
PIDIENDO AGUA, PIPI O BESOS....
( AHORA SUS INCOGNITAS DIARIAS NO ME DEJAN DORMIR).
CUANDO YO ERA JOVEN, COSIA O LAVABA O LAS TAREAS DEL HOGAR
PARA PODER ATENDERLES POR EL DIA.
¡ ENTONCES, ¡ ERAN TAN MIOS MIS NIÑOS
¡ ERAN SOLO MIOS!
EN SILENCIO, MIENTRAS COMIAN DE MI,
AL CALOR DE MI REGAZO,
SI SE HERIAN O TENIAN HAMBRE...¡SOLO MIOS!
YO CORTABA SU PELO Y HARREGLABA SUS ROPAS.
SABIA TODO DE SUS ALEGRIAS Y SUS LAGRIMAS.
SI JUGABAN EN EL PARQUE Y CORRIAN ALGO LEJOS,
SABIA DONDE TENIA QUE BUSCARLOS.
¿ NOSTALGIA DE AQUELLOS DIAS EN QUE ME AGOTABAN?
ENTONCES NO SUPE DISFRUTAR PLENAMENTE
DE ESE LARGO CORDON UMBILICAL
QUE LOS SEGUIA UNIENDO A MI.
¡ ALGUNAS VECES SENTIA LA NECESIDAD DE DISTANCIARME DE ELLOS!
GRACIAS A DIOS LOS TENGO CERCA
SE DE ELLOS LO QUE ME CUENTAN O LO QUE INTUYO.
AHORA EL MUNDO Y SUS PROBLEMAS ,LOS ALEJAN.
YO ELEVO MIS MANOS,PARA PEDIRTE PADRE POR ELLOS
 UN CAMINO DE PAZ Y AMOR.

FORMULAS PARA REDUCIR EL DOLOR

Fórmulas para reducir el dolor y mejorar la circulación.

Le damos la fórmula para reducir el dolor punzante provocado por las várices, mejorar la circulación y evitar que empeore la inflamación. El truco es hacer que la sangre circule fuera de las venas y llegue de vuelta al corazón.

No esté de pie cuando pueda sentarse.

Quedarse parada en la misma posición por un largo período hace que la sangre se estanque en la parte baja de las piernas, lo que provoca presión en los vasos sanguíneos. Cuando sea posible, descanse aproximadamente cada 15 minutos y siéntese con las piernas elevadas.

Coma más bayas.

Las moras, frambuesas y frutillas contienen flavonoides, y se ha demostrado que estos ayudan a fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos. Esto es muy útil para prevenir las várices y las hemorroides. Cómalas después del almuerzo o cena.

Cuando esté sentada, levante los pies.

Elevar las piernas evita que la sangre se estanque en las venas. Cuando mire televisión o esté acostada, mantenga los pies elevados un poco más arriba del nivel del corazón.

Muévase.

Es la única forma segura de fortalecer los músculos de las pantorrillas y mantener la sangre circulando en las piernas. Empiece haciendo caminatas después de la cena o antes del desayuno. Si pasa gran parte del día sentada en un escritorio, ponga en punta los pies y flexiónelos para mejorar la circulación. Si está de pie, haga que la sangre se mueva varias veces en una hora levantando los dedos, cambiando el peso de un pie a otro, doblando las piernas y caminando en el mismo lugar.

Evite la ropa ajustada.

Aunque no lo crea, esos jeans que resaltan su figura son una mala idea. Nunca use ropa ajustada que pueda disminuir la circulación sanguínea en la parte superior de las piernas.

Baje de peso.

Si tiene algunos kilos de más, haga un esfuerzo por volver a un peso más saludable. No sólo le quedará mejor, sino que reducirá la presión excesiva en las piernas y en el sistema circulatorio, y mejorará el flujo sanguíneo. Un estudio hecho en Escocia demostró que tener sobrepeso u obesidad eleva hasta en un 85 por ciento la probabilidad de desarrollar várices. Al comer menos y hacer más ejercicio aeróbico, bajará de peso y reducirá el riesgo de desarrollar problemas en las venas de las piernas.

Use medias.

Aunque no son la opción más atractiva, usar medias de compresión (disponibles en farmacias) es una manera efectiva de reducir el dolor que provocan las várices. Las medias de compresión funcionan al aplicar presión en la parte baja de las piernas, obligando a que cualquier residuo de sangre regrese al corazón (hasta en un 20 por ciento). Cuando unos investigadores japoneses compararon las piernas de 20 personas con várices, encontraron que todos los grados de medias de compresión reducían la inflamación, pero que los  grados medio y fuerte eran los que funcionaban mejor.

Use zapatos de tacos bajos.

Los tacos altos no causan várices, pero al usarlos se vuelven menos efectivos los músculos de la pantorrilla para bombear la sangre de vuelta al corazón mientras usted camina. Nuestras piernas prefieren caminar con zapatos sin taco. Estos tonifican los músculos de las pantorrillas, y ayudan a que la sangre circule por las venas.

Gotu kola (centella asiática).

Las investigaciones han descubierto que esta hierba, originaria de Madagascar, India y Sri Lanka, puede reducir el dolor, la inflamación, la sensación de pesadez y el hormigueo en las piernas. Funciona al fortalecer el recubrimiento de colágeno de las paredes de las venas, lo cual mejora la circulación. La dosis recomendada es de 30 a 39 mg  diarios.

Castaño de Indias.

El extracto de la semilla de este árbol es un remedio para las molestias de las várices que parece funcionar. Investigadores de la Escuela Médica Harvard que revisaron 16 estudios de miles de personas con válvulas débiles en las venas de las piernas encontraron que aquellas que tomaron el extracto tenían cuatro veces menos dolor que quienes recibieron un placebo. La mitad de ellas notó una menor inflamación, y el 70 por ciento presentaron menos picazón. También informaron sobre una mejoría en la sensación de fatiga y pesadez en las piernas. En estudios de laboratorio se descubrió que la escina, el ingrediente activo de las semillas de castaño de Indias, fortalece las paredes de los vasos sanguíneos pequeños. La dosis diaria común es de 300 mg (con 50 a 75 mg de escina por dosis).

No haga esfuerzo.

Hacer mucho esfuerzo para provocar el movimiento intestinal aumenta la presión en las venas de la parte inferior de las piernas. Investigadores escoceses indicaron que este tipo de presión casi duplica el riesgo de problemas venosos en los hombres. Para que el movimiento intestinal sea lo más suave y cómodo posible, tome mucha agua durante el día y aumente su consumo de fibra.

Disfrute una copa de vino.

Unos investigadores españoles que analizaron las historias clínicas de 1.778 personas, hallaron que aquellas que tomaban una copa de vino todos los días tenían un riesgo un 50 por ciento menor de desarrollar várices, a diferencia de quienes tomaban menos (o más)

UNA HISTORIA DE PERSECUCIÓN

Tras años de persecución y carcel, Azita y Siavash pudieron vivir su amor en libertad. Me encuentro en un tupido bosque en el noreste de Grecia, cerca de la frontera turca. Estuve todo el día ocultándome entre el follaje bajo la lluvia, y siento escalofríos. Pero no me importa. Mañana veré a mis padres y a mi hermana menor por primera vez en seis años. Ellos están en Atenas, a salvo. Le pagaron 6.000 euros a un contrabandista —todo lo que les quedaba— para que me sacara de Irán junto con mi esposo, Siavash.

Siavash y yo somos parte de un grupo de 10 refugiados.
El contrabandista nos había dicho antes que Atenas no estaba muy lejos y que debíamos escondernos en el bosque hasta que nos diera la señal de seguir adelante; luego nos dejó solos en la oscuridad.

Se acerca una camioneta. Reduce la velocidad hasta detenerse en la ruta, a pocos metros de mí. El corazón me late con fuerza. Me pregunto si son los hombres a los que se les pagó para que nos llevaran a Atenas.

No son. Cuando me descubren, uno de ellos me patea con tanta fuerza en la rodilla que me caigo. El otro me levanta y a empujones me obliga a caminar. Me dice a gritos que es agente de la policía fronteriza griega y que estoy arrestada. Me lleva adonde están los otros nueve detenidos, y nos meten a todos en el vehículo.



Infancia y comienzos

 Esa noche de junio de 2006 tenía yo 26 años, y hacía seis que estaba huyendo de las autoridades iraníes junto con Siavash. Aun así, tengo muchos recuerdos gratos de mi infancia en Irán. Sentada en el regazo de mi padre, lo escuchaba contar historias, o lo veía ayudar a mi madre en la cocina. En un tiempo mi familia tuvo dinero. Mi papá y su hermano, Ahad —el padre de Siavash—, tenían puestos en el gobierno, pero cuando el sha de Irán fue derrocado, en 1979, papá perdió su trabajo y tuvimos que mudarnos de una casa grande en Teherán a una pequeña en el suburbio de Karaj. Luego, a principios de los años 80, Ahad murió y Siavash se quedó sin padre. Mi familia lo crió como a un hijo más. Hasta que tuve cerca de 12 años, me dijeron que Siavash era mi hermano.

En Karaj, mi papá trabajaba como fotógrafo. En 1989 lo encarcelaron por unirse a una protesta contra el régimen. Para soportar esto, me aferré a Siavash. Lo admiraba por su fortaleza de ánimo y su seguridad en sí mismo.

Amor con Siavash

Al año siguiente me enteré de que no éramos hermanos. Nos enamoramos a los 16 años, y mi papá dio su consentimiento. “En Irán no es fácil salir y tener novios ­—dijo—, así que, si se quieren, no hay nada malo en ello. No son hermanos de sangre”.

Siavash y yo nos casamos en 1998. El día de nuestra boda fue el más feliz de mi vida. Me puse un vestido blanco, y todos compartieron nuestra dicha. Todavía recuerdo las sonrisas de mis padres y de mi hermana.

Protesta y encarcelamiento

Nuestra felicidad se vio ensombrecida pronto. En julio de 1999 asistíamos a la Universidad de Teherán. Yo estudiaba Pintura, y Siavash, Literatura. Cuando el gobierno decidió cerrar un periódico reformista, los estudiantes protestaron. En represalia, miembros del Basij, la fuerza paramilitar iraní, irrumpieron en los dormitorios, incendiaron algunos de ellos y arrojaron por las ventanas a sus ocupantes. El 14 de julio, estudiantes de todo el país se unieron en manifestaciones más enérgicas.

Aunque Siavash y yo conocíamos los riesgos de unirnos a la protesta —cárcel, violación y tortura—, nos sumamos a ella.


Las calles se llenaron con miles de personas que lanzaban consignas y vítores. El temor flotaba en el ambiente, pero también el entusiasmo. Queríamos creer que nuestra protesta cambiaría al país.

De pronto, los Basij me derribaron. Tanto a Siavash como a mí nos inmovilizaron boca abajo en el suelo, y nos golpearon con garrotes y con los puños. Empecé a asfixiarme con el gas lacrimógeno y el aerosol de pimienta. Nos detuvieron y nos encarcelaron por separado durante seis meses.

Esposada y con los ojos vendados, me interrogaron sobre mi participación en la protesta. ¿Por qué estaba yo allí? ¿Quién era el líder? ¿Quién más pertenecía a mi “organización”? ¿Por qué llevaba yo un crucifijo? Me tenían contra una pared y me pateaban sin piedad. Hoy, debido a los golpes en las rodillas que me dieron los carceleros en Irán y, años después, los guardias fronterizos griegos, no puedo caminar distancias grandes.

Les dije que no pertenecía a ningún grupo, y que no sabía el significado del crucifijo; que sólo pensaba que era bonito. Pero la verdad era otra: mi abuelo paterno era cristiano. Se había convertido hacía muchos años, antes de que yo naciera, pero cuando el sha fue derrocado, se empezó a tratar a los cristianos conversos como a criminales. Manteníamos en secreto nuestra religión, y asistíamos al culto en capillas improvisadas en los sótanos de las casas de otros fieles.

El esperado reencuentro

No supe si mi adorado Siavash estaba vivo o muerto hasta seis meses después, cuando nos liberaron. Me contó que a él también lo habían golpeado. En el momento en que nos detuvieron llevaba consigo una Biblia y tuvo que inventar una historia rápidamente: les dijo a los interrogadores que alguien le había dado el libro durante la protesta. Los hombres lo presionaron para que confesara haber tramado con otros estudiantes el derrocamiento del régimen. Querían que les dijera los nombres de esos jóvenes. Él se negó, y lo amenazaron con violarme si no cooperaba. Siavash oyó gritos procedentes de otro cuarto y pensó que me estaban violando. No era yo, pero sí otra persona.

El documento que firmamos al salir de la prisión dejaba en claro que no éramos cristianos, y que si alguna vez se demostraba que habíamos mentido, nos matarían. También nos hicieron prometer que nunca volveríamos a participar en actividades contra el gobierno. Si nos atrapaban haciéndolo, nos costaría la vida.

No nos permitieron volver a la universidad. Nuestra familia había perdido todo —trabajo, casa, libertad de culto y ahora nuestra educación—, pero estábamos decididos a defender nuestra libertad a toda costa.

Una nueva protesta

En febrero de 2000, unos meses después de las manifestaciones estudiantiles, mi padre organizó una protesta en el aniversario de la llamada Revolución Iraní de 1979. Esta vez la filmé. Policías vestidos de civil me agarraron e intentaron arrojarme al suelo, como lo habían hecho antes los Basij, pero otros manifestantes se arremolinaron en torno a nosotros y de repente me vi corriendo con Siavash. Sabíamos que la policía iría a nuestra casa, así que nos dirigimos a la estación de ómnibus. Tomamos el primero que salió, a Arak, una ciudad del oeste del país. Pasamos seis días escondiéndonos, esperando encontrar un hogar nuevo y permanente donde pudiéramos salir y ser libres. Sabíamos que no podríamos volver.

Escondidos en busca de la libertad

En Arak nos mantuvimos en contacto con mi familia por medio de amigos, quienes usaban claves secretas para decirles dónde estábamos. Mi familia nos enviaba dinero para que pudiéramos sobrevivir. A veces pasábamos semanas escondidos en casa de algunos de los amigos de la familia. Sólo nos atrevíamos a salir al amparo de la noche para buscar alimento; en ocasiones nos teníamos que conformar con comer hierbas y pasto.

Camino a Grecia

Unos años después, mis padres y mi hermana huyeron de Irán. Primero fueron al este, a Paquistán. A finales de 2005 llegaron a Grecia, y nos mandaron decir que nos preparáramos para reunirnos con ellos. Fue entonces cuando contrataron al contrabandista para que nos sacara de Irán. Siavash y yo iniciamos el viaje en la primavera de 2006. Siguiendo al contrabandista, cruzamos a pie las montañas del Kurdistán. En cierto momento me desmayé a causa de la fatiga y la mala alimentación, y Siavash tuvo que llevarme a cuestas. Recorrimos Turquía, cruzamos la frontera y entramos en Grecia. Fue allí, en el bosque, donde fuimos capturados por la policía.

La cárcel otra vez

Pasamos un día detenidos y luego nos enviaron de vuelta a Turquía. Estuvimos en una cárcel durante casi un año. Las celdas estaban repletas de personas desesperadas, hambrientas y cansadas como nosotros: refugiados de Moldavia, Marruecos, Somalia e Irán. Las condiciones allí eran peores que las de la cárcel de Teherán. Las cloacas se desbordaban, y los inodoros  perdían tanta agua que nuestras celdas se inundaban hasta 30 centímetros de altura. A Siavash lo golpeaban todo el tiempo. ¿Nuestro delito? No tener papeles legítimos para entrar en ningún país. Los pasaportes que el contrabandista nos había dado eran falsos.

Las autoridades turcas querían deportarnos a Irán, donde nos esperaba la ejecución.


Siavash y yo podríamos estar aún en una prisión turca, o tal vez muertos, si dos iraníes que vivían en Occidente no se hubieran enterado de nuestra situación. Reza Pardisan, residente en Londres, y Nazanin Afshin-Jam, en Vancouver, presentaron nuestro caso ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. En 2007 nos concedieron el estatus de refugiados y nos sacaron de la cárcel.

Finalmente en libertad

Reza ofreció ayudarnos a pagar el alquiler de un departamento en Turquía hasta que la ONU encontrara un país dispuesto a recibirnos. Esperamos dos años, y yo recé todas las noches por que fuera Grecia, para poder reunirme con mi familia. Pero el que nos dio asilo fue Canadá, en 2009. Ningún otro país quiso hacerlo. Ahora vivimos en Vancouver, no lejos de Nazanin. Estudiamos inglés en una universidad.

Siavash y yo estamos sanos y a salvo. Asistimos a una iglesia real, no a un sótano. No tememos ser cristianos ni denunciar al gobierno iraní.

Una vez por semana hablo por teléfono con mis padres y mi hermana, quienes aún viven en Atenas. Me duele que no estemos juntos. Mi deseo es que nos reunamos, ya sea en Canadá o en Grecia, pero no tendremos dinero para viajar hasta que aprendamos inglés y consigamos trabajo.

No pasa un día sin que me acuerde de aquel bosque en el noreste de Grecia. ¡Habíamos estado tan cerca de la libertad! Por las noches, antes de quedarme dormida, cierro los ojos e imagino a mi padre caminando de un lado a otro en la cocina, a mi madre mirando el reloj de la pared, y a mi hermana rezando por que todos estemos juntos muy pronto

sábado, 19 de febrero de 2011

BUENAS NOTICIAS



Avances científicos sobre la felicidad - La tendencia a la felicidad depende del tamaño y la característica de una pequeña estructura – una especie de chip -  alojado en el centro del cerebro, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Douglas de Montreal publicado en la revista Molecular Psychiatry. Este descubrimiento abre el camino a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales y en el futuro poder regular uno de los retos mas importantes del ser humano a través del tiempo y del espacio, encontrar sentido a la vida simplemente disfrutándola.
La zona en cuestión es el llamado núcleo caudado, que es una pequeña zona oculta bajo el córtex, en el centro del cerebro y que forma parte de un conjunto llamado ganglios básales. El núcleo caudado esta relacionado con las acciones voluntarias y  le permite a las personas aprender cuales son los comportamientos que les procuran placer.
La zona del cerebro que aporta felicidad es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de un trastorno que se caracteriza por la incapacidad de experimentar placer.
Se trata de la anhedonia , que provoca la pérdida de interés y hasta la aptitud de sentir satisfacción en cualquier cosa que se haga. Los expertos la consideran un síntoma claro de depresión aguda y de esquizofrenia, no porque la depresión la provoque, sino por el efecto contrario: porque al no poder sentir placer y disfrutar de las emociones positivas, las personas se deprimen.
Hasta ahora, los criterios generales para identificar la presencia de anhedonia en alguien era analizar su insatisfacción constante respecto de sus capacidades y logros, evaluar sus relaciones interpersonales. Con el nuevo descubrimiento es posible un diagnóstico más certero de ciertos tipos de depresión e incluso de detectarla precozmente.
¿Por qué cuesta tanto dejar de fumar? – El tabaquismo no solo es dañino para la salud sino que es una molestia para el publico en general. Por otra lado  dejar de fumar no es fácil porque se trata de una adicción compleja, dicen los expertos, apoyada sobre tres aspectos: uno biológico , que es el efecto de la nicotina en el cerebro, el otro de la personalidad , que hace que determinadas personas vinculen  sus actividades placenteras y el manejo de las situaciones de tensión al cigarrillo, y el tercero al aspecto social , por el que muchas personas se relacionan con los demás a través del cigarrillo, que sobre todo en la adolescencia, ayuda a construir una imagen personal. Se empieza a fumar por el mecanismo social y después se establece la dependencia neurobiológica.
Desde el punto de vista médico el tabaquismo es una adicción y ésta es la principal razón por la cual al fumador le cuesta abandonar el consumo. La nicotina es la droga que determina que el fumador sea adicto. El síndrome de abstinencia hace que el fumador necesite encender otro cigarrillo para incorporar la dosis de nicotina habitual en su organismo. Para comprender el proceso de la adicción nicotínica es necesario recorrer la neurobiología de la adicción. Los cigarrillos contienen cientos de sustancias químicas, muchas de las cuales son carcinógenas o tóxicas, como el alquitrán, monóxido de carbono, amoníaco, arsénico, etc . Estas sustancias son las responsables de que una persona fumadora viva en promedio 10 años menos que una no fumadora. Así a dejar el tabaco ¡ ahora ¡... A mis alumnos en la Escuela de Chefs del Instituto de los Andes, le repito periódicamente el perjuicio profesional que les causa el cigarrillo al atrofiar sus papilas gustativas que son sus herramientas de trabajo, los resultados obtenidos son bastante alentadores, cada día hay menos fumadores.
Buenas Noticias para los diabéticos - Una investigación presentada hace unos días en el congreso de la American Chemical Society, en Washington, D.C., indica que unos microbios intestinales “amigables” modificados mediante ingeniería para fabricar una proteína específica pueden ayudar a regular el azúcar en sangre en ratones diabéticos. Aunque la investigación se encuentra todavía en sus primeras etapas, estos microbios que se pueden desarrollar en yogur podrían, algún día, ofrecer un tratamiento alternativo para las personas con diabetes.
La investigación supone un nuevo avance en los probióticos: antiguos suplementos compuestos de bacterias inocuas, como las que se encuentran en el yogur y que se ingieren para reforzar la salud. Algunos científicos están intentando modificarlos mediante ingeniería para paliar dolencias específicas. "El concepto de utilizar bacterias para ayudar a superar (o reparar) trastornos humanos es extremadamente creativo e interesante", señaló Kelvin Lee, ingeniero químico de la Universidad de Delaware, en Maryland. "Incluso si no conduce directamente a una solución al problema de la diabetes, abre nuevas vías de pensamiento en un sentido más general", añadió.
Disminuya el riesgo cardíaco mediante buenos hábitos alimenticios – Desde Nueva York y mediante Reuters Health recibimos la información que reducir la cantidad de calorías, ya sea mediante la reducción de grasa o de carbohidratos, ayuda a adelgazar, pero un nuevo estudio sugiere que el enfoque con menos carbohidratos sería más efectivo para disminuir los factores de riesgo cardíaco.
Los resultados del estudio sobre 200 adultos con sobrepeso, a los que se controló durante un año, aportan evidencias de que las dietas reducidas en carbohidratos serían más efectivos para disminuir ciertos factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como el alto nivel de grasas en sangre (triglicéridos) y el aumento del tamaño de cintura.
Aun así, los autores sostienen que la clave real del éxito es elegir una dieta reducida en calorías con la que se pueda convivir en el largo plazo.
El estudio, publicado en la revista Cardiovascular Diabetology, analizó un programa para adelgazar que se ofreció por vía telefónica, los participantes enviaban el peso semanal a través de mensajes por teléfono celular. Para mi una interesante y lógica  novedad en el campo de las encuestas.
A todos se les indicó reducir por los menos 500 calorías de la dieta habitual. La mitad redujo los carbohidratos: menos del 40 por ciento de las calorías provenía de carbohidratos, el 35 por ciento de grasa y el 25 por ciento de proteína.
El secreto de las porciones pequeñas – Es conocido que muchos programas para adelgazar sugieren que masticar bocados más pequeños y saborearlos, es decir disfrutarlos plenamente ayuda a comer menos y ahora un grupo de científicos logró confirmarlo.
Mantener los alimentos en la boca por más tiempo satisface más a los sentidos y cuando se satisfacen los sentidos, se tiende a comer menos, resumió el equipo de Cees de Graaf, de la Universidad de Wageningen, en Holanda.
Estudios previos habían demostrado que comer bocados más pequeños hacía que las comidas sean más lentas, pero no necesariamente modificaba la alimentación.
La nueva investigación, publicada en American Journal of Clinical Nutrition, demuestra que comer bocados pequeños y saborearlos por más tiempo "reduce significativamente el consumo de comida", y esta confirmación de la investigación científica es para tomarla encuentra con renovados bríos