La autoestima es el amor que sentimos por nosotros mismos y que se pone de manifiesto en nuestras actitudes cotidianas hacia nosotros mismos. Si consideramos que, como dice el dicho, "nadie da lo que no tiene", es fundamental quererse a sí mismo para poder querer a los demás. Lo que pensamos de nosotros mismos se convierte en una verdad y va determinando nuestra forma de actuar y, por lo tanto, la forma en que los demás nos responden. A lo largo de nuestra vida aprendemos modelos, aprendemos a percibir el mundo y, por supuesto, aprendemos a percibirnos a nosotros mismos de determinada manera.
Además, tendemos a repetir el modelo de relación que aprendimos con nuestros padres.
Esto no está bien ni está mal, simplemente lo hacemos y nos tratamos a nosotros mismos tal como nos trataban nuestros padres. No se trata de que nuestros padres sean culpables de nada; seguramente nadie les enseñó a ellos a ser de otra manera. Si nuestra madre o padre no sabían amarse a sí mismos no podían enseñarnos a amarnos a nosotros mismos y, seguramente, crecimos con críticas, miedos, culpas y resentimientos.
El pasado no puede cambiarse, aunque si se puede renunciar a él y perdonar, incluso a nosotros mismos. No es fácil y a veces, es doloroso. Pero es una tontería que nos castiguemos en el presente porque alguien nos hizo sufrir en el pasado. El simple hecho de decir que estamos dispuestos a dejar el pasado atrás, inicia el proceso de curación. Lo fundamental es amarnos a nosotros mismos, es decir, tener un profundo respeto por nosotros mismos y estar agradecidos de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro espíritu. El amor a uno mismo empieza con la disposición a no criticarse nunca por nada, entendiendo que siempre hacemos las cosas lo mejor que podemos.
Las críticas, el miedo, la culpa y el resentimiento son los que provocan los principales desarreglos en nuestro cuerpo y en nuestra vida. Un resentimiento largamente cultivado puede carcomer el cuerpo hasta convertirse en cáncer. El hábito de la crítica puede ocasionar artritis. La culpa provoca dolor pues siempre busca un castigo. El miedo, a través de la tensión que produce, puede provocar úlceras, calvicie.
El miedo, el dolor, pueden llevar a las adicciones y estas no se refieren solo a la droga o al alcohol, también se puede ser adicto a la comida, al trabajo o a las parejas que nos hacen daño. El primer paso hacia un mejoramiento de nuestra autoestima y, por lo tanto, de nuestra vida, es darnos cuenta de que no nos amamos o de que nos amamos muy poco. El segundo paso es buscar formas de superar el problema: grupos de autoayuda, psicoterapia, talleres de autoestima, libros de autoayuda, etc.
Un primer ejercicio para iniciar el proceso de sanación es repetir, durante un mes, la mayor cantidad de veces posible cada día, la frase "Me amo y me acepto tal cual soy". Al comienzo esta práctica puede resultar incómoda, hacernos sentir ridículos, ya que hemos sido educadas en el convencimiento de que es necesario criticarse para poder cambiar y así crecer, mejorar. En realidad ésta es solo una idea que puede ser cambiada por otra: podemos cambiar aquellos aspectos de nosotros mismos que no nos gusten o nos molesten, desde lo positivo, es decir, aceptándonos tal cual somos y decidiendo cambiar para sentirnos mejor, para vivir mejor.
Formas de decir No me Quiero
- Nos sentimos rechazados por los demás.
- Nos ponemos nerviosos al hablar en público.
- No podemos mirarnos al espejo directamente a los ojos.
- Nos cuesta pedir lo que necesitamos.
- Postergamos hacer las cosas que nos gustan o que son importantes para nosotros.
- Nos ponemos a la defensiva frente a una observación de los demás, en vez de escuchar y reflexionar, a ver qué hay de cierto en lo que nos están diciendo.
- Fantaseamos mucho pero hacemos poco.
- No podemos pensar en algún defecto propio sin sentimos mal.
- Nos enfermamos o accidentamos a menudo, incluso enfermedades graves.
- Levantarnos a la mañana nos cuesta mucho y anticipamos las actividades del día con temor.
- No podemos estar solos y disfrutar de la soledad
- Calmamos nuestra ansiedad o miedo comiendo en exceso y después nos odiamos por eso.
- Siempre nos enamoramos de hombres a los que hay que cambiar y mientras nos hacen sufrir mucho.
- Somos adictos al alcohol, a las drogas, a los calmantes, al trabajo, etc.
- Nos criticarnos constantemente.
- Creemos que no somos dignos de amor.
- Demoramos en hacer las cosas que nos benefician.
- Vivimos en el desorden.
- Nos creamos deudas y obligaciones.
- Desconocemos nuestro propio valor.
- Nos echamos la culpa de todo lo negativo que nos pueda pasar.
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