Nunca Me olvides
Título Original: Innocence (2000) AustraliaDirector: Paul Cox
Con: Julia Blake, Charles Tingwell, Terry Norris
Físicamente se notan muchos cambios entre ellos, el cambio en la piel, pues ésta ya comienza a arrugarse y colgarse a falta de colágeno y los nutrientes necesarios para su humectación, pero a pesar de eso Andreus ve a Claire igual de bella que antes; tienen dificultad al caminar, pues ya no lo hacen tan rápido y preciso como antes, algunos de sus movimientos comienzan a ser torpes, y la estatura comienza a disminuir año tras año. Pero esas son cosas que a ellos no les interesaba tanto porque el sentimiento que existía en ellos iba cada vez más en aumento.
Cognitivamente hay un aspecto fundamental que se observa durante toda la película, la memoria, ambos Claire y Andreas recuerdan los momentos que pasaron juntos, lo cual demuestra que tienen bien su memoria a largo plazo. Lo vemos también cuando Claire, al tener 70 años aun viaja sola en tren para ir a ver a Andreas. Y cuando ambos se miran, se reconocen fácilmente. Sin embargo, Andreas comienza a tener problemas con su memoria a corto plazo, ya no sabe ni en que día se encuentra, esto se observa cuando la chica que le ayuda al quehacer de la casa le dice que es Martes y el insiste en que es Miércoles cuando no lo es.
Andreas es músico, toca el órgano desde joven y aun siendo anciano sigue tocando y la música también le trae recuerdos de Claire, todos éstos, de cuando eran jóvenes y estaban enamorados.
Cuando se ven por primera vez después de 40 años, ambos se ven contentos por verse. Andreas está impaciente en la estación de tren esperándola y al verla bajar sonríe y se nota que la da mucho gusto, cuando ella lo ve pasa lo mismo, ambos se sienten contentos.
La expresión de las emociones no es algo que se suprima con la vejez. De hecho Claire se muestra muy madura y muy consciente de sus emociones y de lo que ella quiere que suceda. En una de las escenas dice “ahora somos adultos” refiriéndose a que deben hablar sin rodeos y es cuando le dice que aun le gusta.
Cuando van a hacer el amor y vuelven a recordar cómo lo hacían cuando eran jóvenes y después de este encuentro ambos se dan cuenta de que siguen enamorados.
Al decidir decirles a sus respectivos hijos que están enamorados, se viene un enorme problema y prejuicio en el hijo de Claire, porque ella aun tiene a su marido y porque ¿cómo su madre a esa edad va a tener un amorío?, lo supera después, pero al principio no entiende. En cambio, la hija de Andreas, lo apoya, ellos se hablan bien, pueden hablar de este tipo de situaciones, él tiene la confianza de contarle a su hija sobre lo que siente por eso él le dice que es una gran hija.
Ambos se sienten tan bien estando juntos, saben que se aman y retoman su relación, sin embargo existe otro tema que los aflige, más a Andreas, que es la muerte. Él es viudo, su esposa enfermó y murió. En una de las escenas, está Andreas haciendo una grabación y dice que cuando se mira en el espejo ve un montón de arrugas y una calavera. Morir es algo que le preocupa mucho y más ahora cuando se ha reencontrado con el amor de su vida.
En esos momentos, durante la vejez es cuando ambos valoran más la vida que tienen, tratan de disfrutar del amor que los une, de la sexualidad que aún existe entre ellos como si fuera ayer, algo que los hace sentir más unidos, ambos se sienten inmensamente felices por la paz y el encuentro con el otro.
Sin embargo, John, el esposo de Claire se siente muy triste y decepcionado por la decisión de su esposa de abandonarlo, el sabe que la ama y no entiende que es lo que pasa, aunque Claire le repite que desde cuando no hacían el amor, que ya no existía eso que los que unía, esas faltas de atenciones tal vez por el grupo de coro en el que estaba, al que le dedicaba más tiempo que ella olvidándose de los detalles que la enamoraban y aquella monotonía, y el vivo y presente recuerdo de Andreas era ahora lo que la orillaba a dejarlo.
Pero, al final de todo, el final llega y entonces es Claire la que se va primero, se muere y sólo se queda el amor, el respeto y la admiración que ambos sentían por ella, era triste el darse cuenta de su ausencia pero era más grato recordar su presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario