Retardar los efectos negativos del paso del tiempo en el organismo es posible, sobre todo en lo que respecta al corazón. Sólo basta seguir una rutina de ejercicios planificada de al menos una hora al día, y de 45 minutos como mínimo en el caso de los mayores de 65 años. Esto asegura, en gran parte de los casos, tener un corazón tan fuerte y sano como una persona de cuarenta.
El corazón es un músculo tan importante como dúctil. Se adapta rápidamente al estilo de vida sedentario con las consecuentes desventajas para el sistema cardiovascular y, al contrario, se acopla a un ritmo de vida activo favoreciendo la circulación sanguínea y asegurando una frecuencia cardíaca estable.
Para tener un corazón más fuerte se recomienda practicar ejercicios aeróbicos, que son los que mantienen trabajando al corazón a una intensidad moderada, por un período de tiempo prolongado. Gracias a una rutina aeróbica permanente, las personas pueden disminuir la tensión arterial y fortalecer la musculatura de su corazón, haciendo más fácil el transporte de oxígeno hacia el organismo y alargando su ‘vida útil'.
Dependiendo de la salud y el gusto personal, hay muchos ejercicios aeróbicos para darle más vida al corazón. Entre ellos está el trote, el ciclismo, la natación y la gimnasia aeróbica.
A trotar
Entre sus ventajas está en que se puede practicar en cualquier momento y lugar, ya que sólo se requiere de ropa cómoda y zapatillas blandas (idealmente especialmente diseñadas para correr), pero no es aconsejable para quienes nunca han corrido, por el impacto que puede tener en la edad adulta en las articulaciones, a nivel de las rodillas y tobillos.
El pedaleo
Andar en bicicleta es una excelente actividad para los que disfrutan haciendo deporte al aire libre y es ideal para practicarlo acompañado. Sin embargo, para que sea efectivo requiere de un esfuerzo adicional, porque lograr una buena resistencia depende de cuán desarrollada está la musculatura del tronco y los brazos, lo que requiere necesariamente de un entrenamiento adicional.
Ejercicio en el agua
La natación sólo tiene beneficios. Está recomendada para personas de cualquier edad y condición física, sin importar si están con sobrepeso. Permite atenuar dolores corporales de todo tipo -porque permanecer en el agua es una terapia en sí- y ejercitar el sistema muscular, al mismo tiempo que el cardiovascular y el respiratorio.
Existe también el aquagym, una disciplina basada en una serie de ejercicios aeróbicos en el agua, que tiene un positivo impacto en la salud del corazón y los músculos de todo el cuerpo.
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La aeróbica es una excelente alternativa para mejorar la condición física, porque es uno de los mejores métodos para estabilizar la frecuencia cardíaca y reducir el exceso de grasa corporal. Sólo están impedidos de realizar gimnasia aeróbica las personas con osteoporosis y quienes tienen dificultades en las rodillas y tobillos, porque muchos de los ejercicios de esta práctica deportiva incluyen el rebote dentro de su rutina central.
Más saludable
Además de los ejercicios aeróbicos, tome en cuenta las siguientes recomendaciones para tener un corazón saludable:
1.- Comer alimentos ricos en fibra y ácidos grasos, como legumbres, vegetales, frutos secos, aceitunas, pescados -salmón y atún preferentemente- y aceites vegetales como el de canola.
2.- Evitar que el estrés o la tristeza sean estados anímicos permanentes, ya que las investigaciones demuestran que existe mayor riesgo de ataques al corazón y derrames cerebrales asociados a la angustia permanente.
3.- Por ningún motivo fume o beba en exceso, porque los fumadores son dos veces más propensos a sufrir ataques al corazón y, por otra parte, quienes consumen alcohol en forma desmedida corren el riesgo de aumentar la inflamación y los coágulos en el torrente
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