viernes, 10 de febrero de 2012

TRUCOS DE COCINA


Te damos algunos trucos de cocinero experimentado para que te resulte más fácil hacer la comida.

Pelando ajos
Después de pelar ajos nunca hay que frotarse las manos bajo el chorro del agua, pues así sólo se conseguirá que el olor se incruste más en los dedos. Es mejor que simplemente se deje correr el agua sobre la piel. Para que, además, el diente de ajo aporte todo su sabor a los guisos hay que machacarlo antes de usarlo ligeramente, dándole luego un buen golpe con el mango del cuchillo o con el puño.
Hervir agua
Si tienes mucha prisa y quieres que el agua comience a hervir antes, puedes añadir agua caliente del grifo o tapar la olla para que la temperatura suba más deprisa. Y sobre todo, no agregues la sal hasta el último instante.
Guiso pegado
Si un guiso se agarra en el fondo, para quitarle el mal gusto sólo hay que poner la cazuela que lo contenga sobre un recipiente con vinagre y dejarlo así durante un buen rato. Después, cambia el guiso de recipiente sin intentar desprender nada de lo que se ha pegado.
Abrir la olla exprés
Para poder abrirla rápidamente sin peligro de el vapor provoque quemaduras o ensucie la cocina hay que ponerla, sin destapar, debajo del chorro de agua fría. Así el vapor se condensará en el interior y en cuanto deje de salir por la válvula, la olla se podrá abrir sin problemas.
Salsa ácida
Si se ha preparado una salsa y ha quedado demasiado ácida, añádele zanahoria cocida y triturada. Ésta no sólo compensará la acidez, sino que aportará valor nutritivo al guiso.
Horno cerrado o abierto
La mayor parte de las recetas requieren que no se abra la puerta del horno durante la cocción, sobre todo en caso de masas que tienen que subir y que no pueden perder temperatura. Sin embargo, cuando se está gratinando lo mejor es dejar la puerta del horno ligeramente entreabierta, ya que el aire que se filtre hará que el gratinado sea mucho más rápido y homogéneo.
Al usar laurel
Los profanos en materia culinaria han de saber que un condimento tan habitual como el laurel puede ser todo un peligro para el estómago, ya que sus bordes cortantes pueden causar lesiones durante la ingestión o en el tracto intestinal. Para no renunciar a su sabor, es mejor retirarlo antes de servir la comida o en su defecto añadirlo pulverizarlo.

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