En Uni3, capa cidades a pleno hasta el último aliento
 Desde 1983 Uruguay cuenta con Uni3, un espacio de educación no formal  para adultos mayores que lo llevó a ser pionero en la región, imitando  un diseño europeo que nacía en la década del 70. La licenciada en  Filosofía Alondra Bayley fue la impulsora de este exitoso proyecto  uruguayo y hoy, a sus 90 años, sigue orgullosamente al frente de la  institución sólidamente arraigada no solo en Montevideo sino también en  muchas ciudades del interior del país. A su vez, esta experiencia ha  sido tomada por muchos países latinoamericanos que han creado sus Uni3 a  partir del modelo uruguayo.
KARINA THOVE
 Es una fría tarde de invierno. Antes de iniciar la entrevista,  recorremos la casa que es enorme y antigua, difícil de calefaccionar con  esos techos tan altos y con signos de humedad en algunas de sus paredes  pero impecable en su limpieza y orden, algo que contrasta con cualquier  imagen que queramos evocar de la universidad pública o de cualquier  otra institución educativa estatal. En algunos de sus salones  encontramos clases de pirograbado, repujado en aluminio y tallado en  madera, con una abrumadora presencia femenina. En la biblioteca hay  personas leyendo. Una potente frase de José Saramago preside el patio  interior: “Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo. ¡Qué  importa eso! Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo  gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al  fracaso, o lo desconocido. Tengo la experiencia de los años vividos y la  fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años  tengo!”.
 Bailey nos explica que allí se apunta a fortalecer la autoestima y la  alegría de vivir, a estar “siempre positivos”, una actitud ante la vida  que, por cierto, no debería ser solamente fomentada en las y los adultos  mayores.
 Fiel a su espíritu de educadora, Bayley inicia nuestro encuentro  apoyándose en los avances científicos que abordan la adultez mayor como  una etapa más de la vida. “A través de la neurociencia se afirma que la  capacidad de aprender, crear, sentir, pensar, inventar, imaginar,  descubrir empieza en la vida intrauterina y termina con la muerte. Los  avances sobre psicología de la personalidad demuestran absolutamente la  vigencia del pensamiento adulto mayor. La historia también lo documenta,  músicos, literatos, estadistas, que antes se  juzgaba como que eran  excepciones, no lo son. Asistimos a un momento histórico en que sabemos  que el adulto mayor tiene las mismas capacidades a los 20 que a los 90  años. Tenemos alumnos de más de 100 años, de manera que eso queda  demostrado”, argumenta con fervor. Sin embargo, como sociedad, todos  sabemos que aún quedan muchos prejuicios que vencer respecto a esa  última etapa de la vida en que se sigue dando el mensaje de que “ya no  son útiles” y por ende no sirven para nada. 
 Los inicios de esta historia
  En 1972 el profesor Pierre Vellas, de la Universidad de Toulouse, tuvo  la inquietud de abrir las puertas de sus cursos a todas las personas que  quisieran hacerlos sin exigirles estudios curriculares previos. Y así  es como surgió Uni3 en Francia donde muy pronto “se llenaron las aulas  de cabezas blancas”. Bayley conoció esta experiencia así como la que se  estaba implementando en Ginebra, Suiza, que fue la que más le interesó  para traer a nuestro país, por encontrarle más posibilidades de  adaptación.
 Todo empezó a gestarse los domingos de mañana en la cocina de mi casa”,  rememora. Eran un grupo de 7 profesoras y profesores que se tomaron muy  en serio sacar adelante una Uni3 en nuestro país. “Yo enseñaba Filosofía  en el Instituto de Estudios Superiores. Hablé con el director, el  periodista Leonardo Tuso, quien muy generosamente nos dio todo y nos  dijo: `Hagan la experiencia acá´. No teníamos prensa, no teníamos  recursos, nada, apenas una idea”, aclara. Aún así, se encontraron con 56  personas en la conferencia inaugural
que fue sobre Ortega y Gasset. “Y ese fue el nacimiento de Uni3, un 22 de abril de 1983”, cuenta con orgullo.
que fue sobre Ortega y Gasset. “Y ese fue el nacimiento de Uni3, un 22 de abril de 1983”, cuenta con orgullo.
 En pocos años la casa quedó chica, al punto que el edificio vibró y se  derrumbaron las claraboyas, afortunadamente sin que nadie saliera  herido. El peregrinar buscando un lugar incluyó la colaboración de la  Asociación Cristiana y el Automóvil Club del Ur u g u a y, pero en todas  partes les terminaban diciendo que “eran muchos”.La doctora Adela Reta,  al frente del Ministerio de Educación y Cultura en aquel entonces,  “entendió la idea enseguida, la personería jurídica está firmada por  ella. Nos dieron la sala Vaz Ferreira que tiene 400 butacas, pero  nosotros ya éramos más”, asegura. Pronto tuvieron que volver a  peregrinar porque tampoco podían quedarse en un lugar que no los  contenía. “Dimos clases hasta en la vereda”, recuerda Bayley.
 “Queremos capacitarnos más para darle más a la comunidad”
Con esta frase lograron en 1992 que el Ministerio de Educación y Cultura con el doctor García Costa al frente, les diera la casa en la que se encuentran actualmente. También cuentan con otro local porque imparten más de 70 cursos a los que llaman “aulas-taller”. Las temáticas van desde la antropología y el ajedrez hasta el yoga, pasando por el conocimiento de disciplinas como psicología, filosofía, historia de la cultura, astronomía, arte, idiomas o la práctica de danzas circulares, pintura, taichi y canto.
Con esta frase lograron en 1992 que el Ministerio de Educación y Cultura con el doctor García Costa al frente, les diera la casa en la que se encuentran actualmente. También cuentan con otro local porque imparten más de 70 cursos a los que llaman “aulas-taller”. Las temáticas van desde la antropología y el ajedrez hasta el yoga, pasando por el conocimiento de disciplinas como psicología, filosofía, historia de la cultura, astronomía, arte, idiomas o la práctica de danzas circulares, pintura, taichi y canto.
 “El programa se va haciendo a través de las apetencias de los alumnos y  el saber del animador sociocultural (docente). Nadie puede enseñar a una  persona si no la conoce”, explica Bayley. La horizontalidad -“el trato  de igual a igual”- es uno de los principios básicos en los que se  sostiene el proyecto de Uni3. Otro principio muy importante es “la  valoración de la vida como fuente de experiencia y conocimiento”.  Nuestra interlocutora recalca: “Toda persona que viene trae para  nosotros un conjunto de saberes, experiencias, emociones, de vocación  manifiesta que quizás nunca pudo cultivar”.
 Los cursos se estructuran en dos cuatrimestres que se corresponden con  el otoño (marzo-junio) y la primavera (agosto-noviembre), aunque tomen  parte de las otras estaciones. Los intensos fríos del mes de julio son  un impasse necesario, aunque Bayley asegura que “por más frío que haga  todos vienen, siempre quieren venir”. 
 Nosotros le preguntamos a la persona cuál es la materia pendiente que le  quedó, ya sea historia,  literatura...lo que sea.Queremos respetar el  deseo de la persona para que sea un clima de gente motivada y a su vez  alentada a avizorar la existencia de ciencias, artes, música, juegos”,  explica la mentora uruguaya. 
 Todos los animadores socioculturales son honorarios. Solventan los  gastos de manutención de los locales con el cobro de 200 pesos por  inscripción. La persona tiene derecho a acceder a cuatro talleres por  ese monto mensual, lo que explica que haya tanta demanda. “Tenemos más  de 3.000 participantes y siempre hay listas de espera”, asegura Bayley.  Además, el público de Uni3 no declina en su motivación: “Tenemos  participantes que vienen desde hace más de 20 años y no faltan nunca”.
 El valor de dar y recibir
“El propósito de esta instituciónes rescatar el valor enorme, humano, cultural que representa el adulto mayor”, afirma Bayley y cita al ideal estético de Platón: “Educar es dar al cuerpo y al alma la máxima belleza de que son susceptibles”.
“El propósito de esta instituciónes rescatar el valor enorme, humano, cultural que representa el adulto mayor”, afirma Bayley y cita al ideal estético de Platón: “Educar es dar al cuerpo y al alma la máxima belleza de que son susceptibles”.
 “Nosotros acá queremos que la gente dé lo mejor de sí por amor al dar,  por la alegría de expresarse. En el acto de dar hay un recibir, hay amor  infinito, entonces nosotros logramos vencer algunos enemigos de la  vida, como la tristeza ya que hay muchas personas mayores que están  tristes porque perdieron a un ser querido, o tienen problemas con los  hijos difíciles de solucionar, situaciones económicas que afectan a la  vida de su familia”, enumera. A través de la participación, el fomento  de la motivación, cambian los estados de ánimo y aparece “la apertura a  un mundo de esperanza”.
 Bayley evoca a Rodó en “Motivos de Proteo”: “Hay gente que llega al  borde de la tumba sin haber nunca conocido los tesoros que guardaba su  corazón”, a lo que habría que agregar el cultivo de su mente y todas sus  capacidades que es lo que, desde una visión integral, propone Uni3.  Además de la oferta de nuevos conocimientos y actividades recreativas,  el intercambio cultural también se apoya en visitas guiadas como las que  este año han hecho al Teatro Solís, al Museo Histórico Nacional, al de  Zorrilla de San Martín o a los monumentos del Parque Rodó. “Es la acción  cultural sin compromiso para dar examen o para tener una nota”,  destaca.
 Una vez al año organizan “la fiesta de la colmena”, donde todas y todos  exponen sus trabajos: está la mesa de las tejedoras, de la pintura,  etc., y venden esa producción lo que también aporta dinero a la  institución a la vez que promueve el cooperativismo, una experiencia  históricamente arraigada en la sociedad uruguaya.


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