Estilo de Vida en la Vejez
¡Nunca me retiraré!", escribió el comediante George Burns a los 87 años. burns, quien continuó actuando hasta dos años antes de su muerte a los 100 años, fue uno de muchos ancianos exitosos que han manteido sus metas y sus cuerpos activos haciendo el trabajo que aman.
El hecho de jubilarse y cuándo hacerlo se encuentran entra las decisiones del estilo de vida más cruciales que toman las personas al aproximarse a la vejez. Estas deciciones afectan tanto su situación financiera como su estado emocional, asi como las formas en que pasan sus horas de vigilia y las maneras en que se relacionan con la familia y los amigos.
El problema de proporcionar apoyo financiero para grandes cantidades de ancianos jubilados también tiene serias implicaciones para la sociedad , en especial cuando la generación baby-boom se acerca a la vejez. Un problema relacionado es la necesidad de contar con arreglos adecuados de viviendas y cuidados para los ancianos que ya no pueden manejarse por si mismos.
La transición del trabajo a la jubilación es un cambio muy importante en el que la persona puede esperar sentir estrés. Puede suponer la pérdida de ingresos, la identidad profesional, el estatus social, los compañeros y la estructura cotidiana del tiempo y las actividades. La jubilación temprana(antes de 65 años) se puede deber a la mala salud , por no quere trabajar más o por la fuerza(despido). La jubilación en su momento(65 años), generalmente implica mala salud. La jubilación tardía(más de 65 años) la tienen aquellos que tienen sus propoios negocios o quienes no pueden vivir con recursos limitados. La jubilación es un periodo de progreso através de fases de prejubilación, luna de miel, desencanto, desorientación, estabilidad y finalización. Una clave para superar los efectos de la jubilación en la satisfacción de la vida es si la experiencia aporta algún elemento nuevo a la vida.(Hoffman et al.,1996).
Crisis: Estrés
Un alto estrés o el que está por encima de la capacidad de la persona para afrontar los acontecimientos, puede lastimar la autoestima , deteriorar física y mentalmente. La forma de cómo se perciba el estrés varía según el género , raza, estado civil, nivel socioeconómico y educación. Las presonas mayores no están excentas de situaciones negativas: mala salud, bajos ingresos, muerte de un cónyuge, además del envejecimiento del sistema inmunológico, les hace más vulnerables a los efectos del estrés y, por tanto, más propensos a responder desarrollando una enfermedad.(Hoffman et al.,1996).
Cambio social
Las personas mayores de hoy en día se están dando cuenta de que el ser mayor ha cambiado completamente desde que sus padres llegaron a los 65 años, están más sanos y vigorosos que sus homólogos de hace varias generaciones. Tienen aspecto más juvenil, se sienten mejor y actúan con más vitalidad que sus padres y abuelos de la misma edad. Desde 1900, las formas de convivencia de las personas mayores han cambiado de tal forma que nada tienen que ver con las anteriores, es más probable que sean propietarios de sus casas, vivan por encima del nivel de pobreza y tengan menos hijos adultos.(Hoffman et al.,1996).
Matrimonio en la tercera edad
El evento más significativo en muchos matrimonios de personas mayores es la jubilación del hombre. Este se encuentra derepente sin su trabajo y apartado de sus contactos diarios con sus compañeros. Sin embargo, ansían más la jubilación que sus esposas. Las que no trabajan fuera de sus hogares, han de adaptarse a que sus maridos estén en casa todo el día. En el caso de la mujer que trabaja fuera de la casa, la idea de la jubilación implica pérdida de independencia, más si inician en la edad media su profesión. Sin embargo, algunas parejas pueden adaptarse al cambio de roles sin problemas cuando llega la etapa de jubilación del esposo. En general, independiente del sexo, la jublación conlleva nuevas exigencias: preocupaciones sobre el dinero, desacuerdos sobre trasladarse a una casa o departamento más pequeño o problemas de salud.Los principales conflictos-sobre divisiones de resposabilidad y poder, sexo, dinero, hijos y cuñados-ya han sido solventados. La mayoría de las que no pudieron resolver estos problemas se divorcian antes.(Hoffman et al.,1996).
El divorcio y volver a casarse
Cuando las parejas que han estado casadas durante 40 años se divorcian, es más probable que den más muestras de estrés psicológico que los jóvenes que se encuentran en situción similar. La pérdida de los papeles conyugales, al igual que el de los profesionales, puede quebrantar su sentido de identidad. El número de personas mayores que se divorcian va en aumento.Los hombres cuando se divorcian es porque han estado enfrascado en su trabajo y conicide la ruptura con la jubilación y para casarse con otra mujer. La mujer,en cambio, lo hace porque su marido es alcohólico, tirano o mujeriego.(Hoffman et al.,1996). No obstante suele ser más grave para la mujer, debido a que ella ha socializado su rol de esposa y basado su identidad en ese rol, sintiendo que toda su vida había sido un fracaso. .(Hoffman et al., 1996).
Viudez
Relaciones familiares en la tercera edad
Las elecciones de las formas de convivencia de las personas mayores, reflejan un equilibrio entre las metas de autonomía y de seguridad, por lo que no es sorprendente que la mayoría de las personas mayores vivan en casa normales, ya sea por su cuenta, con parientes o con otras personas que no sean familia. Aunque algunos adultos mayores de entre 65-84 años, viven solos o con el cónyuge.La tendencia es "envejecer en el lugar", permanecer en las casas donde educaron a sus hijos que la mayoría poseen.La casa está llena de recuerdos, al conocerla bien les otroga un sentido de competencia y el ser propietarios confiere estatus a la persona mayor. Son menos propensos a traslados o emigraciones, pero cuando lo hacen es por diversión, son bastante sanos y suelen tener suficientes ingresos, pero a medida que se acercan a edades mayores, la emigración es para estar cerca de los hijos u otros parientes. Los mayores-ancianos(mayores de 85 años) se ven obligados a depender de alguien,por lo que su traslado suele denominarse emigración de ayuda. Generalmente, se van a vivir con los hijos, a una residencia o a una institución que ofrecen cuidados personales .(Hoffman et al., 1996).
DEPRESIÓN
La depresión es una enfermedad que afecta a muchas personas en los países occidentales y es el problema psiquiátrico más común en el anciano. Su presentación es muchas veces atípica, por lo que se considera un reto ante el que se enfrenta todo médico que atiende a un paciente mayor.La depresión y las enfermedades medicas suelen coincidir con frecuencia complicando los cuidados del paciente mayor de 65 años. El solapamiento de los síntomas puede enmascarar la depresión, haciéndola indistinguible de enfermedades coexistentes como el delirium o la demencia.
Además, cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto normal de la vejez. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica, ni se trata, causa un sufrimiento innecesario para el anciano y su familia .
CARACTERISTICAS DE LA DEPRESIÓN EN UN ANCIANO
Los pacientes ancianos presentan, en general, los mismos síntomas depresivos que las personas jóvenes, pero puede haber rasgos característicos que hacen que el diagnóstico no sea sencillo. Los síntomas depresivos pueden atribuirse al proceso de envejecimiento y a sus pérdidas asociadas. Los ancianos informan de síntomas somáticos, sobre todo referentes a aparato digestivo, astenia, insomnio, y conductas adictivas como el alcoholismo, con más frecuencia que de ánimo deprimido, lo cual lleva a múltiples tratamientos médicos y quirúrgicos si no son reconocidos. Refieren a menudo ansiedad generalizada o irritabilidad, y pérdida de peso en relación directa con la intensidad de la depresión. Verbalizan menos sentimientos de inutilidad o de culpa y con frecuencia presentan alexitimia, que es la incapacidad de verbalizar experiencias afectivas. Es frecuente el allanamiento afectivo en ancianos severamente deprimidos (falta de expresividad facial, disminución de movimientos espontáneos, pobre contacto ocular y poca reactividad emocional), y encontramos conductas regresivas, que reflejan un retorno al funcionamiento infantil (incontinencia doble, rechazo a la alimentación, «rabietas» para obtener atención), sobre todo en personalidades dependientes con incapacidad física. Aunque una minoría importante presenta recurrencias de episodios depresivos previos, es más frecuente en los ancianos la depresión de inicio en la edad tardía.
Los síntomas de la depresión son los mismos para las personas hospitalizadas con problemas médicos que para los que viven en la comunidad. De acuerdo con la clasificación del DSM IV, hay nueve síntomas para diagnosticar la depresión .
A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser 1 estado de ánimo depresivo o 2 pérdida de interés o de la capacidad para el placer.
Nota: No se incluyen los síntomas que son claramente debidos a enfermedad médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo.
1. estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (p. ej., Se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto). En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
2. disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás)
3. pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables
4. insomnio o hipersomnia casi cada día
5. agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido)
6. fatiga o pérdida de energía casi cada día
7. sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo)
8. disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena)
9. pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse
2. disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás)
3. pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables
4. insomnio o hipersomnia casi cada día
5. agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido)
6. fatiga o pérdida de energía casi cada día
7. sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo)
8. disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena)
9. pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse
B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.
Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicótícos o enlentecimiento psicomotor .
La depresión podría provocar enfermedades físicas, pero también los pacientes con enfermedades graves pueden desarrollar síntomas depresivos. Los principales predictores de depresión en ancianos físicamente enfermos son una historia psiquiátrica positiva, y la gravedad de la enfermedad médica en sí. Las causas orgánicas de depresión se describen en la tabla .
Suicidio en el paciente anciano
El suicidio ha constituido desde siempre uno de los grandes enigmas de la humanidad, planteando cuestiones filosóficas, sociales, psicológicas, religiosas y morales. Es un tema que ha deambulado entre las insuficientes explicaciones de la medicina y del psicoanálisis, que ha sido escrutado incesantemente por la literatura y los medios audiovisuales, analizado por la ética y la teología y constituye hoy un problema sanitario de proyección mundial .
Las tasas de suicidio son más elevadas en el anciano (un 20% de los suicidios en Estados Unidos se producen en mayores de 65 años) y la depresión es la enfermedad psiquiátrica más relacionada con él. La relación entre tentativa de suicidio y suicidio consumado es mayor que en cualquier otro grupo de edad .
Los estudios epidemiológicos ponen de manifiesto un incremento progresivo de la tasa de suicidio con la edad en los varones. Así, la tasa de suicidio de los varones mayores de 70 años es de 2 a 5 veces superior a la de los adolescentes de 15 años. En las mujeres también se constata un incremento de la tasa de suicidio con la edad, pero el pico se produce alrededor de los 55 años, disminuyendo levemente en las décadas siguientes. Estas tendencias se repiten en diferentes países, lo que cambia entre ellos son únicamente las tasas más o menos altas de suicidio .
Los estudios epidemiológicos ponen de manifiesto un incremento progresivo de la tasa de suicidio con la edad en los varones. Así, la tasa de suicidio de los varones mayores de 70 años es de 2 a 5 veces superior a la de los adolescentes de 15 años. En las mujeres también se constata un incremento de la tasa de suicidio con la edad, pero el pico se produce alrededor de los 55 años, disminuyendo levemente en las décadas siguientes. Estas tendencias se repiten en diferentes países, lo que cambia entre ellos son únicamente las tasas más o menos altas de suicidio .
Los factores de riesgo para suicidio en la persona mayor se reflejan en la tabla 3 .
Varios estudios indican que el diagnóstico predominante en los suicidios consumados en personas mayores de 60 años ha sido la depresión psicótica y más del 50% de los ancianos suicidas padecen un trastorno depresivo mayor por primera vez, siendo menos frecuentes los otros trastornos afectivos de inicio más precoz: depresiones recurrentes- trastorno bipolar- trastorno distímico.
Depresión y demencia
Es difícil realizar el diagnóstico diferencial entre ambas entidades. Un 20-30% de los pacientes con demencia pueden ser etiquetados de un trastorno afectivo, bien como una reacción psicológica ante la pérdida de capacidades o como una coincidencia causal como en los infartos del lóbulo frontal izquierdo, o bien como 2 entidades distintas. Los pacientes con demencia que sufren síntomas depresivos presentan más trastornos de conducta y mayor incapacidad funcional.
Por otro lado, en el curso de la depresión pueden manifestarse trastornos cognitivos, aunque menos de un 10% de los ancianos deprimidos tienen un deterioro cognitivo que pueda ser confundido con una demencia. Los déficit cognitivos suelen ser trastornos de la atención y de la concentración, y fallos en la memoria de fijación, mientras conservan el resto de funciones mentales. Este cuadro se conoce como seudo demencia depresiva, término descriptivo que no aparece en las clasificaciones clínicas actuales. Cuando mejoran los síntomas depresivos, suelen hacerlo las alteraciones cognitivas, pero recientemente se ha comprobado que la depresión con trastornos cognitivos es un predictor de aparición de demencia irreversible, aumentando 4 veces la posibilidad de desarrollar dicho cuadro.
Piedritas en la ventana
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
Mario Benedetti
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