EL AMOR ES LO MAS MARAVILLOSO
Pero ¿y si hablamos de sexo? De sexo sin tapujos. Porque no existe la jubilación sexual. El sexo es vida. El sexo es salud. Y películas como La vida empieza hoy ayudan a romper con los tabúes, con esa imagen estereotipada de que cuando nos hacemos mayores el amor (y el sexo) pasan a un segundo plano. Y no es cierto. El cuerpo no se duerme con los años. Es más, como bien dice Rosa María Sardá, ahora convertida en sexóloga: “Somos sexuales desde que nacemos hasta que morimos, porque el sexo tiene que ver con las sensaciones, y no dejamos de sentir nunca”.
Hacer el amor con una mujer policía sobre una Harley Davidson o que te acaricien por todo el cuerpo suavemente, son algunas de las fantasías que tienen los protagonistas de La vida empieza hoy, la última película de la directora catalana Laura Mañá. En ella, una decena de mujeres y hombres mayores acuden a clases de sexo para la tercera edad. Un escenario real que se da en muchos centros de mayores, que llamó mucho la atención de Mañá: “No entendía qué podían aprender que no supieran ya”. Pues bien, en las clases, Rosa María Sardá, la profesora, les recuerda que su cuerpo todavía está vivo y les enseña a redescubrir las sensaciones. Para ello, tendrán que seguir haciendo deberes, como aprender a mirarse al espejo, dedicar 20 minutos al placer o echar a volar su imaginación porque, sin duda, éste es el mejor afrodisíaco.
Pero esta película no sólo habla de “eso”. Es una reflexión vital sobre el proceso de envejecimiento, que aborda también las relaciones intergeneracionales entre padres, hijos y nietos, la importancia de la comunicación, ponerse en el lugar del otro, el optimismo y las ganas de vivir de las personas mayores... En definitiva, que como pocas veces ocurre en el cine, los protagonistas son ellos, y estas clases “tan particulares” sólo son una excusa para que los mayores cuenten sus vivencias, aprendan los unos de los otros, compartan deseos y preocupaciones, y hagan frente, de una manera muy cómica, a los problemas generados por la edad.
Por ejemplo, Pepe –Lluis Marco– tiene disfunción eréctil provocada por el estrés de la jubilación y quiere volver a ser el hombre que era; Herminia –Sonsoles Benedicto– cree que es frígida pero descubre que su problema ha sido estar siempre con el hombre equivocado. A Julián –Osvaldo Santoro– le gustan las mujeres y, sobre todo, Herminia. Ambos se entienden tan bien en la cama, que deciden emprender una relación puramente sexual. Por su parte, Juanita –Pilar Bardem– tiene la certeza de que se va a morir, pero cuando se separa de su difunto marido, decide rehacer su vida.
De fondo, la música de Los Llopis, tan de moda en los años 60: “Es algo muy raro que me hace estremecer, es amor, qué voy hacer, uhu hu uhu yei yei yei... No me pregunten qué me puede pasar, siento tantas cosas que no puedo explicar, el corazón me cesa de latir y me parece que me voy a morir... Cuando tomo sus manos me estremezco así, y pienso que sus besos no podría resistir, es algo muy raro que me hace estremecer, es amor, qué voy a hacer, uhu hu uhu yei yei yei...”.
Pero esta película no sólo habla de “eso”. Es una reflexión vital sobre el proceso de envejecimiento, que aborda también las relaciones intergeneracionales entre padres, hijos y nietos, la importancia de la comunicación, ponerse en el lugar del otro, el optimismo y las ganas de vivir de las personas mayores... En definitiva, que como pocas veces ocurre en el cine, los protagonistas son ellos, y estas clases “tan particulares” sólo son una excusa para que los mayores cuenten sus vivencias, aprendan los unos de los otros, compartan deseos y preocupaciones, y hagan frente, de una manera muy cómica, a los problemas generados por la edad.
Por ejemplo, Pepe –Lluis Marco– tiene disfunción eréctil provocada por el estrés de la jubilación y quiere volver a ser el hombre que era; Herminia –Sonsoles Benedicto– cree que es frígida pero descubre que su problema ha sido estar siempre con el hombre equivocado. A Julián –Osvaldo Santoro– le gustan las mujeres y, sobre todo, Herminia. Ambos se entienden tan bien en la cama, que deciden emprender una relación puramente sexual. Por su parte, Juanita –Pilar Bardem– tiene la certeza de que se va a morir, pero cuando se separa de su difunto marido, decide rehacer su vida.
De fondo, la música de Los Llopis, tan de moda en los años 60: “Es algo muy raro que me hace estremecer, es amor, qué voy hacer, uhu hu uhu yei yei yei... No me pregunten qué me puede pasar, siento tantas cosas que no puedo explicar, el corazón me cesa de latir y me parece que me voy a morir... Cuando tomo sus manos me estremezco así, y pienso que sus besos no podría resistir, es algo muy raro que me hace estremecer, es amor, qué voy a hacer, uhu hu uhu yei yei yei...”.
La fuerza del amor“
Siempre hay tiempo para aprender a amar”, como reza en el cartel de la película Siempre hay tiempo. Sí, sí, han leído bien. Porque aunque parezca raro, este mes coinciden en la cartelera de cine dos cintas españolas que retratan, desde diferentes puntos de vista, el amor en la tercera edad y las relaciones intergeneracionales, dos materias clave para seguir disfrutando de la vida. Las estrellas en esta ocasión son Héctor, que llega a Madrid para vivir con su hijo, al que apenas conoce; su nieto Bruno, que descubrirá en los valores de su abuelo la valentía; y Clara, gracias a la cual Héctor volverá a confiar en el amor, un sentimiento adormecido desde hacía mucho tiempo.
“Me apetecía mucho hacer una película con personas mayores, porque muchas veces no nos paramos a escucharlos y su experiencia es oro. Siempre hay tiempo es una historia conmovedora y muy cercana que habla de la familia, de los sentimientos, del amor... Y enamorarse significa que estás vivo, que la vida continúa”, cuenta su directora Ana Rosa Diego.
Así que desde SENDA les animamos a ir al cine, a disfrutar de estas dos películas, en pareja o en familia, y a dar rienda suelta a sus emociones, dejando la puerta abierta al amor, porque como dijo el escritor Henry Van Dyke: “El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno”.
Siempre hay tiempo para aprender a amar”, como reza en el cartel de la película Siempre hay tiempo. Sí, sí, han leído bien. Porque aunque parezca raro, este mes coinciden en la cartelera de cine dos cintas españolas que retratan, desde diferentes puntos de vista, el amor en la tercera edad y las relaciones intergeneracionales, dos materias clave para seguir disfrutando de la vida. Las estrellas en esta ocasión son Héctor, que llega a Madrid para vivir con su hijo, al que apenas conoce; su nieto Bruno, que descubrirá en los valores de su abuelo la valentía; y Clara, gracias a la cual Héctor volverá a confiar en el amor, un sentimiento adormecido desde hacía mucho tiempo.
“Me apetecía mucho hacer una película con personas mayores, porque muchas veces no nos paramos a escucharlos y su experiencia es oro. Siempre hay tiempo es una historia conmovedora y muy cercana que habla de la familia, de los sentimientos, del amor... Y enamorarse significa que estás vivo, que la vida continúa”, cuenta su directora Ana Rosa Diego.
Así que desde SENDA les animamos a ir al cine, a disfrutar de estas dos películas, en pareja o en familia, y a dar rienda suelta a sus emociones, dejando la puerta abierta al amor, porque como dijo el escritor Henry Van Dyke: “El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno”.
Sexualidad y afectividad, ¿tema tabú entre las personas mayores?
Los estereotipos sobre la sexualidad en las personas mayores y la falta de conocimientos respecto al tema, transmiten la idea de que ésta no existe en esta etapa de la vida, que en la vejez se produce una pérdida de interés sexual o se asocia a insatisfacción o disfunción.
Para desterrar estos mitos, puesto que según un estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el 47,6 por ciento de las personas mayores de 65 años confiesan mantener relaciones sexuales satisfactorias, Obra Social Caja Madrid aborda estas cuestiones en los talleres Saber envejecer. Prevenir la dependencia.
En ellos, cuando se habla de sexualidad, no solamente se hace referencia a genitalidad o reproducción, sino también a amor, ternura, afecto, deseo, necesidad del otro, es decir, las personas mayores pueden disfrutar de la intimidad sexual, de amar y de ser amadas. Porque las personas mayores son tan capaces como las de otras edades de sentir placer
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