Qué factores van a determinar que dos personas lleguen a enamorarse? ¿Qué sucede cuando una de ellas está sobre los 70 años, y la pareja que eligió aún es 15 años más joven que él. Este es el caso de Luis de 75, quién enviudó hace un par de años, y Diana es soltera y de 60.
Luis expresa que cuando conoció a Diana, la atracción de su físico le llamo la atención. En cambio para Diana, la situación fue a la inversa y nos cuenta que: “Lo que me cautivó fue la coincidencia en las actitudes, sobre todo sociales y políticas, y la receptividad que había entre ambos al conversar sobre estos tópicos. La experiencia por su trayectoria profesional, sentido del humor, accesibilidad, simpatía y un tinte de paternalismo me atrajo considerablemente hacia él. Y, qué decir del teléfono o el celular, era imprescindible, nuestros mejores aliados debido a nuestras obligaciones diarias. Lo más hermoso era el deseo por estar juntos; lo planificábamos con anterioridad y en otras simplemente él llegaba de sorpresa y sentía yo, que esa angustia que él experimentaba en su recorrer hacia mi casa, se desaparecía al tenerme cerca”. Sentirse enamorado es un estado emocional en que lo más importante es estar con la persona amada, y todo lo demás (comer, dormir, leer, trabajar…) se convierte en algo secundario y relativo.
Las distintas teorías sobre el enamoramiento coinciden en dos puntos comunes:
º Cuando el amor es auténtico y verdadero, los años no cuentan. Menos aún, cuando hay similitud y cuando hay preponderancia en otros factores y una conducta receptiva entre ambos.
º La persona que se halla en ese estado de enamoramiento se siente fisiológicamente cerca de la persona amada (respiración más rápida, palpitaciones, acaloramiento, etc.).
º Además, ambos deben interpretar que esas sensaciones que sienten se pueden asimilar bajo el puro concepto del AMOR. Pero, prosigamos con Luis y Diana y les preguntamos, ¿qué es estar enamorado? Ambos concuerdan en lo siguiente: “hemos mantenido el interés por estar juntos. Nos encanta pasear, ir al cine, tomar una copa, un café, charlando en cualquier parte, solos o con los amigos, y sobre todo, mirarnos a los ojos”.
Luis es espléndido con Diana, cuando ella expresa: “me llena de detalles, una flor nunca me falta en mi mesita de noche, los chocolates son su mejor halago, el abrazo de los buenos días y de las buenas noches nunca faltan, están allí para siempre y por siempre. A esta edad no espero de él una gran actuación, creo que estamos preparados para la relajación y la ternura en todas las formas de contacto íntimo y amatorio”.
Según nuestra cultura, se hace difícil o se nos vende la idea de que un hombre después de los 70 años tenga todavía sentimientos y necesidades para amar y ser amado. Es importante que los sentimientos que predominan sean positivos, por lo que cada pareja debe procurar hacer más cosas positivas que negativas. Para que una persona llegue a considerar que ama a otra, debe valorar que lo que recibe en esa relación es predominantemente real y que ese intercambio de comportamientos y de sentimientos no desea hacerlo con más nadie.
Y, por último y no menos importante: el amor es la razón a la que aludimos al decidir unir nuestra vida a la de otra persona; su presencia es la causa de que las cosas vayan bien y su ausencia es la culpable de que las cosas vayan mal.
Luis expresa que cuando conoció a Diana, la atracción de su físico le llamo la atención. En cambio para Diana, la situación fue a la inversa y nos cuenta que: “Lo que me cautivó fue la coincidencia en las actitudes, sobre todo sociales y políticas, y la receptividad que había entre ambos al conversar sobre estos tópicos. La experiencia por su trayectoria profesional, sentido del humor, accesibilidad, simpatía y un tinte de paternalismo me atrajo considerablemente hacia él. Y, qué decir del teléfono o el celular, era imprescindible, nuestros mejores aliados debido a nuestras obligaciones diarias. Lo más hermoso era el deseo por estar juntos; lo planificábamos con anterioridad y en otras simplemente él llegaba de sorpresa y sentía yo, que esa angustia que él experimentaba en su recorrer hacia mi casa, se desaparecía al tenerme cerca”. Sentirse enamorado es un estado emocional en que lo más importante es estar con la persona amada, y todo lo demás (comer, dormir, leer, trabajar…) se convierte en algo secundario y relativo.
Las distintas teorías sobre el enamoramiento coinciden en dos puntos comunes:
º Cuando el amor es auténtico y verdadero, los años no cuentan. Menos aún, cuando hay similitud y cuando hay preponderancia en otros factores y una conducta receptiva entre ambos.
º La persona que se halla en ese estado de enamoramiento se siente fisiológicamente cerca de la persona amada (respiración más rápida, palpitaciones, acaloramiento, etc.).
º Además, ambos deben interpretar que esas sensaciones que sienten se pueden asimilar bajo el puro concepto del AMOR. Pero, prosigamos con Luis y Diana y les preguntamos, ¿qué es estar enamorado? Ambos concuerdan en lo siguiente: “hemos mantenido el interés por estar juntos. Nos encanta pasear, ir al cine, tomar una copa, un café, charlando en cualquier parte, solos o con los amigos, y sobre todo, mirarnos a los ojos”.
Luis es espléndido con Diana, cuando ella expresa: “me llena de detalles, una flor nunca me falta en mi mesita de noche, los chocolates son su mejor halago, el abrazo de los buenos días y de las buenas noches nunca faltan, están allí para siempre y por siempre. A esta edad no espero de él una gran actuación, creo que estamos preparados para la relajación y la ternura en todas las formas de contacto íntimo y amatorio”.
Según nuestra cultura, se hace difícil o se nos vende la idea de que un hombre después de los 70 años tenga todavía sentimientos y necesidades para amar y ser amado. Es importante que los sentimientos que predominan sean positivos, por lo que cada pareja debe procurar hacer más cosas positivas que negativas. Para que una persona llegue a considerar que ama a otra, debe valorar que lo que recibe en esa relación es predominantemente real y que ese intercambio de comportamientos y de sentimientos no desea hacerlo con más nadie.
Y, por último y no menos importante: el amor es la razón a la que aludimos al decidir unir nuestra vida a la de otra persona; su presencia es la causa de que las cosas vayan bien y su ausencia es la culpable de que las cosas vayan mal.
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