Aquí tenemos otro estupendo poema de Pablo Neruda, este genial maestro de los versos cargados de emoción. Algo cursi por momentos, pero las figuras que logra para conmover al lector, son estupendas.
La naturaleza y el universo siguen siendo los elementos que Neruda aprovecha para hablar del amor. Lo hacía por considerar que una fuerza tan grande y hermosa como lo es el amor, solo podía asemejarse con la naturaleza y el cosmos, él creía que estos tres elementos pertenecían a una misma categoría.
En Ángela adónica, nuevamente nos presenta a una amada pura, casi virginal, confundida con el océano, con el fuego, fuerte y frágil a la vez. El poema nos sugiere un encuentro amoroso, el erotismo y la pasión se dejan leer claramente entre líneas.
Ángela adónica
Hoy me he tendido junto a una joven pura
como a la orilla de un océano blanco,
como en el centro de una ardiente estrella
de lento espacio.
como a la orilla de un océano blanco,
como en el centro de una ardiente estrella
de lento espacio.
De su mirada largamente verde
la luz caía como un agua seca,
en transparentes y profundos círculos
de fresca fuerza.
la luz caía como un agua seca,
en transparentes y profundos círculos
de fresca fuerza.
Su pecho como un fuego de dos llamas
ardía en dos regiones levantado,
y en doble río llegaba a sus pies,
grandes y claros.
ardía en dos regiones levantado,
y en doble río llegaba a sus pies,
grandes y claros.
Un clima de oro maduraba apenas
las diurnas longitudes de su cuerpo
llenándolo de frutas extendidas
y oculto fuego.
las diurnas longitudes de su cuerpo
llenándolo de frutas extendidas
y oculto fuego.
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