jueves, 6 de agosto de 2009

COMO TENER UN LUGAR PARA EL ADULTO MAYOR

Recientemente tuvimos la visita de algunos de los miembros más ancianitos de la familia (sobre los 85 años de edad). No los habíamos visto durante años y Ia condición de su salud había cambiado. Yo había pintado los cuartos de visita y lavado la ropa de las camas. Con anticipación, reuní recetas y productos del estilo de vida de un diabético. De todos modos, pienso que no me había dado cuenta que sus destrezas habían cambiado desde la última vez que habían estado en nuestro hogar. La audición pobre, problemas de vista y de equilibrio, la falta de memoria y la escaza energía, son cosas que afectan nuestras actividades. Pronto me acordé que las personas mayores que había entre nosotros parecían valorar mucho la rutina familiar y alimenticia. Solamente el mantener las funciones rutinarias del cuerpo llega a ser muy importante. Cuando los sentidos, la memoria y la movilidad son afectados, uno debe esforzarse más en todo. Demasiada energía es consumida en cosas y actividades que los que son más jóvenes dan por sentado.

Ya sea durante las festividades, los cumpleaños o las vacaciones, con un poco de voluntad y oración podemos preparar los corazones y los hogares para esas visitas especiales de nuestros familiares de más edad.

Ideas para Hacer que el Adulto Mayor se Sienta como en Su Hogar

1. Prepare los cuartos con sus necesidades específicas en mente. ¿Cuán fácil es para ellos alcanzar la lamparita de noche? ¿Hay una silla en el cuarto donde se puedan poner los calcetines o los zapatos? ¿Tiene, usted, un calentador o un ventilador portátiles en caso de que tengan más frío o más calor que el resto de la familia? ¿Hay una lamparita pequeña en el cuarto, en el pasillo o en el cuarto de baño? Revise los umbrales o las alfombras pequeñas en aquellos lugares que tal vez puedan producirles algún tropiezo o caída.

2. Prepárense para repetir algunas instrucciones, obtener resistencia y explicar dónde están los lugares para guardar sus cosas. La pérdida de la memoria de corto plazo es una realidad muy grande, y las ideas que son rechazadas por el adulto mayor un día, son aceptadas por él al día siguiente. Tal vez pueda poner etiquetas temporarias en los cajones y alacenas de la cocina, en los armarios del baño o en los closets del pasillo o del vestíbulo. Revise si tiene vasos o copas que sean muy pesadas para ellos y que puedan caérseles fácilmente de las manos.

3. Haga arreglos para que puedan gozar de días tranquilos antes o después del viaje. Trate de no planear reuniones familiares, salidas a restaurantes o a centros comerciales cuando lo que necesitan es recuperarse o prepararse para el viaje.

4. Haga planes para desacelerar su horario y permitir más tiempo para cualquier actividad que usted vaya a compartir con ellos. Avíseles con anticipación cuando vayan a un evento (el vestirse y utilizar los artículos del tocador les puede tomar más tiempo de lo que usted piensa), piense que caminarán más despacio que usted y dígale a los demás que no deben apurarlos. Si alguno de ellos ha perdido la audición, levante la voz, pronuncie claramente y no espere que le escuche desde el cuarto vecino. El contacto visual puede ser muy importante para que todos comprendan lo que está sucediendo.

5. Haga arreglos en restaurantes considerando la dificultad del enfoque físico, el nivel del ruido ambiental y las complicaciones en ordenar diferentes tipos de comidas. Pruebe hacer planes para gozar de una cena donde el volumen del ruido y de la música sea más bajo. Además, a menos que usted sepa que sus seres queridos gozan de una cena exótica y experimental, no es el momento de hacerlos ingerir alimentos que no conocen o que usted no está seguro si concordarán con su digestión. Considere cenar en algún lugar que esté, de ser posible, a 10 minutos de su casa.

6. Si usted se ausenta de la casa, déjeles un papel con su dirección en caso de que necesiten llamar al 911. Yo escribo el número de mi celular para cada miembro de mi familia y les muestro cómo utilizar el teléfono de casa. También les escribo los números de los canales de televisión, de manera que puedan ver sus programas favoritos.

7. Sugiérales asistir a los servicios de la iglesia, pero no se sorprenda si sólo asisten al estudio bíblico o al culto; pero no a las dos reuniones. Escuchar el servicio por radio o verlo por televisión puede complacerlos mientras el resto de la familia está en el templo. No sería conveniente que usted tuviera grandes compromisos con su iglesia durante la visita de sus familiares, ya que tendría que dejarlos solos en el templo o permanecer en la iglesia por más tiempo que el necesario.

8. Deje que ellos realicen algunos proyectos sencillos, de modo que se sientan útiles. Pídales ayuda con la aspiradora, con los utensilios de la mesa, el lavado o secado de los platos, doblar una cesta de ropa o clasificar fotos. ¡El adulto mayor a menudo no desea ser una carga para usted, ¡y sentirse útil es una sensación que todos anhelamos experimentar!

9. Concéntrese en las cosas buenas de la vida -platillos que son un consuelo para el alma, pasar tiempo en familia y con amigos, escuchar música favorita, disfrutar de las flores y jugar con los animales favoritos son algunos de los gustos que generalmente complacen a nuestros seres queridos.

10. Recuerde dar abrazos. Las personas mayores a menudo viven en déficit de atención física y piensan que no son atractivos para los demás ni dignos “de ser abrazados.” A veces, durante una visita especial de familiares mayores, no sabemos cómo responder a sus historias quejumbrosas y desalentadoras. Así que es fácil mantenerse ocupados y evitar conversar con ellos. Recuerde que esas pérdidas generalmente son asuntos que nuestros familiares mayores están experimentando -la pérdida de sus amigos, no poder funcionar bien, problemas de identidad y, a veces, dificultades en sus propios hogares. Y cuando ellos nos visitan nos enfrentamos cara a cara con nuestra propia tristeza -la pérdida de lo que eran antes cuando estaban jóvenes y más activos. Realizar compras y pasear pueden ser cosas que ya no podamos disfrutar juntos. Reconocer sus pérdidas, alentándolos a través del amor, la gratitud y la oración será, con toda seguridad, como un bálsamo que podremos ofrecerles cada vez que nos visiten.

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