martes, 11 de agosto de 2009

ANCIANO SANO.

En los países desarrollados la esperanza de vida ha aumentado extraordinariamente. Como consecuencia de esta evolución, gran parte de la población es ahora mayor de 65 años y hay un número creciente de nonagenarios y centenarios. El aumento de los ancianos va a suponer nuevas estrategias de intervención y un cambio en las políticas y en la percepción actuales. Para la experta, "hay muchísimos aspectos en los que la tercera edad puede ser muy útil por su experiencia y no está justificado relegarla socialmente a un segundo puesto".

"Hay que dejar de tomar a las personas mayores como inútiles; es necesario un cambio de actitud", afirma García Sánchez, quien opina que en los países en vías de desarrollo el anciano sigue activo en su comunidad, frente a los países industrializados en los que, debido a la jubilación obligatoria y a un desapego social por las personas de edad avanzada, se produce su aislamiento. La comunidad debe dar al anciano la oportunidad de seguir activo; de este modo se conseguirá mantener mejores niveles de calidad de vida y de salud de la población de la tercera edad, según la especialista.

"La actividad logra mantener buena salud, ya sea desde el punto de vista mental, como social", afirma Tomas Engler, del Banco Interamericano de Desarrollo y experto en ancianos, que también ha participado en las jornadas.

El sedentarismo supone mayor peligro de sufrir enfermedades crónicas que requieren tratamientos complejos y caros. Las enfermedades cardiacas, las cerebrovasculares, la diabetes, el cáncer y sobre todo la artrosis son causa de discapacidad en personas mayores. Para evitarlo es necesaria una "actitud hacia la vida", subraya Engler, para el que la tranquilidad y descansar no son incompatibles con realizar muchas actividades, tanto físicas como intelectuales.

También aconseja llevar a cabo varias veces por semana ejercicio físico suave para tener siempre a punto el corazón y las articulaciones.

Cuidar la mente

Es muy importante mantener la mente en constante actividad, "aprender, hablar, escuchar, encontrarse siempre al día de la actualidad del mundo, realizando un proceso constante de aprendizaje, con el cerebro activo y así, retrasar la vejez mental". La familia juega un papel fundamental, "porque es donde está el cariño. El entorno familiar ayuda a mejorar la supervivencia y la salud mental, aunque sin olvidar la atención domiciliaria que permita más independencia del mayor".

Para el experto, "a la comunidad médica aún le quedan muchas cosas por aprender de los ancianos, pues más allá de los conocimientos científicos, está la formación y el trato social del que carece, en muchos casos, la medicina primaria"..

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