jueves, 5 de enero de 2012

BUENA SUERTE,CUESTION DE ACTITUD

Lógrela con una actitud positiva y buenas acciones 

  Atraer la buena suerte no es cuestión del destino, sino de nuestras propias acciones. Pues lo que hagamos y elijamos serán los resultados. Tampoco depende de amuletos, ritos  o supersticiones, pues de nada servirán si tenemos una actitud negativa ante la vida. Según sostiene el psicólogo Richard Wiseman, autor del reconocido libro ‘Nadie Nace con Suerte’, tener buena fortuna es cuestión de actitud...
 Por siglos, las personas han buscado la forma de llevar buena suerte a sus vidas cotidianas. Desde patas de conejo hasta herraduras, pasando por los escarabajos egipcios y otros ritos. Pero justamente esto los lleva a caer en el juego de la superstición, donde pesa más una tradición irracional que la propia intuición. Esto ocurre, dice Wiseman en su libro, debido a que arrastramos una cultura en donde la suerte era una extraña fuerza que sólo podía ser controlada mediante extraños rituales.
La suerte... cuestión de actitud
 El que goza de buena suerte por
lo general posee un espíritu constructivo, está más abierto a quienes lo rodean y tiene ciertas habilidades, inconscientes, para crear oportunidades donde quiera que vaya. También está predispuesto a seguir el propio instinto. Si alguien cree que no será su día, puede que sea mejor quedarse en casa. “Las personas supersticiosas” afirma Wiseman “creen verdaderamente que ciertos días les provocan grandes males. Por eso están tensas, estresadas y más propensas a sufrir un accidente”. Una persona ansiosa en un mal momento, no verá cuándo se le presenta la posibilidad de dar un giro a su favor. Evitar lo inesperado no es aconsejable.
Tradiciones sin efecto
 Los signos de la mala suerte no son más que tradiciones arcaicas mantenidas de generación en generación, pero que poco efecto tienen en la vida diaria. Algunas de ellas son:
• Gatos negros. Gracias a los pensadores de la Edad Media, estos felinos son asociados con el diablo y las peores calamidades.
• Siete años de mala fortuna. Una antigua creencia asumía que la imagen reflejada en un espejo era el alma de quien reflejaba. Por lo tanto, romperlo es lo más funesto.
• Número malo. El trece es la cifra con la peor reputación. La cristiandad lo asocia a Judas, el decimotercero invitado a la Ultima Cena. En ciertos países, es peor si además es martes, día asociado al dios de la guerra.
Los pilares de la buena fortuna
 Según expertos, la buena suerte puede apoyarse en cuatro pilares fundamentales:
• Intuición: dejarse guiar por ella.
• Oportunidades: mantener una actitud relajada y estar más abierto a nuevas experiencias.
• Transformación: es posible cambiar una mala racha siendo más constructivo y tener una actitud positiva. 
• Esperanza: Nunca perder la fe de alcanzar lo que se propone, cumplir sus sueños y que las cosas sigan el buen rumbo también en el futuro.
Tener suerte sin talismanes
• Haga caso a sus presentimientos: seguramente acertará.
• Abrase a nuevas experiencias y rompa la rutina.
• Dedique unos minutos al día a recordar los momentos positivos de su vida.
• Imagine que el encuentro o el desafío que lo espera tendrá un buen desenlace. Una buena predisposición suele “atraer” la suerte.
• Y si, a pesar de todo, algo sale mal, piense que quizás incluso así ha podido ser afortunado. Tome en cuenta que pudo haber sido peor.
Olvidar las ataduras
 Cada uno es dueño de la propia estrella y que, a diferencia de lo que muchos creen, nadie nace afortunado o desafortunado. Porque saber que la suerte depende de nuestra razón, junto con una buena dosis de ciencia y escepticismo, puede llegar a ser muy positivo en nuestras vidas.

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