La base de la Osteopatía consiste en "sentir" el movimiento de los distintos tejidos y elementos que forman el cuerpo humano, yendo del más sutil al más denso, y armonizarlos para ayudarlos a funcionar al máximo de sus posibilidades. El osteópata utiliza sus manos para "sentir" el cuerpo, encontrar las zonas en restricción de movilidad y liberarlas.
El movimiento es Vida. Cada célula de nuestro cuerpo se mueve y "respira". Por lo que cada elemento de nuestro cuerpo también se mueve y "respira", ya que está formado por una gran cantidad de células.
De esta manera tan sencilla podemos entender que todos y cada uno de nuestros órganos, para su buen funcionamiento, tienen que "respirar" amplia y armoniosamente.
En Osteopatía ésta respiración celular se llama Movimiento Respiratorio Primario, MRP. Movimiento, porque se mueve; Respiratorio, porque es la "respiración celular" y Primario, porque aparece mucho antes de la respiración pulmonar.
Esta respiración celular es muy fina, delicada y sutil; llega hasta el último rincón de nuestro cuerpo haciéndolo vibrar. No tiene nada que ver la respiración pulmonar.
Cada elemento de nuestro cuerpo tiene un movimiento específico: las vísceras, los huesos, las glándulas, los vasos sanguíneos, los músculos y todos éstos movimientos se transmiten globalmente a través de unas membranas llamadas fascias que los envuelven y los conectan todos entre si.
Cada elemento tiene su función y para realizarla óptimamente tiene que vivir en armonía consigo mismo, y con sus vecinos próximos o más lejanos.
El MRP nos indica la manera que tienen todos los elementos de nuestro cuerpo de "respirar" juntos. Es como una "ola" que recorre nuestro cuerpo.
Se dice que los osteópatas "tienen ojos en los dedos", ya que palpan "ven" y sienten el cuerpo globalmente, siguiendo esta ola a través de las fascias, para encontrar las zonas que no respiran correctamente debido a: torsiones, compresiones, tensiones, cicatrices, adherencias, infecciones, operaciones, etc. y también por causas emocionales que hacen que nuestro cuerpo se cierre, se encoja o se retraiga y por consecuente no funcione bien.
Una vez localizada la "lesión osteopática", que es la zona o el órgano en restricción de movilidad, el osteópata la libera con sus manos localmente y globalmente, para permitirle recuperar su buen funcionamiento y su capacidad innata de autocuración.
El osteópata es un "tócalotodo" y debe ser un terapeuta que siente, respeta, libera y acompaña la Vida. Considerando a la persona holísticamente, es decir física, emocional y espiritualmente.
Terapeuta etimológicamente significa: servidor de Dios. O de la Vida que es lo mismo.
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