jueves, 16 de junio de 2011

ADULTOS MAYORES ACTIVOS


“Adultos Mayores” es el nombre, que reciben quienes pertenecen al grupo etáreo, que va de los 50 años en adelante. Son los de “la tercera edad”. Pasan por una etapa de la vida en la que los proyectos ya se han consumado. Dejaron de trabajar; o bien, se jubilaron y siguen siendo personas perfectamente sanas y activas.
Es un sector de la población muy heterogéneo, con características demográficas, culturales, biológicas, sociales y económicas muy diferentes. Desde distintos organismos e instituciones, se intenta dar respuesta a sus necesidades, a través de diversas estrategias, como el Programa Adultos Mayores de la Secretaría de Cultura y Extensión de la UNLPam.
“Estas acciones se rigen por un modelo multidisciplinario para lograr la atención integral de la persona, dentro de un marco de contención con calidad y humanismo, que le permita adquirir recursos para hacer su vida más agradable y productiva”, explica Cecilia Leiva, coordinadora de esta iniciativa, que impulsa la casa de altos estudios.
¿Por qué la universidad se compromete con la problemática del adulto mayor y ofrece diversos talleres? “Tiene una responsabilidad social por ser una entidad pública (la financian los impuestos de todos los habitantes) y debe cumplir con ellos: este programa se desprende de esa convicción”, explica Luis Díaz, secretario de Cultura y Extensión de la UNLPam. De acuerdo al estatuto universitario, la casa de altos estudios debe llegar a la comunidad y la encargada de hacerlo es esta secretaría, apunta.
Los profesores a cargo de los cursos son, en su mayoría, docentes universitarios. Los talleres se desarrollan en general en las sedes universitarias de Santa Rosa y General Pico, aunque también funcionan algunos en otras instituciones, en especial en aquellos sitios adonde la UNLPam no cuenta con instalaciones propias.
Mejor calidad de vida
Un número interesante de universidades está impulsando programas para adultos mayores y la UNLPam se quiso sumar a esta nueva iniciativa educativa, añade Leiva. “Los talleres surgen de un diagnóstico previo, en el que se tiene en cuenta los intereses de los alumnos y de los profesores; es decir, si bien hay características comunes con otros programas, también posee características propias”, indica la coordinadora del programa.
Los adultos mayores, en gran medida, están contenidos por sus familias. Durante su vida, cumplieron sus sueños, anhelos y proyectos y aún tienen deseos de hacer cosas que no pudieron realizar o sienten nuevas inquietudes.
Otros se encuentran solos y tienen necesidad de aprender, de llenar ese vacío con algo productivo que les brinde satisfacción u otras expectativas. Se acercan a la universidad y encuentran en estos talleres lo que buscan: mejorar sus condiciones de vida y reintegrarse de forma social y productiva.

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