Un 10 por ciento de las hospitalizaciones de adultos mayores podría prevenirse a través de una correcta hidratación, de acuerdo al Observatorio de la Hidratación y la Salud .
Esta entidad ha lanzado recientemente una campaña dirigida a este grupo etáreo: “Hay mil formas divertidas de hidratarse”, con el objetivo de informar sobre las ventajas de beber agua en forma y cantidad suficiente.
De acuerdo a datos estadísticos que maneja esta organización más del 90 por ciento de los adultos mayores de 65 años bebe menos de este líquido vital que el recomendado, y más de la mitad (un 55 por ciento) sólo lo hace cuando tiene sed –señal que ya hay un inicio de deshidratación-.
Uno de los problemas principales en este grupo de la población es que con la edad se va perdiendo la sensación de sed, por ello es necesario recalcar en la importancia de beber líquidos aunque no se sienta la real necesidad de hacerlo.
Los especialistas no sólo recomiendan la ingesta continua de agua, sino también de todo tipo de bebidas saludables. Otro de los factores que destacan los profesionales con respecto a la edad madura es que los ancianos también suelen tener un debilitamiento generalizado de su sistema inmunológico, lo que los torna aún más vulnerables, no sólo a las enfermedades, sino también a las consecuencias de la deshidratación.
Asimismo, existen otras causas por las que las personas mayores suelen beber menos líquidos: los problemas de movilidad, la pérdida de la capacidad comunicativa y el miedo a la incontinencia urinaria influyen también en este fenómeno.
Con respecto a este último punto la hidratación no adecuada repercute de manera negativa: el déficit hídrico puede provocar una disminución en el volumen de la orina que se elimina por los riñones, lo que produce una acumulación nociva de las sustancias de desecho que también actúa en detrimento de su salud.
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