sábado, 16 de abril de 2011

COMO BAILAR BAJO LA LLUVIA




Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor de unos
80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de su pulgar.
El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.

Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento,
sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que
alguien pudiera atenderlo. Lo ví mirando su reloj y decidí, que
ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar
su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos
para quitarle las suturas y curar su herida.

Mientras le realizaba las curaciones, le pregunté si tenía una
 cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geríatrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.

El me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí, ya que
padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.

Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él,
que hacía cinco años que ella ya no podía reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, "Y usted sigue yendo
cada mañana, aun cuando ella no sabe quien es usted?'

El sonrió
y me acarició la mano
'Ella no sabe quien soy,  
pero yo aún se quien es ella.'
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas
mientras él se iba, y pensé,

'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'
Gentileza de Alberto Galindo

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