El colon irritable es un trastorno que afecta a cerca del 10 por ciento de la población y que entre sus síntomas más molestos se puede nombrar un fuerte dolor abdominal, diarrea o su contrario, estreñimiento.
El punto central de este problema es que aún no se conocen las causas exactas de tu aparición, por ello que sea difícil su tratamiento. Se han probado varias y diversas estrategias para combatirlo: que van desde laxantes o agentes antidiarréicos, hasta antidepresivos, todas opciones con mayor o menor eficacia.
Una reciente investigación que aunó a especialistas de los Estados Unidos, Canadá e Irlanda, dio un nuevo visto bueno a los tratamientos y remedios tradicionales: el aceite de menta y la fibra soluble, que en combinación con antiespasmódicos, dieron el mejor resultado en los casos analizados.
Esta investigación salió publicada esta semana en el British Medical Journal y contó con la participación de más de 2.500 pacientes en total.
La principal conclusión a la que llegaron los expertos de los 12 estudios en los que se evaluó el uso de fibra es la utilidad de este remedio herbal que se suele emplear para combatir el estreñimiento. No obstante, encontraron que sólo servía para aliviar los síntomas de los pacientes con síndrome del intestino irritable la que se ingiere en forma soluble.
El balance de los 22 ensayos sobre antiespasmódicos también fue positivo, especialmente cuando se trataba del fármaco escopolamina.
Finalmente, el aceite de menta resultó ser el tratamiento más eficaz de los tres analizados, aunque también es el que se probó en menos cantidad de pacientes (400).
Los investigadores recomiendan a los expertos y a las autoridades sanitarias de los diferentes países que tomen nota de las posibilidades que ofrecen estos productos.
Los autores del editorial coinciden con los responsables del nuevo estudio en que es preciso dar una nueva oportunidad a los fármacos tradicionales que se han mostrado eficaces y seguros. No obstante, consideran que es «un poco prematura» su recomendación de que se incluyan en las guías de práctica clínica. Creen que es preciso que se investiguen más a fondo
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