miércoles, 23 de marzo de 2011

SEXO EN LA TERCERA EDAD,TESTIMONIOS


  MIRTHAtiene 65 años y vive en Palermo; es viuda y cuenta que tuvo varias parejas desde que murió su marido. Con sus amigas, miran Sex and de City y se sienten identificadas. “¡Es lo que nos pasa a nosotras!”, comentan. No se sonroja al hablar de cómo redescubrió su sexualidad a los 50. “Antes, para mí el sexo era para cumplir con los deberes de esposa, para tener hijos”, dice esta mujer radiante, coqueta, sin rollitos de más. Y sonríe hasta con los ojos cuando confiesa: “Ahora, hasta me di cuenta de que era multi orgásmica”.

  MONICAen cambio, no tiene esa suerte. Se la nota contrariada al contar su historia: dice que su marido tiene diabetes y que, desde que está medicado, no tienen sexo. “Lo estamos tratando de sobrellevar, pero no es fácil porque no estamos acostumbrados a otros estímulos, a otras formas de acercarnos. Nos falta pasión”, dice. En su voz se nota que está enojada con la enfermedad de su marido. Despotrica contra él, que no se cuidó, que nunca le importó nada pese a que ella y el médico le decían.

Ambos testimonios ponen de manifiesto que el sexo está muy presente en la tercera edad, no pasa inadvertido en esta parte de la vida. Sin embargo, no es fácil romper con los prejuicios que les inculcaron a lo largo de toda su vida; tampoco es simple desoír los estigmas de “vieja loca” o “viejo verde” que, a veces, como un rótulo impone la sociedad.

La sexóloga Gloria Loresi Imaz, explica a lanacion.com: “La sexualidad hace a la calidad de vida y quienes envejecen manteniendo un interés por su vida social, su pareja, la recreación, el cuidado de su cuerpo, también tienen una sexualidad plena, activa”. Y agrega que muchos de quienes llegan al consultorio por trastornos con sus parejas arrastran este tema como un tabú, y están llenos de mitos y prejuicios que muchos jóvenes también tienen. “Trabajo con todas las franjas y esto pasa de generación en generación”, apunta.

Y dice que desde su consultorio realiza un aporte para derribar mitos. “Es un prejuicio que los viejos no cogen; y hay que empezar a usar esas palabras porque así se habla”, dice, a modo de ejemplo. “Hay que ayudarlos a encontrar formas nuevas de placer según cada pareja”.

Las especialistas explican que la actividad sexual va adquiriendo modalidades y frecuencias diferentes y que hay algunas distinciones entre hombres y mujeres. Según un estudio reciente, entre los 75 y 85 años, el 38,9% de los varones tiene una vida sexual activa, mientras que sólo el 16,8% de las mujeres dicen mantener relaciones. Los profesionales consultados coinciden en señalar que la aparición del viagra jugó un papel importante en el varón, de por sí más estimulado que la mujer, pero que hay alternativas para reavivar el deseo en aquellos en los que se adormeció.

La médica gerontóloga Andrea Cassi cuenta que trabaja mucho en la consulta con lo que ocurre con el deseo sexual en la pareja y procura abordarlo de modo integral. “Conversamos acerca de los fines del sexo, en su aspecto reproductivo, de placer y de comunicación. Cuando se dan cuenta de que con la edad se puede mejorar la sexualidad, renace el deseo, vuelve a encontrar la pareja y echan mano a la imaginación para procurarse placer mutuo”, señala. Cassi a veces siente que, hablando con los pacientes, se rompen mil barreras, como si recién cuando el médico les propusiera “atreverse a recuperar el deseo” se animaran a hacerlo.

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