lunes, 14 de marzo de 2011

ESTAR BIEN EN LA TERCERA EDAD

Aprender de ENVEJECER BIEN ESTÁ EN NUESTRAS MANOS. para personas mayores
ejercicio-para-la-tercera-eCuando nos hacemos mayores, las capacidades de nuestro cuerpo disminuyen. Aunque las pérdidas son, en parte, inevitables, está en nuestras manos regular cómo envejecemos y a qué velocidad.
Envejecer comporta inevitablemente una pérdida progresiva de la capacidad de funcionamiento de los órganos y las estructuras corporales.
Disminuye la capacidad pulmonar, cardíaca y renal, se pierde densidad ósea y masa muscular, y, además, se añade el impacto de las enfermedades agudas y crónicas.
Estos cambios afectan a la condición física y se traducen en una reducción de la fuerza muscular, de la velocidad de la marcha (al andar), de la resistencia, del equilibrio y de la flexibilidad.
Finalmente, los cambios en la actividad y el rendimiento físico influyen, junto con otros factores, en la capacidad de
llevar a cabo las actividades de la vida diaria de manera autónoma.
La capacidad funcional es uno de los principales indicadores de salud en las personas mayores. La velocidad a la que se pierde depende de muchos factores y, en gran parte, depende de los hábitos que constituyen el estilo de vida, como la alimentación, la actividad física y el tabaquismo.
Si somos sedentarios, la pérdida de capacidad será mayor y más rápida. En cambio, si nos mantenemos o nos mostramos activos físicamente al envejecer, moderaremos la disminución de nuestras capacidades.
La fuerza muscular es una de las funciones corporales que declina con la edad. Esto se debe a que la masa muscular disminuye. Esta disminución se llama sarcopenia e incluye tanto la pérdida de la cantidad de fibras musculares como la pérdida de la calidad de éstas debido al envejecimiento.
Actualmente, el ejercicio físico es el único tratamiento eficaz para prevenir o revertir la sarcopenia.
El ejercicio físico es importante durante toda la vida. Cuando mayor sea la capacidad física que hemos ido ejer1adquiriendo haciendo ejercicio, más tardarán las pérdidas en limitarnos en la vida cotidiana.
Así pues, hay que empezar a hacer ejercicio lo antes posible.
El ejercicio físico tiene un efecto preventivo sobre el desarrollo de muchas enfermedades, especialmente las cardiovasculares, que son la primera causa de mortalidad.
Y a la vez, el ejercicio físico tiene un efecto preventivo sobre las limitaciones funcionales en la vida diaria que pueden comportar una discapacidad adquirida con la edad y llegar a causar una situación de dependencia (o necesidad de ayuda de otra persona parapoder realizar actividades cotidianas).
Hacer ejercicio regularmente a lo largo de la vida aumenta la esperanza de vida libre de discapacidad, disminuye el nivel de discapacidad o compacta la discapacidad al final de la vida, lo cual quiere decir que nos permite vivir más años sin limitaciones y sin depender de otras personas en nuestra vida cotidiana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), otros organismos internacionales y la mayoría de gobiernos hacen especial énfasis en la importancia de promover el ejercicio físico para promover así la salud en general y, especialmente, en las personas mayores.
¿Qué sabemos…      …del ejercicio?
La mayoría de estudios señalan que, en general, las personas de todas las edades hacen poco ejercicio físico y, cuanta más edad tienen, menos ejercicio realizan. Sin embargo, parece que la tendencia de los últimos años es que cada vez más personas hacen ejercicio.
En todos los grupos de edad, los hombres hacen más ejercicio que las mujeres, pero la diferencia entre hombres y mujeres se ha reducido en los últimos años.
Entre las personas que dicen que hacen ejercicio, el 77% va a caminar y sólo el 17,8% hace una actividad física más intensa que caminar.
…de las caídas de las personas mayores?
Una de cada tres personas mayores de 65 años sufre una caída cada año.
Según las estadísticas, cada año, las caídas afectan a una de cada a tres personas mayores de 65 años.                            Una de sus consecuencias más graves son las fracturas.
Las fracturas pueden ocasionar un deterioro tan severo de la salud de la persona, que se produzca una situación de dependencia, la cual puede llegar a comportar un ingreso en una residencia. Además, las personas, cuando han sufrido una caída, empiezan a tener miedo a caerse.
Debido a esta sensación de inseguridad, hacen menos actividades, salen menos de casa… y cuando una persona está inactiva, la musculatura se debilita y todavía tiene más probabilidades de caer.
En esta situación, es muy importante encontrar la manera de romper esta espiral, recuperar la seguridad poco a poco y volver a ser activo físicamente.

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