viernes, 6 de julio de 2012

EXCUSAS QUE NOS ATAN

Cada día, aunque no nos percatemos de ello, cada uno de nosotros se mantiene atado al pasado por miles de hilos invisibles. Estas ataduras se convierten en un fardo pesado que nos impide continuar en nuestro camino, nos hacen gastar energía y nos mantienen atados a una realidad que ya no nos pertenece.

Por eso, aunque nos planteemos miles de metas, lograremos realizar muy pocas. Siempre tendremos una excusa lista para no movernos del círculo de confianza que nos hemos creado a nuestro alrededor. El primer paso para poder desarrollarnos es descubrir cuál es la excusa que sueles utilizar. Una vez que la hayas desenmascarado será difícil que te siga atando.

1. “Antes de comenzar debo tener un plan”. Nos han enseñado que cualquier objetivo debe estar bien planificado. Y es cierto que planificar es importante pero no es imprescindible. A veces basta con lanzarse y los pasos se van desvelando a lo largo del camino.

2. “Ahora no estoy en forma, debo esperar a estar mejor”. No te focalices en cómo te sientes ahora mismo sino en cómo estarás después de que logres tus objetivos. Es decir, muchas personas piensan que están tan gordas, tan faltas de práctica, tan complicadas… que no pueden emprender un nuevo proyecto. Y probablemente esto es cierto pero no es una excusa para detener el cambio. Si emprendes el cambio sin grandes expectativas, sino simplemente por el placer de divertirte o emprender una tarea nueva, verás que reencontrarás el tiempo, las fuerzas o la habilidad perdida.

3. “No sé cómo hacerlo, nunca lo he hecho”. Puede ser que nunca hayas cocinado, nunca hayas escrito o que jamás hayas jugado al fútbol pero esta no es una excusa para no aprender. El hecho de que no hayamos hecho algo es solo una nueva oportunidad para aprender y abrirse a nuevas experiencias. ¿No es maravilloso que después de 40 o 50 años podamos aún descubrir nuevas pasiones?

4. “Las personas se reirán de mi”. Es probable que algunas lo hagan. Pero… ¿a quién le importa? Sin lugar a dudas no podemos supeditar nuestros objetivos a las opiniones de personas que se burlan de las dificultades de los otros. Debemos aprender a discernir entre las opiniones que realmente son valiosas y las que no lo son.

5. “No seré lo suficientemente perseverante”. Hasta que no comiences no sabrás si realmente te sentirás involucrado en el proyecto. ¿En cuántas ocasiones has pensado que un juego o un hobby eran una estupidez y después te has quedado enganchado?

La solución para deshacerse de estas excusas es solo una: ¡lánzate! No esperemos a mañana, simplemente comencemos hoy mismo a hacer realidad nuestro sueño. Por supuesto, el camino probablemente no será fácil pero si no lo inicias no podrás saber qué te aguarda.

No hay comentarios: