LA FELICIDAD
La
felicidad es un estado de ánimo positivo en el que la persona, por un
momento, se encuentra muy bien anímicamente, independientemente de su
estado de salud, de su economía y de su situación socio-cultural. No es
algo eterno, que dure siempre, pero esto es precisamente lo que hace que
sea algo tan valorado.
Todos
los días podemos encontrar algo que nos haga felices, y valorar esos
momentos es lo que realmente cuenta en la vida, que está llena de
penurias, sí, pero también de cientos de miles de momentos para sonreír.
Si abrimos bien los ojos nos daremos cuenta de esto.
Encontramos
la felicidad cuando aprendemos a valorar todos esos momentos positivos,
cuando les damos la importancia que realmente se merecen, dejamos de
lado las cosas negativas y nos disponemos a disfrutar libremente de lo
bueno que nos llegue.
Rabidranath
Tagore, un gran pensador y filósofo indio, nos dice en una de sus
mejores frases que “si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas
no te dejarán ver las estrellas” y esto, efectivamente, es algo que nos
pasa a menudo. Nos cegamos en las cosas malas, y no vemos más allá.
Pensamos entonces que la vida no merece la pena, y no conseguimos ver la
belleza del mundo, a pesar de que está ahí mismo, a pesar de que se
está reflejando muy brillante a nuestro lado.
Si
pasamos mucho tiempo en este estado, olvidamos que llevamos un pañuelo
tapándonos los ojos, porque nos hemos acostumbrado a él, y ya no
logramos de ninguna forma sonreír, porque no vemos todas las cosas
buenas que tenemos a nuestro lado. Nada nos parece suficiente, nada nos
contenta. Nos sentimos infelices pase lo que pase. Y entonces escuchamos
al otro decir: “Ya nada podrá hacerme nunca feliz porque siempre
lloraré lo que perdí” y nos sentimos identificados.
Quítate
la venda de los ojos y aprende a valorar las cosas buenas. Si tu vaso
está vacío, llénalo de vida, llénalo de emociones, y trata de verlo todo
de otra forma, deja que en tus ojos se reflejen todas las maravillas
del mundo, y disfruta de ellas. Observa a los niños pequeños y disfruta
viendo cómo expresan sin miedo sus emociones y decide expresarte igual
que ellos. Siéntete libre para elegir qué es lo que quieres hacer, y
fíjate unas metas realistas para conseguir aquellas cosas que tanto te
gustarían hacer.
Algo
igualmente importante es que ocupes tu tiempo libre en hacer cosas que
te gusten. Cuando estás mal, a menudo no te apetece hacer nada, pero es
precisamente en esos momentos cuando más necesario es que te esfuerces.
Verás con el tiempo que no haberte rendido mereció la pena.
Aprende
a valorarte porque tú eres alguien especial, y de seguro tienes muchas
cosas buenas que ofrecer a los demás. Piensa en tus virtudes y
refuérzalas, y trata de mejorar también tus puntos débiles (mal humor,
negatividad, gandulería, falta de voluntad...). Si lo necesitas, pide
ayuda. Siempre habrá alguien dispuesto a escucharte, y la escucha es la
mejor ayuda que nos pueden dar, sin duda...
En
fin, a partir de ahora trata de ver el arcoiris que sale tras la
lluvia, de mirar el atardecer con otros ojos, de ayudar siempre a los
demás, de perdonar y aceptar los errores de los otros, así como los
propios y de verlo todo con un punto de vista más positivo, buscando en
todo momento lo bueno, porque sólo así en tu vida prevalecerán los
momentos de felicidad.
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