Pobre colesterol, satanizado, vejado y maltratado. Si existiera un
tribunal constitucional para las grasas, estoy segura de que este
levantaría su voz de protesta en defensa de esta sustancia.
Y es que a lo largo de estos años no hemos escuchado más que cosas
horribles del colesterol y poco se ha contado sobre su importancia para
nuestro organismo.
El colesterol es una sustancia grasa que se encuentra en los
alimentos de origen animal (se produce en el hígado, tanto de animales
como del hombre. El ser humano, además de producirlo en el hígado, tiene
otra vía de ingreso: los alimentos).

Foto: Miguel Angel Herrero
¿Cuál es la función del colesterol?
El colesterol interviene:
1. En la formación de los ácidos biliares. Estos ayudan a la digestión de las grasas.
2. Es importante para la formación de hormonas, entre ellas las sexuales.
3. Es un precursor de la vitamina D.
1. En la formación de los ácidos biliares. Estos ayudan a la digestión de las grasas.
2. Es importante para la formación de hormonas, entre ellas las sexuales.
3. Es un precursor de la vitamina D.
Cuando la sangre lleva el colesterol desde el intestino y el hígado
hasta los órganos, lo hace a través de una unión (con unas partículas
llamadas lipoproteínas –las más conocidas son las LDL y la HDL-),
formándose así el C-HDL (Colesterol HDL) y C-LDL (Colesterol LDL).
El C-LDL lleva el colesterol hacia todas las células y el C-HDL
recoge lo que no ha sido utilizado para que sea almacenado o excretado
al exterior a través de la bilis.
Me sube el colesterol, cuando te miro y no me miras… ¿O cuando como mucha grasa?
El aumento del colesterol en la sangre (se le conoce como
hipercolesterolemia) no presenta síntomas o signos. Es el análisis de
sangre el que determina los niveles que tenemos y si estos están por
encima de lo adecuado.
El colesterol puede aumentar -más allá de la genética- por una
incorrecta alimentación y por el sedentarismo. Las claves son una
alimentación exagerada en alimentos de origen animal (con toda su
grasa), ricos en ácidos grasos trans, el abuso en el consumo de azúcar
(que no es una grasa, pero que entra en una ruta metabólica que
finalmente aumenta la producción de colesterol) y el poco ejercicio e
inactividad son las claves para aumentar el colesterol.
Los alimentos ricos en colesterol:
Entre otros, están los embutidos (aquellos que tienen más grasa y poca carne), la piel de aves (sí, la del rico pollo a la brasa), las vísceras, la grasa de los productos lácteos, alimentos elaborados con aceites hidrogenados o parcialmente hidrogenados (estos son los ricos en ácidos grasos trans) e, insisto, el abuso del azúcar.
Entre otros, están los embutidos (aquellos que tienen más grasa y poca carne), la piel de aves (sí, la del rico pollo a la brasa), las vísceras, la grasa de los productos lácteos, alimentos elaborados con aceites hidrogenados o parcialmente hidrogenados (estos son los ricos en ácidos grasos trans) e, insisto, el abuso del azúcar.
¿Qué ocurre si el colesterol está alto? Cuando el colesterol se
mantiene por encima de los niveles adecuados, se presentan riesgos para
la salud. Entre ellos que se estrechen las arterias porque se llenan de
grasa, que ocurra un infarto o un accidente cerebrovascular (conocido
como derrame cerebral).
Los cardiólogos (y especialmente mi amigo el doctor Félix Medina)
recomiendan que cada persona debe conocer sus niveles de grasa en sangre
tan bien como conoce su DNI. Es muy importante saber no solo el
colesterol total, sino también el LDL y HDL, pues estos son los que en
realidad nos pueden marcar los riesgos. Si el colesterol HDL está alto
(recuerden que es el “colesterol bueno o barredor”), el riesgo para la
salud disminuye, y este colesterol puede aumentar en algunos casos con
una buena rutina de ejercicios.
Alimentos que ayudan a controlar el colesterol:
1. Por sus contenidos de fibra soluble, la manzana y la avena ayudan a disminuir el colesterol.
2. La linaza, por los lignanos y otros compuestos (pero siempre y cuando se coma toda la semilla. Es mejor entera que en harina).
3. Cortes magros de aves (pechugas), la carne de alpaca (que casi no contiene grasa ni colesterol), carne de avestruz, cuy y otras carnes bajas en grasa.
4. Pescados grasos como jurel, bonito, atún, anchoveta, salmón, etc.
5. Lácteos con poca grasa o descremados.
6. Maní y aceite de oliva o aceitunas, también puede ser el sacha inchi y el ajonjolí.
7. Frutas (sin abusar por el contenido de azúcar) y verduras.
8. Y mucho ejercicio.
1. Por sus contenidos de fibra soluble, la manzana y la avena ayudan a disminuir el colesterol.
2. La linaza, por los lignanos y otros compuestos (pero siempre y cuando se coma toda la semilla. Es mejor entera que en harina).
3. Cortes magros de aves (pechugas), la carne de alpaca (que casi no contiene grasa ni colesterol), carne de avestruz, cuy y otras carnes bajas en grasa.
4. Pescados grasos como jurel, bonito, atún, anchoveta, salmón, etc.
5. Lácteos con poca grasa o descremados.
6. Maní y aceite de oliva o aceitunas, también puede ser el sacha inchi y el ajonjolí.
7. Frutas (sin abusar por el contenido de azúcar) y verduras.
8. Y mucho ejercicio.
La alimentación para una persona que tiene el colesterol elevado no
tiene porqué ser aburrida ni mucho menos. Simplemente, hay que elegir la
cocción adecuada.
Por ejemplo, una persona con colesterol elevado puede comer arroz con
pollo: en lugar de freír el pollo con la piel, lo pueden hacer al horno
habiendo retirado la piel previamente. En lugar de hacer una milanesa
frita en aceite, se cocina en el horno, y queda igual de deliciosa. En
lugar de echar tres cucharaditas de azúcar, se deben consumir solo una. Y
estos son los pequeños secretos.
Lo que sí se recomienda es que la manzana y la avena cocida no falten
dentro de la dieta. La primera por la fibra soluble y la avena por los
beta glucanos que ya se saben ayudarán al control del colesterol (y si
se consume fibra de avena, mucho mejor).
Lo más importante es tener una adecuada rutina de ejercicios y no
descuidar el tratamiento farmacológico que el cardiólogo o el médico
recomiende. Finalmente, la unión la hace la fuerza:
alimentación-medicina-ejercicio. Todo es necesario para mantener en
niveles adecuados una sustancia temida, pero que es también importante
para el organismo.
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