jueves, 18 de marzo de 2010

SEÑORES ELEGANTES

Ernesto Samper no viste nada bien porque no le importa mucho y le sobran ocho kilos. No visten nada bien, según Cromos, Aló y Carrusel, D Artagnan, mi General Bonnet, Rudolf Hommes, José Pardo Llada, Faustino Asprilla, Pacheco, Gossaín, Mockus y este columnista. Las mujeres se volvieron las papisas de la ropa masculina y a muchas les he escuchado esta bellezura: mi marido sólo compra en Nueva York y es muy elegante y resulta que viste fatal, como playboy de Cúcuta, Neiva o Montería. Cada rato salen listas de señores elegantes y allí veo a Sabas Pretelt, Alvaro José Lloreda, Gabriel Echavarría, Camilo Mutis, Juan Martín Caicedo, Andrés Echavarría, García Márquez, Edgar Perea, Felipe Santodomingo, los Obregón, los Caballero, los Casas Santamaría, los Santos Calderón, Raimundo Angulo, y etc. Salen como los bien vestidos , y que sólo comen apio y brócoli para estar esbeltos. Salen en las listas, pero no creo que sean tan bien vestidos.

Por culpa de las mujeres o los amigos, los hombres elegantes terminan usando lo mismo: corbatas Hermes con animalitos, zapatos Ferragamo, camisas Sulka, vestidos Zegna, Armani o Hugo Boss y mocasines Gucci que, según Angie Cepeda, por lo charros , son sólo para pereiranos.

En lo del buen vestir hay mucho cuento. Uno se viste de acuerdo con su cuerpo, kilos, trabajo, vanidades y, obviamente, como le venga en gana.

Siento pena por Valdivieso, Serpa, Juan Manuel Santos, Hommes y Andrés Pastrana, a quienes sus asesores de imagen les dicen cada día: cambie de corbatas, refresque imagen... necesita ropa nueva . Claro que la necesitan, pero son políticos y no modelos al estilo Marcelo Cezán o Rafael Novoa.

No puedo vestir bien porque estoy pasado de kilos, ancho de espaldas, cintura de nevera y algo agachado por una lesión en la columna. Lo único que me queda bien son los pañuelos y las medias. Me gusta la ropa años 70, informal y colorida, para no perder lo calentano. De muchacho, como en toda familia de clase media, heredaba la ropa de mi hermano mayor y me acostumbré a vestir mal y barato. Sólo compro en tiendas donde diga sale , que quiere decir sale para la sección de rebajas.

Hay señores jóvenes en la lista de bien vestidos que usan vestidos de luto y oscuros a rayas, imitando a los magistrados setentones de la Corte Suprema, a los académicos o a Mario Laserna, Jaime Castro y la directiva del Jockey Club, que siguen fieles a sus abuelos santafereños.

Hay que combatir el disfraz de los candidatos a que los llevan los asesores. Cinco aspirantes a la alcaldía de Cali salieron en TV vestidos de blazer azul y pantalón habano. Decidieron ellos? No, sus asesores de imagen. La ropa masculina debe tener comodidad y que se parezca al dueño, el resto es paja... precios caros y vanidad de vanidades.

Oh delicias... visto fatal, pero me fugué a la frivolidad para huirle a la amarga realidad de este demente país.

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