martes, 2 de marzo de 2010

ABUELAS JOVENES


Ni 70, ni 60, ni 50 años. Abuelas de 35, cuando mucho, que no han perdido sus hábitos de distracción, asisten regularmente a discotecas de Chaco y Corrientes junto a sus hijas mientras los nietos duermen. Resulta, según dicen, una nueva arista por lo prematuro con que las niñas de las nuevas generaciones crean familia.








































los últimos meses por nuevos reiterados casos detectados. Algunos de ellos sucedidos por violaciones sirvieron de portada a periódicos de todo el país.

Pero el fenómeno no es nuevo, hace años sucede. Al respecto se ha atribuido causa a falencias en la intervención de campañas de salud sexual entre la población menor de edad y a su baja incidencia en la conducta social. Sin embargo, los números no se revierten.

Así pues, cada vez más jóvenes las madres, comparten gustos y espacios comunes con sus progenitoras, una nueva generación de abuelas que no supera los 35 años. Con ellas hasta en discotecas bailan. Allí las consultó Momarandu.com.

De tacos

Liliana asiste con su hija, Virginia, a una discoteca de la periferia de la ciudad de Resistencia hace años, casi desde que allí se han abierto locales nocturnos. Se ha separado de su marido, hace cinco años y dice “he vuelto a vivir”.

Tuvo a Virginia hace 17 años, y Virginia le dio un nieto hace uno. “Virginia terminó la secundaria embarazada, ahora el bebé está durmiendo en la casa de mamá”, dice Liliana a Momarandu.com.

Cristina, unos pasos atrás, se encuentra en igual situación. Sólo que para ella los nietos son dos. Paradójicamente tiene 34 años. Su hijo de 17 se marchó de casa a los 15, y volvió con novedades.

“Todos vivimos en casa. Ellos en la parte de atrás se construyeron una habitación. Los niños viven allí también. Con mi nuera nos llevamos excelente. Ella me invitó a salir los primeros fines de semana”, expresó Cristina.

Club de solteras

Ya pasando los cuarenta años, en Resistencia, las jóvenes abuelas amplían su horizonte. En uno de los más populosos barrios de la periferia existe una peluquería, es decir, un centro de reuniones donde una decena de mujeres planifica sus salidas de discoteca.

Todas tienen algo en común: son solteras y quieren divertirse.

Durante los fines de semana, la concurrencia al pequeño reducto puede ampliarse al doble si las madres asisten con sus hijas. “Compartimos momentos que nos igualan. Tenemos casi los mismos gustos. A mí mi hija me da consejos que me ayudan a renovarme”, señala Anabel.

En la disco

Momarandu.com consultó a propietarios de discotecas si dada la concurrencia de mujeres mayores los contenidos convocantes, como la música, debieron ser cambiados.

Sin embargo, coincidieron en que no ha sido necesario. Es que la música vigente, construida mayormente en base a clásicos modernizados, une a las generaciones y coincide con la de abuelos, padres e hijos en un mismo ámbito.

En todo caso, señaló uno de ellos, “para quienes deseen brindar un poco más de especificidad a sus clientes, siempre existe la opción de construir un pequeño apartado vip, un poco más íntimo y costoso”.

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