El sedentarismo
es la causa del 70% de los problemas de salud durante la vejez, el doble de
otras enfermedades asociadas a esta etapa de la vida como la hipertensión o el
colesterol, dijo hoy en Málaga el catedrático granadino Manuel Castillo.
Evitar
factores de riesgo como el tabaco, el alcohol o el exceso de radiaciones
solares, incrementar las situaciones placenteras o comer saludablemente
influyen en el ritmo de deterioro del ser humano; pero si hay una condición inexcusable
para desacelerar los efectos de la vejez es la práctica de ejercicio. Castillo
señaló que si se desarrolla una actividad física diaria, el transcurso de un
año cronológico se traduce biológicamente en el paso de apenas diez meses.
La
práctica deportiva contribuye además a evitar la aparición de otras
enfermedades "como el infarto, la hipertensión, la arteriosclerosis, la
diabetes o el cáncer; asimismo mantiene los huesos más fuertes, reduce los
sentimientos de depresión y ansiedad y promueve el bienestar personal".
"No
existe un tratamiento médico o psicológico con efectos similares",
insistió el catedrático, quien apuntó que "salvo las funciones renal y
digestiva, todas las demás alcanzan su máxima capacidad durante el esfuerzo
físico".
Asimismo,
Castillo insistió en la íntima vinculación que existe entre el deporte y el
índice de mortalidad; de hecho aseveró que "por cada esfuerzo físico de
intensidad aumenta en un doce por ciento las posibilidades de supervivencia de
un individuo".
Sin
embargo, lamentó que la actual sociedad del bienestar ha adormecido nuestra
disposición genética al esfuerzo físico, razón por la que apostó no solo por la
práctica de ejercicio programado sino también por el "ejercicio
invisible"; aquel que se lleva a cabo durante la actividad cotidiana como
sustituir el ascensor por las escaleras, el autobús por caminar, o las bolsas
de la compra en lugar del carrito.
Para el
catedrático, "todo órgano que no se usa se atrofia pero si se abusa acaba
por agotarse", de ahí la importancia de realizar un ejercicio en cantidad
e intensidad acorde a la condición de cada persona y que éste sea propuesto por
un profesional especializado. Por esta razón, el profesor defendió la necesidad
de que los centros de salud cuenten con licenciados en Actividad Física y del
Deporte, cuya actividad se limita actualmente a los gimnasios, para que
analicen la evolución de la condición física de los pacientes "al igual
que se mide la tensión o colesterol".
En su
opinión, trabajar por promover un envejecimiento saludable es mejor que
investigar en tratamientos contra las enfermedades y supone un menor gasto
económico.
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