Adultos mayores y niños menores de 5 años son
los que tienen más riesgo de padecer golpes de calor. Insisten en
prevenir este tipo de episodios.
Permanecer en lugar fresco y ventilado y tomar mucha agua es fundamental para pasar el calor.
Las altas temperaturas que venimos registrando -no
sólo a partir de que el calendario nos marcó el inicio del verano, el
pasado 21 de diciembre- pueden traer complicaciones para nuestra salud,
ya que el cuerpo a veces no está en condiciones de regular su
temperatura con la que lo rodea.
Por eso, para evitar los denominados agotamientos por
calor o los golpes de calor propiamente dichos -cuando el primero es
excesivo-, debemos tomar algunas sencillas medidas que nos permitirán
hacer más llevadero el verano santafesino. Las indicaciones son
especiales para los adultos mayores y los niños menores de 5 años (sobre
todo lactantes) por ser las poblaciones que tienen mayores riesgos,
pero las recomendaciones valen para todos.
La Dra. Andrea Uboldi, directora de Promoción y
Prevención de la Salud de la cartera sanitaria, aseguró que “este
sistema de regulación de la temperatura corporal en relación con las
altas temperaturas imperantes falla más en los lactantes, los bebés y
los adultos mayores, pero también en los enfermos (personas con fiebre o
que están cursando cuadros de diarrea y vómitos) y personas quemadas o
que hayan estado permanecido mucho tiempo al sol”.
En ellas -advirtió-, se da lo que se denomina
agotamiento por calor o, al extremo, golpe de calor, que se caracteriza
por fiebre alta (entre 39º y 40º); piel enrojecida (caliente y seca
porque no hay sudoración); sensación de que el corazón late mucho; dolor
de cabeza palpitante; fatiga o sensación de falta de aire; y sensación
de náuseas y mareos. Pero en los cuadros más graves se da la pérdida del
conocimiento.
Por este motivo, la funcionaria aconsejó que si las
temperaturas son elevadas no hay que hacer ejercicios violentos ni
actividad física extenuante; colocarse ropa cómoda, fresca y de colores
claros; ubicarse en lugares frescos y ventilados; bañarse frecuentemente
o refrescarse las zonas con mayor circulación de sangre, como el
cuello, las axilas y la ingle; consumir comidas sencillas; y no ingerir
bebidas alcohólicas, porque deshidratan más, sino agua, jugos naturales
y, en los lactantes, darles la teta a demanda. En este punto, Uboldi
remarcó que “no hay que esperar a tener sed para tomar agua u otro
líquido fresco, porque ese síntoma se tiene cuando uno está
deshidratado”.
Agua y vestimenta
Con relación a las recomendaciones para los adultos
mayores, la Dra. Andrea Uboldi explicó que “no es aconsejable poner al
sol a aquellos que se encuentran en sus domicilios o en lugares para
ancianos sino siempre bajo techo o en lugares frescos y ventilados.
También es bueno que puedan tener cerca un dispenser o un lugar donde
buscar fácilmente agua fresca para tomar”.
Asimismo, insistió en que “tanto a los adultos
mayores como a los niños hay que forzarlos a tomar agua porque siempre
dicen que no tienen sed. También es común que éstos se abriguen mucho y
por eso hay que supervisar que no lo hagan, que no estén con medias y
que, en el caso de las mujeres, usen vestidos de algodón y no de lycra”.
Por último, sugirió controlar “si duermen mucho o si
están decaídos, ya que pueden ser signos de golpes de calor, y advertir
si la lengua está seca para incrementar la cantidad de ingesta de agua”.
Ante la emergencia
Si una persona se siente descompuesta por el calor
-aconsejó la Dra. Andrea Uboldi- es aconsejable que se siente o se
acueste en el lugar en donde ocurre el malestar, de manera que pueda ser
asistida. Se le debe colocar un paño frío en la frente y, si está
consciente, ofrecerle agua o algún líquido. Pero si está desmayado
-aclaró- nunca se le debe dar a beber porque se puede ahogar y se debe
llamar a la emergencia
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