La página web Jauted ha
convencido a una veterana azafata para que explique las actitudes más
desagradables que tenemos los pasajeros durante los vuelos. Después de dieciocho años de experiencia, Sara Keagle ha acumulado unas cuantas anécdotas
que confirman lo que nos podemos imaginar. Como la mayoría de los
viajeros saben que es improbable cruzarse de nuevo con sus compañeros de
avión, por lo que tienden a actuar como si no hubiera nadie alrededor.
Cortarse las uñas es un clásico gesto de mal gusto entre pasajeros. No
en el baño, sino en su asiento, dejando a las limpiadoras la
desagradable tarea de recoger los restos. Una señora incluso se hizo la
pedicura completa. Otra costumbre extendida en los vuelos nocturnos es quitarse los zapatos para dormir,
incluso los calcetines. Cuando lo hacen demasiados pasajeros a la vez,
el ambiente suele ser insoportable. En cierta ocasión, un pasajero de
primera -presuntamente más finos- puso a secar sus calcetines sucios
encima de la calefacción. El olor resultante provocó las protestas de la
totalidad de los viajeros que le rodeaban. Por suerte, no hubo bajas.
]
La azafata Keagle ha llegado a encontrar ropa interior de mujer
manchada de sangre en el compartimento donde se dejan las revistas. "Ese día comprendí por qué nos dan guantes",
recuerda. También ha recogido pañales para adultos en diversos puntos
del avión, casi siempre usados. Keagle también comenta el peligro de
adentrase en los baños. Muchos pasajeros siguen teniendo la fantasia practicar sexo en el avión. "Quien no lo consigue, pues se le ocurre aliviarse solo. Otro pasajero (de primera clase me ha pedido cambio de sábanas media hora después de estrenarlas", recuerda.
Después de un vuelo de más de tres horas, los baños del avión suelen aparecer tan sucios, desordenados y malolientes como los del peor garito rockero de la ciudad.
Esperemos que hacer públicos estos detalles anime a la gente a
comportarse con más consideración hacia el personal y compañeros de
vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario