martes, 26 de julio de 2011

VIAJAR EN LA TERCERA EDAD

Un viaje o una escapada de fin de semana siempre nos cambia durante unos días el ritmo de nuestra vida. Y para evitar contratiempos y problemas añadidos que nos puedan surgir, les dejo algunos consejos sobre ciertos aspectos que debemos tener en cuenta en nuestros viajes para la Tercera Edad que emprendamos este verano.
Cuando se viaja en tren o en autobús, debemos tener en cuenta que las paradas se harán posiblemente cada tres o cuatro horas, por lo que es buena idea, antes de emprender un viaje, preparar una bolsa con una botella de agua, además de alguna chocolatina, snaks o algún tipo de alimento ligero.
Si no está demasiado acostumbrado a viajar lejos de casa, como podría ser el caso de los viajes al extranjero, es aconsejable que lleve encima el teléfono móvil y algún blog con los teléfonos de los familiares más cercanos y la dirección y el teléfono del consulado de nuestro país. Seguro que nos dará confianza. Una vez hallamos llegado al destino, el tener que localizar por una necesidad una simple dirección o un número de teléfono puede resultar todo un problema. Si sufre alguna dolencia, deberá llevar el teléfono de su médico por si fuera necesario y los medicamentos suficientes para los días de viaje, ya que posiblemente no le resultará fácil encontrarlos en el destino, sobre todo si se trata de un país extranjero.
Es una buena idea, sobre todo en los viajes al extranjero, en los que las esperas en los aeropuertos suelen ser muy tediosas, el ir acompañados de un buen libro o de alguna revista amena, que nos haga pasar el tiempo con rapidez. También debemos acostumbrarnos a tener siempre el equipaje cerca de nosotros, por aquello de los robos, que suelen ser muy frecuentes en zonas de aglomeraciones de turistas, como sería el caso de estaciones de autobuses, estaciones de trenes y aeropuertos. Por cierto, una de las malas costumbres en los jubilados es la de llevar siempre demasiado equipaje. Debemos ser conscientes de que, por ejemplo, las compañías aéreas únicamente nos permitirán facturar unos veinte kilos aproximadamente. Por ello, solamente deberemos llevar lo estrictamente necesario en lo que a ropa y útiles de aseo se refiere. Pensemos que en el destino, siempre podremos comprar lo que necesitemos si nos hace falta.
Algo que suelen olvidar muchos viajeros de la Tercera Edad es la Tarjeta Sanitaria Europea. Si salimos en un viaje o escapada al extranjero es conveniente que la solicitemos, ya que es gratuíta y nos la entregarán en la oficina de la Seguridad Social. Esta tarjeta puede evitarnos muchos problemas cuando estemos fuera de nuestro país. Con ella, caso de que fuera necesario, recibiremos asistencia médica gratuita en el extranjero, tanto en centros de salud como en hospitales. Y hablando de tarjetas, es una buena idea pedir en la recepción del hotel donde nos hospedemos una tarjeta. De esa forma, caso de que nos perdamos por la ciudad donde nos encontremos, siempre conoceremos la dirección exacta del hotel donde debemos volver.
No debe preocuparse si no dispone de ninguna persona que lo acompañe en sus viajes. Con seguridad encontrará algunas personas que se encuentran en su misma situación, y un buen lugar donde encontrarlas es en los centros sociales y en los clubs de jubilados. Seguro que encontrará algunos que tengan en mente hacer el mismo viaje u otro parecido al suyo.

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