Los medios han plantado esta idea en nuestras cabezas que dentro de la intimidad de pareja
todo debe ser siempre atractivo, intenso y perfectamente sincronizado.
El problema es que, en la vida real, en ocasiones es necesario tomarse
las cosas con un poco de humor. Checa estas 5 “vergüenzas”, que a todas
nos ocurren, y entérate de cómo superarlas sin matar la pasión.
1. Los sonidos penosos. Éste es uno de los problemas más comunes y más odiados. Nuestro cuerponaturalmente
hace sonidos cuando lo frotas contra otro. Si no te ha pasado aún, te
sucederá en algún momento. La buena noticia es que a tu chico
seguramente le ha pasado antes y no se angustiará por esto. Es
simplemente aire acumulado. Cuando te pase, ¡ríete! Una sonrisa pícara
es todo lo que necesitas para aligerar el momento.
2. Las que no funcionan. Ver pornografía con tu
pareja puede ser una excitante manera de inyectarle pasión a tu
relación, pero tratar de imitar las posiciones que ves en la tele puede
resultar incluso peligroso. No todas las posiciones funcionan, no todos
los movimientos que vemos en las películas son naturales y no todas
practicamos tres horas de yoga diarias para doblarnos en ese ángulo.
3. Conócelo. Las primeras veces que tienes sexo con alguien es muy difícil que llegues al orgasmo. La intimidad de pareja debe ser siempre placentera, pero encontrar tu ritmo con alguien más puede tardar unos cuantos intentos.
Esto, también, nos pasa a todas y la forma más rápida de encontrar
ese ritmo es comunicándote. Indícale a tu pareja lo que te gusta, lo que
no te gusta y, sobre todo, lo que te duele. Que no te de pena tomar el
control de las cosas o ser más vocal. Es mejor hablar bien con él en la
cama que hablar mal de él con tus amigas al día siguiente.
4. ¿Dónde quedó la bolita? Los condones perdidos son
más comunes de lo que crees. Un resbalón y puedes pasar minutos enteros
tentando las sábanas. Es importante que te protejas siempre y cuides
mucho estos aspectos de la relación. Si por alguna razón se les pierde
el condón detente y busca entre tus cajones uno nuevo antes de
continuar.
Estar preparada no es sólo tarea de los chicos. Carga siempre con tu
propio método de protección y recuerda que 30 segundos de esfuerzo ahora
te pueden evitar muchos problemas a futuro.
5. El muertito. Cada persona es diferente a la hora de dormir. Tal vez a tu pareja le
encante dormir abrazados o sea de esos hombres que te pasan el brazo
por encima y te aprietan contra él. Si esto te gusta, ¡adelante! Pero si
te tiene torcida en una posición incómoda que hará que te levantes con
tortícolis no tiene nada de malo cambiar de posición.
Sonríe y levántate por un vaso de agua o para ir al baño. Cuando te
vuelvas a acostar reacomódate hasta que estés cómoda y en caso de que él
insista en la posición, ¡se traviesa! Muérdelo o hazle cosquillas hasta
que se mueva y encuentra otro acomodo en el que sí puedas conciliar el
sueño.
No dejes que las cosas se vuelvan un problema, sólo será incómodo si así lo ves tú misma.
Recuerda que, antes que todo, la intimidad de pareja debe ser relajante y divertida. ¡Déjate llevar!
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