Desengaños amorosos
Por supuesto, cada vez que te enamoras piensas que es la
definitiva, la mejor, que jamás antes te habías enamorado y esto es
realmente el amor de tu vida.
Pero como casi siempre, vuelve a tener un final y un desengaño;
siempre hay un desengaño. Da igual que seas tú el que rompe la relación,
que haya sido de mutuo acuerdo o simplemente que se haya roto la
convivencia, siempre hay un dolor y una desilusión.
Y desgraciadamente no hay edad para superar ese desengaño. A medida
que creces, a medida que te haces mayor piensas que no es el mismo
dolor, que te has curtido, pero no es cierto.
Jamás se olvida el primer amor, haya sido o no correspondido, creo
que eso es algo en lo que estamos de acuerdo… siempre recordaremos la
primera vez que pensamos… ¿es esto amor? y por supuesto jamás se olvidan
las primeras lagrimas tras la ruptura, tras el rechazo o tras
simplemente la distancia.
Y claro, crecemos y pensamos que ya no será lo mismo, que la vida nos
ha enseñado ya a superar los golpes…. Infelices…. Una y otra vez
lloramos ante una ruptura, nos enfadamos ante un desengaño o gritamos
ante un rechazo.
Puede que los efectos sean distintos, pero duele siempre duele.
Pero cuando eres adulto… ja, eso no puede pasarte. Has vivido mucho, has pasado mucho y por supuesto, sabes mucho.
Pero cuando eres adulto… ja, eso no puede pasarte. Has vivido mucho, has pasado mucho y por supuesto, sabes mucho.
Y otra vez nos encontramos cara a un espejo pensando… ¿por qué otra vez? ¿no me merezco algo bueno?
No recordamos lo bueno vivido ni las experiencias adquiridas en cada
relación; un desengaño amoroso siempre es dolor, sea la edad en la que
te pase y por los motivos que te pasen.
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