“La felicidad no es algo que podamos encontrar por ahí, sino algo que se construye y se practica”.
La felicidad es
un tema que gusta y apasiona, Un gran número de autores han aportado
interesantes ideas enfocándolas desde distintos puntos de vista de
acuerdo a su especialización.
En este
artículo quiero citar algunos de ellos, los que bajo mi criterio
considero importantes y que han dejado huella en las personas que los
han leído.
Me gustaría que
estas ideas aquí expuestas, puedan ayudaros a reflexionar sobre este
tema y sirvan como herramientas que podáis utilizar en vuestro
desarrollo: por un lado, para todos como guía personal y por otro para
profesionales que trabajen con adultos y mayores, como herramientas
hacia la mejora de su calidad de vida.
Pienso como
Borges que «el tiempo es la sustancia de la que estamos hechos». Vuestra
Vida está compuesta de momentos felices y de otros que nosotros mismos
hemos hecho desgraciados con nuestra actitud, con nuestros miedos, con
nuestras preocupaciones, con nuestro derrotismo.
1. Define claramente cuál es tu proyecto de vida. Ama ese proyecto y procura que uno de los puntos clave sea hacer el bien, la generosidad y la actitud de servicio.
2. La ira,
la ansiedad, el sentimiento de culpabilidad, la intolerancia y el odio
son los mayores causantes de infelicidad y desdicha.
3. Mantén una buena higiene mental aceptando lo bueno y lo malo de tu pasado.
No permitas que el futuro te inquiete y vive siempre un presente de
plenitud en el que “la alegría de vivir” sea una constante, capaz de
disipar temores, inquietudes y penas. Recuerda que la felicidad no está
en poseer muchas cosas, sino en el modo de ganarlas.
4. Piensa
que el bien, la bondad, el éxito y la belleza están en tu interior y en
la capacidad de disfrutar las cosas cotidianas y sencillas. A. Lincoln decía que “Casi todas las personas son tan felices como deciden serlo.”
5. No olvides jamás que la felicidad camina siempre al amparo y al abrigo de la verdad, la autenticidad y la virtud.
6. Disfruta cada día de lo que eres y de lo que tienes.
7. La naturaleza esta rebosante de vida, de verdad, de bondad y de belleza. Ámala con todas tus fuerzas, llénate de ella, y te sentirás inundado de salud, dicha y felicidad.
8. Busca
siempre en todo lugar, en todo momento y situación y ante cualquier
persona la paz, la serenidad y el equilibrio interior como el más
preciado de los logros. Solo desde la tranquilidad de espíritu,
desde la calma, desde la perfecta coherencia interna, se puede acceder a
la verdadera felicidad.
9. Nada enriquece tanto como la práctica del perdón y de la generosidad,
dar y compartir cosas; salir de uno mismo y sentir los éxitos de los
demás y su felicidad como propia. Goethe decía siempre que el hombre más
feliz era el que sabia reconocer los meritos de los demás y se alegraba
de los bienes ajenos como si fueran los suyos.
10. No te olvides de personarte, de tratarte con ternura, de valorarte, de ser tu mejor amigo y aceptarte como eres.
No hagas depender tu felicidad de lo que los demás piensen o digan de
ti, de lo que te estimen y valoren. La felicidad autentica, como dije,
se genera en tu interior, “desde dentro hacia afuera y no al revés.”
Crea en cada
momento la emoción positiva que anule la negativa que obstruye tu
camino. Tienes que reflexionar, adentrarte en ti mismo para conocer
cuáles son los mayores obstáculos, la estrategia para sortearlos o
eliminarlos, y después pasar a la acción, sin perder la calma, seguro de
que puedes porque quieres poder.
La mejor pista
para poder discernir, con algún grado de certeza, si una persona es
dichosa consiste en saber en que medida posee los tres ingredientes de
la personalidad feliz: una autoestima favorable unida al sentido de
controlar razonablemente su propia vida, un talante optimista y
comunicativo, y una buena capacidad para adaptarse a los cambios y
superar los retos que impone periódicamente la existencia.
Se nos aconseja
que alimentemos una imagen positiva, que seamos benévolos con nuestras
actitudes y comportamientos, y comprensivos con nuestros fallos o
defectos. De ahí el viejo principio de que “para descubrir en nosotros
el amor lo primero es amarnos a nosotros mismos”.
Según el Dalai Lama,
debemos empezar”Identificando los factores que nos hacen felices y
aquellos que nos producen sufrimiento”. El paso siguiente consiste en
“Suprimir gradualmente los factores que nos conducen al sufrimiento y
fomentar los que nos conducen a la felicidad”.
El talante optimista se potencia de dos formas:
• Alimentando estados emocionales gratificantes en el día a día.
• Fomentando estilos positivos de pensar y de enjuiciar las cosas que nos afectan.
Gracias a los
vínculos que existen entre las palabras y las emociones, hablar no solo
nos permite desahogarnos y liberarnos de las cosas que nos preocupan,
sino experimentar los sentimientos placenteros que acompañan a la
comunicación entre personas queridas.
Resalta la importancia de:
• Las
ocupaciones o actividades que nos estimulan física o intelectualmente,
que nos permiten practicar y desarrollar nuestras aptitudes y talentos, y
que exigen un grado moderado de esfuerzo inducen sentimientos gratos de
utilidad y competencia.
• La calidad
del tiempo libre se revaloriza y su influencia sobre el estado de ánimo
se hace más significativa. Hoy existe un abanico interminable de ofertas
para avivar las emociones positivas durante el tiempo de ocio. Una
buena fórmula es adoptar una dieta regular de pequeñas actividades
refrescantes, reuniones con amigos, disfrutar de una comida sabrosa o
una música grata, pasear por el parque, hacer deporte o salir de
excursión. Y no olvidemos el poder explosivo del humor. Su función
primordial es actuar de purgante y liberarnos de sentimientos negativos.
• Las pequeñas
cosas agradables que nos ocurren en la vida cotidiana tienen una marcada
influencia sobre nuestras emociones, actitudes y conductas. Por
ejemplo, hechos sencillos como encontrarnos inesperadamente una moneda
en el depósito de cambio de un teléfono público, ver unos minutos una
película de risa, recibir un ramo de flores u otro pequeño regalo, o
enterarnos de que hemos ejecutado bien la tarea, son suficientes para
aumentar nuestro nivel de optimismo. Esos momentos de alegría moderada
tienen además un impacto importante en las decisiones que tomamos, en la
creatividad que empleamos para resolver problemas, en la memoria, en la
capacidad para aprender, en la motivación para embarcarnos en un nuevo
proyecto y en la forma de relacionarnos con los demás.
• Las personas
que se prestan desinteresadamente a ayudar a los demás, aunque no sea
más de una hora a la semana, comparadas con quienes no ofrecen ningún
tipo de ayuda desinteresada, sufren menos de ansiedad, duermen mejor y
son más proclives a mantener una perspectiva más favorable de la vida.
• Es bueno
diversificar las parcelas de satisfacción en nuestra vida. Resulta muy
eficaz diversificar nuestras fuentes de satisfacción y
compartimentarlas. Las personas que desempeñan a gusto varias
actividades diferentes e independientes disfrutan más de la vida en
general y soportan mejor los contratiempos.
Tal Ben-Shahar
Nos dice:
(Pág.242) que una de las barreras mas comunes a la felicidad es la falsa
expectativa de que algo;(un libro o un profesor, una princesa o un
caballero, un éxito, un premio o una revelación), nos hará felices.
Si bien todas
estas cosas pueden contribuir a nuestro bienestar, en realidad no
constituyen más que una pequeña parte del mosaico de una vida feliz. La
idea de la felicidad que trasmiten los cuentos de hadas, (la idea de que
algo puede hacer que seamos felices para siempre), conduce
inevitablemente a la decepción. Una vida feliz raramente se consigue a
partir de un evento extraordinario, se consigue poco a poco, experiencia
a experiencia, momento a momento.
Para conseguir
la mayor cantidad posible de la moneda más valiosa, primero tenemos que
aceptar que hemos de vivir el día a día, lo ordinario. Vivimos una vida
feliz cuando obtenemos placer y significado estando con nuestros seres
queridos, aprendiendo algo nuevo, o realizando un proyecto en el
trabajo. Cuanto más llenemos nuestros días de estas experiencias, más felices seremos. Ese es el secreto.
Desde una
perspectiva más científica nos cuenta los descubrimientos sobre como
llegar a ser más felices, y los utiliza para enseñarnos habilidades para
alcanzar un nivel más elevado de bienestar.
Nos dicen que
tendemos a buscar la felicidad en los lugares equivocados, lo que
creemos que supondrá realmente una gran diferencia en nuestras vidas,
solo supone una pequeña diferencia, mientras que pasamos por alto las
verdaderas fuentes de la felicidad.
“El primer
paso para ser feliz consiste en reconocer que nuestro anhelo de
incrementar nuestra felicidad no es solo una ilusión, sino un objetivo
de importancia vital, que todos tenemos derecho a tratar de alcanzar y
los medios para conseguir” (Pág. 35-36)
Tomamos un grafico que representa los factores más importantes que determinan la felicidad:
• Un 50% de las diferencias entre los niveles de felicidad de las personas esta determinado genéticamente,
es decir tiene su origen en nuestra madre o nuestro padre biológico, o
en los dos, y es un punto de referencia para la felicidad al cual
siempre regresamos, incluso después de grandes contratiempos o triunfos.
• Un 10% se explica por las diferencias en las circunstancias de la vida,
es decir, porque seamos ricos o pobres, estemos sanos o enfermos,
seamos hermosos o poco agraciados, estemos casados o divorciados, etc.
• Un 40% aparte de nuestros genes y de las situaciones a las que hacemos frente, queda un elemento de civismo: nuestro comportamiento,
así la clave de la felicidad no consiste en cambiar nuestra
constitución genética ni en cambiar nuestras circunstancias, (es decir,
buscar la riqueza o el atractivo o mejores colegas), sino en nuestras
actividades de todos los días, teniendo esto en cuenta, nuestro grafico
ilustra el potencial del 40% que tenemos la capacidad de controlar para
aumentar o disminuir nuestro nivel de felicidad a través de lo que
hacemos en nuestra vida cotidiana y de nuestra manera de pensar. Seria
maravilloso que todos fuéramos mas felices si examináramos con atención
lo que hacen y lo que piensan natural y habitualmente las personas que
son mas felices.
(En la Pág.46)
de su libro Lyubomirsky nos da patrones de pensamiento y de
comportamiento de las personas más felices que participaron en sus
estudios:
• Dedican mucho tiempo a su familia y a sus amigos, a fortalecer esas relaciones y a disfrutar de ellas.
• Se sienten cómodas expresando su gratitud por todo lo que tienen.
• A menudo son las primeras en ofrecer ayuda a sus compañeros de trabajo y a los transeúntes.
• Son optimistas al imaginar su futuro.
• Saborean los placeres de la vida y tratan de vivir el presente.
• Convierten el ejercicio físico en hábito semanal (y en ocasiones cotidiano).
• Están profundamente comprometidas en objetivos y ambiciones para toda la vida.
• Las personas
mas felices soportan el estrés, tienen crisis e incluso sufren
tragedias. Es posible que en esas circunstancias se sientan tan
afligidas o se emocionen tanto como tú o como yo, pero su arma secreta
es el aplomo y la fuerza que muestran para hacer frente a las
dificultades.
Nos dice que
podemos mejorar nuestra felicidad con la condición que somos nosotros
quien nos lo debemos proponer. La felicidad es como la bolsa: sube y
baja, nunca es constante porque podría terminar como una rutina y eso no
seria bueno para nosotros, aun así debemos aprender a tomar las
decisiones adecuadas si quiero que mi felicidad sea progresiva.
La felicidad surge cuando tenemos estado de ánimos positivos, por lo que hay que intentar fomentar esos momentos.
Se hace una pregunta ¿Qué es la felicidad?, cada autor la define de manera diferente:
• Como el fin al que queremos llegar.
• Son estados de ánimo positivos que se aprenden y tratamos de mejorar.
• Llegar a vivir una vida plena.
• Una satisfacción interior.
• Un proyecto de vida.
• Liberación de endorfinas en el organismo.
• Como un premio que te da la vida cuando las acciones que realizas son las adecuadas.
Nos da una formula y dice que “la felicidad es igual a la suma de la actitud mas sabiduría”
entendiendo como actitud la manera de proceder y de pensar de una
persona y la sabiduría como el conocimiento sobre la felicidad humana.
Todos tenemos
derecho a ser felices, aunque hay que trabajárselo y la manera de
trabajarlo es ver si has cumplido una conducta correcta y tus
responsabilidades contigo mismo y con los demás.
Necesitamos
regalarnos felicidad y para ello necesitamos tomar una decisión que vaya
siempre acompañada de un compromiso personal.
Un paso importante que debemos hacer para seguir avanzando en esta búsqueda es la realización de nuestro proyecto de vida para ello debemos empezar:
• Analizando: ¿Qué quiere construir?
• Diseñando: un proyecto que de sentido a su vida.
• Construyendo: su vida basándose en actitudes
que otorgan felicidad y para ello, genera actitudes mentales positivas,
pues tus pensamientos son como el boomerang, vuelven hacia ti
multiplicando su efecto.
Por tanto busca y espera siempre lo mejor, la felicidad depende de nuestra forma de pensar y de imaginar:
• Si piensas que eres feliz, lo eres
• Si piensas que eres infeliz, lo eres
Por lo que ponte como meta a alcanzar el buscar el lado positivo de todo lo que nos ofrece el mundo cada día y ponle pasión pues las personas apasionadas siempre están motivadas.
A las personas felices les gusta estar en compañía,
pues encerrarse en uno mismo solo conduce a la soledad y depresión. Tu
estado de bienestar esta ligado a los demás, pues necesitamos amar y ser
amados, comunicarnos y sentirnos útiles. Pues lo único realmente
importante es ayudar a los demás y hacerles el recorrido más agradable y
gratificante.
Por el contrario hay que evitar los miedos, pues estos te generan preocupaciones y no te dejan ser feliz.
También debemos evitar las emociones negativas, como el odio, la ira y la venganza.
El peor enemigo de la felicidad es la ignorancia pues dentro de ella entra el no conocer y el no aplicar.
Y para concluir utilizo un término que siempre procuro poner en
mis artículos y que considero muy importante: “recicla tus conocimientos
pues el conocimiento que no se recicla puede terminar olvidándose”.
Dicen los expertos que el conocimiento que vemos, solo lo recordaremos
el 20% después de ocho días. Así que si pasada una semana no has hecho
nada por poner en practica los conocimientos aprendidos, seguramente ya
no los aplicarás.
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