La evolución del sistema financiero ha hecho posible que cada vez más adultos mayores obtengan un crédito bancario. En la actualidad, un pensionista de hasta 84 años podría acceder a este beneficio, solo con demostrar que posee un ingreso fijo.
En un país como Perú, carente de un sistema de seguridad eficiente, el crédito bancario se ha convertido en un servicio vital para las personas de la tercera edad, pues con frecuencia suelen utilizarlo para satisfacer sus necesidades más urgentes, como comprar medicinas o costear sus tratamientos. Por ello, cabe decir, que incluir a un grupo social vulnerable como el del adulto mayor a la oferta financiera, ha sido un gran acierto.
Una de las primeras entidades en extender la edad para el acceso al crédito fue el Banco de la Nación. En el 2007, esta institución lanzó su programa Préstamo Multired Adulto Mayor, para los jubilados del sector público que tuvieran entre 79 años y 84 años. Los montos pueden llegar hasta los 2000 soles, y son asignados según la capacidad de pago del solicitante. Adicionalmente, el paquete incluye un seguro de desgravamen que en caso de fallecimiento, cancela la deuda.
Por su parte, las entidades privadas también han seguido la tendencia de reducir los requisitos para otorgarles efectivo a sus clientes más longevos. Por ejemplo, en Scotiabank, un jubilado de hasta 72 años puede solicitar un crédito de libre disponibilidad, con solo demostrar que percibe una pensión mensual y que no sufre de alguna enfermedad grave.
Rutas alternas
Si bien lo habitual es conseguir un crédito mediante una solicitud de prestamo, existen otras formas de obtenerlo. Por ejemplo, mediante una tarjeta; adquirible por aquellos adultos mayores de hasta 70 años que ganen como mínimo 1000 nuevos soles.
Por otro lado, si el objetivo es comprar un inmueble -a diferencia de años anteriores- los bancos han comenzado a entregarles montos considerables a las personas de la tercera edad. Así, alguien de 65 años que perciba un ingreso individual o conyugal mensual de 750 dólares, podría solicitar un hipotecario y pagarlo hasta en diez años.
Gasto consciente
Según Julio Rasmussen, jefe de Crédito Personal del Scotiabank, el adulto mayor es muy racional con el dinero de sus préstamos. “Lo utiliza, por ejemplo, para arreglar su casa, para comprar productos de consumo, pagar los estudios del nieto o emprender un negocio”, asegura el funcionario.
Además, es uno de los grupos más puntuales en el pago de sus cuotas y suelen calcular muy bien los montos que alcanzan a pagar, por lo que no significan un gran riesgo para las entidades financieras. Esto ha motivado que las empresas piensen en ellos como un importante nicho de mercado y diseñen servicios a la medida de sus necesidades
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