PRIMERA FASE
En la primera fase de la enfermedad, el paciente sufre las siguientes situaciones a la hora de expresarse. Tiene dificultad para encontrar la palabra adecuada en el lenguaje espontáneo y le cuesta seguir el hilo de la conversación. Así que, ¿qué podemos hacer?
- Ayudarle o decirle nosotros la palabra si vemos que no puede. Es mejor ayudarle, le resultará menos frustrante que dejarle luchar para encontrarla. Lo importante es que nos siga hablando.
- Le incluímos en la conversación para que no la rehuya, así evitaremos que se sienta desplazado.
SEGUNDA FASE
En la segunda fase de la enfermedad, nos encontramos con un empobrecimiento del lenguaje y vocabulario de uso cotidiano. Además, comienza a utilizar un lenguaje muy reiterativo, usa palabras inventadas para describir algo que ya no recuerda y tiene dificultad para organizar las palabras con un orden lógico. Utiliza un lenguaje extremadamente sencillo.
Nosotros podemos:
- Darle el tiempo que necesite para que se exprese y piense con toda tranquilidad.
– Seremos pacientes y comprensivos en todo momento, le proporcionaremos otra palabra para que la recoja y le llevaremos después hacia otro tema.
- Le ayudamos a expresarse proponiéndole ejemplos, pero evitando provocarle una frustración innecesaria.
– Tener imaginación para comprender lo que nos quiere decir; para ello tenemos que ser sutiles y observadores (fijarnos en sus gestos). Asimismo, es conveniente pedir información a su cuidador. Le proporcionaremos frases breves y sencillas. Su capacidad de comprensión está disminuyendo, de ahí que cuanto más sencilla sea la frase, más probabilidad de entendimiento exista; sobre todo, acompañaremos nuestras palabras con gestos para reforzarlas.
– Centrarse en los sentimientos que quiere expresar y no en los hechos o las palabras que dice, ya que las emociones son más importantes.
– Animarle a comunicarse de forma no verbal, ya que le será más fácil.
TERCERA FASE
En la tercera fase de la enfermedad, nos enfrentamos a respuestas muy limitadas y escasísimas palabras. Existe una gesticulación creciente y el enfermo va sustituyendo cada vez más las palabras por gemidos. ¿Qué podemos hacer?
- Si vemos que es capaz de decir “sí” o “no”, podemos hacerle preguntas de tipo cerrado para seguir manteniendo alguna comunicación. Le miraremos fijamente a los ojos con muestra de cariño y una sonrisa, le daremos apuntes visuales para que señale o toque las cosas de las que le estamos hablando.
– Utilizaremos la comunicación no verbal en todo momento: cogerle de la mano cuando intente decirnos algo, acariciarle la cabeza, etc. El contacto físico, como el cariño, el tacto y la sonrisa serán nuestras herramientas de comunicación con el enfermo en esta fase.
Esperemos que estos consejos os ayuden un poco.
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