martes, 13 de julio de 2010

ADULTOS MAYORES



 
El dinero asegura la felicidad? ¿Los más educados se declaran menos felices? Estudios recientes en la literatura socioeconómica analizan el impacto del ingreso, la situación matrimonial, la salud, la educación recibida, etc., sobre el grado de satisfacción con la vida que las personas declaran. Gran parte de estos estudios limitan su atención a los países industrializados y desarrollados pero ¿son las mismas causas de la felicidad para los países como Uruguay?
 
En una reciente investigación que realizamos junto a Daniel Ferrés (Universidad de Montevideo) y Máximo Rossi (UdelaR), analizamos datos de personas con 60 años o más que viven en Uruguay, utilizando la encuesta llamada “Salud, Bienestar y Envejecimiento en América Latina y el Caribe” (SABE).

Características de la encuesta analizada
Se analizaron 1.444 habitantes de Montevideo, de sesenta años o mayores, que respondieron una extensa encuesta de 2 horas y media cada una.

Mujeres
Hombres
Promedio de edad de las personas entrevistadas
71
71
Mujeres u hombres de raza blanca
88%
92%
Viven solas/solos
22%
13%
Nunca asistieron a la escuela
5%
3%
La máxima educación que alcanzaron fue la Universidad
4%
10%
La máxima educación que alcanzaron fue la Eduación Primaria
20%
18%
Páctica frecuente de la religión
62%
33%
Católicos
74%
57%
Casados
32%
66%
Viudas / Viudos
49%
15%
 Además de información sobre la educación, salud, calidad de la vivienda, medioambiente familiar, etc., esta encuesta incluye preguntas como: “¿Está satisfecho con su vida? ¿Sintió que su vida está vacía? ¿Estuvo de buen ánimo la mayoría del tiempo?...”. En total, son 15 las preguntas que se refieren al grado de satisfacción con la vida. En base a esas 15 preguntas, construimos un índice que va de 0 a 15.
En una escala del 0 (totalmente infelices) al 15 (totalmente satisfechos con la vida), los uruguayos se reportan bastante felices alcanzando un nivel de 11,5 en promedio.
A partir de herramientas estadísticas y econométricas, el objetivo de la investigación consistía en encontrar los efectos puros de cada una de las características de las personas. ¿Cómo influye el estado matrimonial en el grado de satisfacción con la vida? ¿Mayor ingreso absoluto implica mayor felicidad o a las personas les interesa comparar su ingreso con sus pares (personas con la misma experiencia y educación)? ¿Cuánto influye la salud en la felicidad?

Antecedentes

Literatura económica contemporánea observa hechos llamativos: países industrializados que experimentaron altas tasas de crecimiento en los últimos 50 años, no muestran fuertes
En una escala del 0 (totalmente infelices) al 15 (totalmente satisfechos con la vida), los uruguayos se reportan bastante felices alcanzando un nivel de 11,5 en promedio.
cambios en la felicidad que reportan las personas. Algunos estudios buscan causas en la posible percepción de inequidad: un estudio de Alesina del 2003 compara los casos de Estados Unidos y Europa y encuentra que en Europa tanto los que provienen de sectores más pobres como aquellos que pertenecen a facciones políticas más a la izquierda, reportan menor felicidad a medida que aumenta la inequidad en la sociedad.  En cambio, en Estados unidos no se observa esta correlación.

Respecto al estado matrimonial y el grado de satisfacción con la vida, Stack y otros en 1998 realizan una investigación en 17 países, y en 16 de ellos encuentran una estrecha correlación entre estar casado y reportarse como felices. Gary Becker, investigador de la Universidad de Chicago y Premio Nóbel en Economía, profesor visitante de la Universidad de Montevideo en 2000, señalaba que el matrimonio “protege a los miembros de la familia contra las inseguridades y peligros de la vejez”: la familia actúa como un seguro contra la enfermedad y el desempleo. Esto podría estar explicando, al menos en parte, la correlación positiva entre matrimonio y felicidad.

En este mismo sentido, Fagan, investigador de Heritage Foundation, señalaba en su visita a la Universidad de Montevideo que “todos necesitamos sentir que pertenecemos de una forma especial a otros: los adultos como pareja se pertenecen. Queremos que el sentimiento de pertenencia perdure en el tiempo. La familia es el lugar donde la “pertenencia” nace, entonces, si la familia se rompe, ese sentimiento se pierde”. Otros resultados empíricos encontrados (Bradford Wilcox, Universidad de Virginia, profesor visitante de la Universidad de Montevideo en 2007): El matrimonio está asociado con menor alcoholismo y menor abuso de sustancias (drogas); los casados tienen una tasa más baja de depresión que los solteros o los que cohabitan; las mujeres casadas tienen menor probabilidad de experimentar violencia doméstica; cuando se vuelven adultos, los hijos de matrimonios intactos tienen más contacto con sus madres y sus padres (y esto hace a las madres y padres más felices).

Determinantes de la felicidad de los uruguayos de 60 y mayores
 Luego de analizar los datos por varios métodos estadísticos con el fin de encontrar mayor robustez en los resultados, las encuestas parecen arrojar lo siguiente:
Los uruguayos que tienen mejor salud, están casados y pueden enfrentar  sus necesidades cotidianas, se reportan como más felices.

a) Aumenta la felicidad:
     (i) Estar casado.
     (ii) Considerar que se tiene suficiente dinero para cubrir las necesidades del vivir diario.
b) Disminuye la felicidad:
     (i) Considerar que se tiene mala salud.
     (ii) Considerar que se tiene peor salud que la gente de su edad.
     (iii) Mala Nutrición:
               1. Haber pasado hambre antes de los 15 años.
               2. Comer sólo una comida al día en la actualidad.
     (iv) Vivir sólo (en el caso de los hombres).

En otras palabras, los resultados encontrados sugieren que la felicidad de los adultos mayores en nuestro país está estrechamente relacionada especialmente con tener buena salud y con estar casados y, en segundo lugar, con el nivel de ingreso del hogar. Además, reportan menores niveles de felicidad cuando viven solos (en el caso de los hombres) o su nutrición (actual o en su juventud) es insuficiente. Otra resultado empírico encontrado es que la salud influye no sólo de manera absoluta en los uruguayos (“cuanto mejor salud tengo, más feliz soy”) sino también en términos relativos (“si mi salud es mejor que la salud que tiene en general la gente de mi edad, más feliz soy”). En definitiva, buena salud, estar casados y tener un nivel de ingreso satisfactorio están correlacionados con la felicidad de los uruguayos mayores contemporáneos. El siguiente paso de este estudio será realizar este análisis para otros países de América Latina y comparar resultados buscando pistas sobre las distintas idiosincrasias.

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