lunes, 19 de julio de 2010

ALFONSINA STORNI



Es muy dulce el silencio hasta ahora, hay algo en el jardín que tiembla y llora o en que entre tus manos hay almohada para apoyar mi testa desolada. Te esperare en nuestro banco y por gustarte vestiré de blanco, no esperes al llegar que yo me mueva de la glorieta que nos finge cueva, me lo suele impedir el corazón que a tus pasos se pone en desazón, mi corazón esta tan castigado que como un vaso morirá trisado. Si algún día entre tus brazos se me aquieta tú que tienes instinto de poeta ponme sobre las sienes muchas rosas con tus manos delgadas y nerviosas. Las sentiré caer como un suspiro desde el silencio azul de mi retiro. No sabes que la muerte es la dulzura jamás gustada en nuestra vida impura, o si fuera el allá silencio eterno mi sol de enero mi quietud de invierno. Estoy cansada de escuchar sonidos, me molesta y me ofenden tantos ruidos, el cerebro me pesa como un cuervo clavado adentro por destino acervo y tengo tal deseo de dormir. Oh! Qué hermoso, Qué hermoso no sentir o dejarse llevar sin voluntad como una estrella por la inmensidad, no saber de uno mismo ser el ave llevar las alas sin buscar la clave; no esperes que se me aquiete el corazón mátalo tu en un rapto de pasión esta noche mi bien y no mañana, es tan dulce esta hora desperiana aquí entre flores pálidas y mustias que se mueren también por mis angustias. No tardes esta noche amado mío, el cielo se ha nublado, tengo frio, no tardes esta noche que estoy sola y tiemblo, tiemblo, soy una corola. Esto es amor esto es amor, yo siento en todo átomo vivo un pensamiento y soy una y soy mil todas las vidas pasan por mí. Me muerden sus heridas y no puedo ya más en cada gota de mi sangre hay un grito y una nota y me doblo, me doblo bajo el peso de un enorme beso de un beso enorme.

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