El ácido úrico (AU) es un desecho o producto final de las proteínas
que ingerimos en la dieta y sus valores en sangre no deben exceder 6.8
miligramos por ciento. Su eliminación se da cada día por la vía urinaria
gracias al trabajo de filtro de los riñones.
Por hiperuricemia entendemos el incremento de los valores de AU por encima de las cifras normales en sangre, es decir, que exceden los 6.8 mgs% normales lo cual puede darse por tres causas principales: aumento en la producción, disminución de la eliminación o una causa mixta que mezcle los dos factores anteriormente mencionados.
La hiperuricemia se detecta con una incidencia de 2 a 13.2% en personas ambulatorias y hasta 25% de personas hospitalizadas. Su importancia es que predispone a la artritis gotosa, piedras en los riñones (urolitiasis) y malfuncionamiento renal.
Mecanismos de las hiperuricemias
La producción incrementada de ácido úrico proviene de dietas en las cuales hay ingresos abundantes de vísceras (hígado, riñón, lengua, etc.), carnes rojas, quesos, vinos y alcohol en general, anchoas y dulces.
También ese incremento de AU puede proceder de excesiva proliferación y muerte de células como se da en leucemias, personas que reciben poliquimioterapia, destrucción de glóbulos rojos o hemólisis, ejercicio físico intenso, complicaciones de la epilepsia como status epiléptico, enfermedad por depósito de glucagón, infarto agudo del miocardio, inhalación de humo e insuficiencia respiratoria aguda.
El segundo mecanismo de hiperuricemia es disminución de excreción de AU por vía renal debido a disminución del papel de filtro renal o disminución del filtrado glomerular, daño en micro túbulos renales o por darse el fenómeno que en vez de eliminar el AU se incrementa la reabsorción.
El ejemplo típico del mecanismo mixto de hiperuricemia lo constituye el abuso del consumo alcohólico, en particular en grandes bebedores de cerveza porque esta bebida tiene alta concentración de ácido úrico. En general el alcohol aumenta la producción de uratos y al mismo disminuye la excreción renal de urato monosódico.
Complicaciones de la hiperuricemia
La principal complicación es el desarrollo de una artritis gotosa o “gota” que suele verse más frecuentemente en varones, obesos, de baja estatura y buenos ingresos económico. A mayor concentración de ácido úrico mayor posibilidad de padecer Gota.
El ataque de gota agudo o “podagra” es descrito por el médico inglés Thomas Sydenham quien lo padeció y en esencia suele tratarse de una persona que ha cenado de forma abundante vísceras, mariscos, carnes, quesos y vinos.
Durante la noche o en la madrugada se despierta por que le ha aparecido un intenso y desesperante dolor en un dedo gordo y parte delantera de un pié el cual se encuentra enrojecido y caliente. El dolor es tan fuerte que el ligero roce de la sabana pareciera aumentarlo. El paciente busca ayuda en las emergencias hospitalarias y de clínicas médicas.
La forma crónica de la artritis gotosa produce una artritis discapacitante con formación de “tofos” que son acúmulos de ácido úrico en las articulaciones, tendones y otras partes del cuerpo.
A nivel de los riñones pueden verse dos tipos de afectaciones. La nefrolitiasis es la formación de piedras renales de ácido úrico que pueden llegar a ser tan grandes que paralicen los riñones produciendo insuficiencia renal crónica y muerte. Recordemos que la nefrolitiasis no es exclusiva de la gota porque hay otras causas que la producen.
La nefrolitiasis de la gota aparece cuando los niveles de ácido úrico son de 13 mgs% o la persona tiene una eliminación urinaria mayor de 1300 mgs por día. Los cálculos de ácido úrico favorecen la formación de otros cálculos como los de oxalato cálcico o fosfato cálcico.
Otros daños son nefropatía por uratos que también es capaz de paralizar los riñones pero es susceptible de ser detenida con un tratamiento médico oportuno. Este tipo de daño renal puede verse después de sobreproducción brusca de urato con incremento de este en la orina como se ve en deshidratación, acidosis, leucemias y linfomas.
Qué hacer con el ácido úrico alto
Lo primero es establecer si realmente existe una hiperuricemia o elevación del ácido úrico en la sangre, que es el caso de cuando los niveles exceden 6.8 mgs% y lo segundo es definir si este trastorno viene solo o forma parte de un cuadro clínico. Como quien dice es “un campanazo” de que hay otras alteraciones dentro de nuestro organismo.
Cuando una persona tiene al mismo tiempo obesidad, presión alta, diabetes y grasas elevadas de la sangre (basta con tres de estos elementos) se ha convertido en portadora de un SINDROME METABOLICO que es una peligrosa situación de riesgo que debe ser controlada por su alta incidencia con eventos cardiovasculares mayores tipo infartos cardíacos o derrames cerebrales en un plazo de cinco a diez años futuros.
Un reporte de “ácido úrico alto” puede ser parte de un problema de salud mayor y nos obliga a adoptar conductas diagnósticas y tratamiento.
La tercera reflexión será definir si estamos frente a una hiperuricemia potencialmente reversible o no. En el primer caso hablamos de obesidad, abuso en el consumo de alcohol, uso de algunos medicamentos y dietas con abundantes purinas, que son las precursoras del ácido úrico.
La disminución de la hiperuricemia deberá conseguir que el paciente tenga niveles de 6 mgs% o menos y lo podremos conseguir con recomendaciones nutricionales y fármacos.
Hay que tener claridad cuáles son los alimentos que deberán ser evitados POR SER RICOS EN PURINAS, entre estos se encuentran todas las carnes, incluso las vísceras y mariscos, extractos y salsas de carnes, levaduras, cervezas y otras bebidas alcohólicas, frijoles, chícharos, lentejas, avena, espinacas, espárragos, coliflor y champiñones.
Se deberán preferir los ALIMENTOS BAJOS EN PURINAS como cereales, yuca, hojuelas de maíz, pan blanco, leche, lácteos y huevos, margarina, mantequilla, frutas, nueces, lechuga, tomates y vegetales verdes, sopas, agua, jugo de frutas, licores aromáticos.
El uso de fármacos para disminuir la hiperuricemia quedaran a cargo del médico internista y habrá que procurar que su uso no sea tan extendido pues no están libres de efectos secundarios.
En los casos de graves enfermedades como linfomas, leucemias, gota crónica y otros el uso de medicamentos y los cuidados dietéticos serán permanentes.
Una vez más se confirma lo dicho por Hipócrates, el padre de la medicina: la vida está en la comida y el mal comer puede afectar la calidad de nuestras vidas. ¡Cuídese y consulte a su médico internista con regularidad!
Por hiperuricemia entendemos el incremento de los valores de AU por encima de las cifras normales en sangre, es decir, que exceden los 6.8 mgs% normales lo cual puede darse por tres causas principales: aumento en la producción, disminución de la eliminación o una causa mixta que mezcle los dos factores anteriormente mencionados.
La hiperuricemia se detecta con una incidencia de 2 a 13.2% en personas ambulatorias y hasta 25% de personas hospitalizadas. Su importancia es que predispone a la artritis gotosa, piedras en los riñones (urolitiasis) y malfuncionamiento renal.
Mecanismos de las hiperuricemias
La producción incrementada de ácido úrico proviene de dietas en las cuales hay ingresos abundantes de vísceras (hígado, riñón, lengua, etc.), carnes rojas, quesos, vinos y alcohol en general, anchoas y dulces.
También ese incremento de AU puede proceder de excesiva proliferación y muerte de células como se da en leucemias, personas que reciben poliquimioterapia, destrucción de glóbulos rojos o hemólisis, ejercicio físico intenso, complicaciones de la epilepsia como status epiléptico, enfermedad por depósito de glucagón, infarto agudo del miocardio, inhalación de humo e insuficiencia respiratoria aguda.
El segundo mecanismo de hiperuricemia es disminución de excreción de AU por vía renal debido a disminución del papel de filtro renal o disminución del filtrado glomerular, daño en micro túbulos renales o por darse el fenómeno que en vez de eliminar el AU se incrementa la reabsorción.
El ejemplo típico del mecanismo mixto de hiperuricemia lo constituye el abuso del consumo alcohólico, en particular en grandes bebedores de cerveza porque esta bebida tiene alta concentración de ácido úrico. En general el alcohol aumenta la producción de uratos y al mismo disminuye la excreción renal de urato monosódico.
Complicaciones de la hiperuricemia
La principal complicación es el desarrollo de una artritis gotosa o “gota” que suele verse más frecuentemente en varones, obesos, de baja estatura y buenos ingresos económico. A mayor concentración de ácido úrico mayor posibilidad de padecer Gota.
El ataque de gota agudo o “podagra” es descrito por el médico inglés Thomas Sydenham quien lo padeció y en esencia suele tratarse de una persona que ha cenado de forma abundante vísceras, mariscos, carnes, quesos y vinos.
Durante la noche o en la madrugada se despierta por que le ha aparecido un intenso y desesperante dolor en un dedo gordo y parte delantera de un pié el cual se encuentra enrojecido y caliente. El dolor es tan fuerte que el ligero roce de la sabana pareciera aumentarlo. El paciente busca ayuda en las emergencias hospitalarias y de clínicas médicas.
La forma crónica de la artritis gotosa produce una artritis discapacitante con formación de “tofos” que son acúmulos de ácido úrico en las articulaciones, tendones y otras partes del cuerpo.
A nivel de los riñones pueden verse dos tipos de afectaciones. La nefrolitiasis es la formación de piedras renales de ácido úrico que pueden llegar a ser tan grandes que paralicen los riñones produciendo insuficiencia renal crónica y muerte. Recordemos que la nefrolitiasis no es exclusiva de la gota porque hay otras causas que la producen.
La nefrolitiasis de la gota aparece cuando los niveles de ácido úrico son de 13 mgs% o la persona tiene una eliminación urinaria mayor de 1300 mgs por día. Los cálculos de ácido úrico favorecen la formación de otros cálculos como los de oxalato cálcico o fosfato cálcico.
Otros daños son nefropatía por uratos que también es capaz de paralizar los riñones pero es susceptible de ser detenida con un tratamiento médico oportuno. Este tipo de daño renal puede verse después de sobreproducción brusca de urato con incremento de este en la orina como se ve en deshidratación, acidosis, leucemias y linfomas.
Qué hacer con el ácido úrico alto
Lo primero es establecer si realmente existe una hiperuricemia o elevación del ácido úrico en la sangre, que es el caso de cuando los niveles exceden 6.8 mgs% y lo segundo es definir si este trastorno viene solo o forma parte de un cuadro clínico. Como quien dice es “un campanazo” de que hay otras alteraciones dentro de nuestro organismo.
Cuando una persona tiene al mismo tiempo obesidad, presión alta, diabetes y grasas elevadas de la sangre (basta con tres de estos elementos) se ha convertido en portadora de un SINDROME METABOLICO que es una peligrosa situación de riesgo que debe ser controlada por su alta incidencia con eventos cardiovasculares mayores tipo infartos cardíacos o derrames cerebrales en un plazo de cinco a diez años futuros.
Un reporte de “ácido úrico alto” puede ser parte de un problema de salud mayor y nos obliga a adoptar conductas diagnósticas y tratamiento.
La tercera reflexión será definir si estamos frente a una hiperuricemia potencialmente reversible o no. En el primer caso hablamos de obesidad, abuso en el consumo de alcohol, uso de algunos medicamentos y dietas con abundantes purinas, que son las precursoras del ácido úrico.
La disminución de la hiperuricemia deberá conseguir que el paciente tenga niveles de 6 mgs% o menos y lo podremos conseguir con recomendaciones nutricionales y fármacos.
Hay que tener claridad cuáles son los alimentos que deberán ser evitados POR SER RICOS EN PURINAS, entre estos se encuentran todas las carnes, incluso las vísceras y mariscos, extractos y salsas de carnes, levaduras, cervezas y otras bebidas alcohólicas, frijoles, chícharos, lentejas, avena, espinacas, espárragos, coliflor y champiñones.
Se deberán preferir los ALIMENTOS BAJOS EN PURINAS como cereales, yuca, hojuelas de maíz, pan blanco, leche, lácteos y huevos, margarina, mantequilla, frutas, nueces, lechuga, tomates y vegetales verdes, sopas, agua, jugo de frutas, licores aromáticos.
El uso de fármacos para disminuir la hiperuricemia quedaran a cargo del médico internista y habrá que procurar que su uso no sea tan extendido pues no están libres de efectos secundarios.
En los casos de graves enfermedades como linfomas, leucemias, gota crónica y otros el uso de medicamentos y los cuidados dietéticos serán permanentes.
Una vez más se confirma lo dicho por Hipócrates, el padre de la medicina: la vida está en la comida y el mal comer puede afectar la calidad de nuestras vidas. ¡Cuídese y consulte a su médico internista con regularidad!
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