Los abuelos y abuelas se sienten "angustiados" y "utilizados" por unos hijos que delegan excesivamente en ellos el cuidado y la educación de los nietos. Y la línea divisoria entre el disfrute que les produce poder pasar tiempo con los pequeños y el agobio de una excesiva responsabilidad en su cuidado viene marcada claramente por la clase social: a menos recursos económicos, menos ayuda externa (canguros, guarderías...) y, por tanto, mayor dependencia de los abuelos.
Estas son las principales conclusiones del estudio Abuelos y abuelas... para todo. Percepciones en torno a la educación y el cuidado de los nietos,. El punto de partida de la investigación son unos recientes datos del IMSERSO que revelan que el 50% de los abuelos cuidan a sus nietos casi a diario y el 45% casi todas las semanas.
El trabajo, que es una aproximación de carácter cualitativo -por lo que no ofrece porcentajes-, se ha realizado a través de seis grupos de discusión, en los que han participado abuelos elegidos según la edad de los nietos, según la clase social, según la convivencia continua con nietos o no y según el hábitat.
Además, se han creado dos grupos mixtos, integrados por padres y abuelos, diferenciados también según la edad de los nietos.
El estudio pone de manifiesto que los abuelos y las abuelas se han convertido en el colchón protector de muchas deficiencias sociales, sobre todo para familias de clase media-baja que no tienen posibilidades de acceder a recursos de apoyo para el cuidado de los más pequeños.
Una situación que se puede agravar por los recortes sociales consecuencia de la crisis económica, según resalta Eusebio Flores . "Se parte de una situación tópica, del discurso de que los nietos son para disfrutarlos, que los que educan son los padres y los abuelos están para malcriar", señala Flores
Estas son las principales conclusiones del estudio Abuelos y abuelas... para todo. Percepciones en torno a la educación y el cuidado de los nietos,. El punto de partida de la investigación son unos recientes datos del IMSERSO que revelan que el 50% de los abuelos cuidan a sus nietos casi a diario y el 45% casi todas las semanas.
El trabajo, que es una aproximación de carácter cualitativo -por lo que no ofrece porcentajes-, se ha realizado a través de seis grupos de discusión, en los que han participado abuelos elegidos según la edad de los nietos, según la clase social, según la convivencia continua con nietos o no y según el hábitat.
Además, se han creado dos grupos mixtos, integrados por padres y abuelos, diferenciados también según la edad de los nietos.
El estudio pone de manifiesto que los abuelos y las abuelas se han convertido en el colchón protector de muchas deficiencias sociales, sobre todo para familias de clase media-baja que no tienen posibilidades de acceder a recursos de apoyo para el cuidado de los más pequeños.
Una situación que se puede agravar por los recortes sociales consecuencia de la crisis económica, según resalta Eusebio Flores . "Se parte de una situación tópica, del discurso de que los nietos son para disfrutarlos, que los que educan son los padres y los abuelos están para malcriar", señala Flores
Una vida hipotecada por los nietos
Pero la realidad es que los abuelos pasan tanto tiempo con los nietos que al final pasan a ser auténticos educadores y tienen la percepción de "una vida hipotecada", un lastre al que se suma "el temor continuo" a interferir en las estrategias educativas de los padres. "No sabemos a qué atenernos, si en esa responsabilidad de educar tenemos que utilizar nuestros criterios o los de nuestros hijos", añade Flores
El discurso mayoritario muestra una demanda firme de los abuelos y abuelas: la necesidad de imponer unos límites que racionalicen la obligación de manera clara. Están dispuestos a cuidar de sus nietos sólo en las situaciones en las que verdaderamente sea necesario, cuando el padre y la madre tengan auténticas responsabilidades (laborales, principalmente).
El coordinador del estudio manifestó sus sospechas de que se dan "algunos abusos", que están dando lugar a la figura del "abuelo-guardería", lo cual está provocando que surja un movimiento de abuelos que intentan reivindicar lo propio, su derecho a ser abuelos, no a ser cuidadores.
Otra de las quejas más comunes de los abuelos es el poco tiempo que pasan con sus nietos cuando no se les necesita, precisó Megías, quien subrayó que "estamos viviendo en un contexto social en el que prima sobre todo el papel instrumental del abuelo". "Cuidamos a nuestros hijos, cuidamos a nuestros nietos y sospechamos que nadie va a preocuparse de cuidarnos a nosotros".
Esta frase, que puede resumir la queja de los abuelos, debería hacer reflexionar a la sociedad, según puso de relieve el director general.
No obstante,Flores quiso dejar claro que "de ninguna manera, supone una reivindicación nostálgica del pasado", ya que la relación de los abuelos con sus nietos, obligados o no, es mejor hoy en día que hace años.
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