miércoles, 7 de marzo de 2012

ADULTOS MAYORES Y LOS EJERCICIOS

El proceso de envejecimiento produce cambios en nuestra condición física. Como ejemplos de algunas modificaciones a nivel de nuestro organismo con el paso de los años, nuestra capacidad respiratoria disminuye, nuestras articulaciones se ponen un poco más rígidas, perdemos masa muscular y ósea y ganamos un poco de tejido graso. Además, en las población adulta mayor existe una marcada tendencia al sedentarismo, lo que empeora nuestra salud. La vida es movimiento. Los malos hábitos alimenticios, tambien se suman a estos efectos aumentando la epidemia de obesidad actual.
Los beneficios de la actividad física y el ejercicio estan claramente demostrados en miles de estudios. Se han reportado mejoría en control de peso, en manejo de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, disminuye el riesgo cardiovascular, mejora el dolor y la movilidad articular, previene las caídas, incluso esta documentado disminución en deterioro cognitivo sobretodo de origen vascular. Además se traduce en aumento de autoestima, reducción de depresión y mayor socialización cuando se practica en grupos.
Cualquier persona a cualquier edad obtendrá importantes beneficios de la actividad física y el ejercicio. Por lo tanto, es una recomendación universal.
Sin embargo, aunque nunca es tarde para empezar, se debe ser cauteloso en el inicio de un programa de ejercicio. Específicamente para las personas adultas mayores, existen una serie de factores a considerar para una prescripción segura de la actividad física. Si se realiza una revisión de las lesiones producidas por ejercicio en este grupo poblacional, se observa que ocurren daños principalmente a nivel osteomuscular, y usualmente no se tomaron medidas preventivas.
Ningún adulto mayor es igual a otro, por lo tanto las recomendaciones de ejercicio deben ser individualizadas. Dentro de los aspectos a considerar para la realización de ejercicio debe valorarse las enfermedades crónicas, el hábito previo de actividad física, la capacidad funcional, y la motivación personal.
Por lo general, se recomienda que los adultos mayores activos, sin padecimientos importantes asociados como hipertensión, diabetes, asma, epilepsia, etc., pueden incorporarse a programas de ejercicio sin ninguna revisión previa. Sin embargo, debido al riesgo de lesiones musculares se sugiere prudencia al realizar el deporte seleccionado. Deben de iniciar las sesiones de ejercicio despacio y con intensidades mínimas, para valorar su tolerancia. Dependiendo de su desempeño, se puede incrementar la frecuencia y la intensidad de las sesiones, siempre bajo la guía del entrenedor o supervisor de la actividad. Debemos insistir en seguir los lineamientos establecidos para cualquier deporte o rutina, en lo que respecta al uso de equipo de protección como cascos, rodilleras, anteojos, etc. Y recordar que ante cualquier molestia que se presente, consulte a su médico de cabecera, para un examen, y determinar ajustes necesarios.
Para las personas portadoras de enfermedades crónicas como las descritas, o personas sedentarias que nunca han realizado ningún tipo de actividad física, y desean iniciar; es necesario que se sometan a una revisión médica para establecer las limitaciones y las indicaciones de ejercicio adecuadas a su condición física.
Incluso aquellos individuos que se encuentran muy comprometidos en el aspecto médico, deben practicar ejercicio con el fin de mantener al máximo sus capacidades remanentes. Por lo tanto ninguna persona por edad o por enfermedad se excluye de realizar actividad física. Existen programas especializados a nivel de diferentes centros de salud y que ofrecen alternativas para pacientes con problemas especificos a nivel cardiopulmonar u osteomuscular. Además la oferta de opciones es tan amplia como las necesidades de la población (Caminata, trote, bicicleta, ping-pong, Tai chi, baile, pesas, aeróbicos, etc). Para los adultos mayores con problemas de sobrepeso o articulares los ejercicios en piscina, superan las barreras de sus inconvenientes. Lo importante es tener una actitud positiva, una disciplina de constancia, y decidirse a empezar a trabajar por su salud desde hoy.

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