Nutrición de las personas mayores.Y MAS | ||
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Las dietas, vitaminas y fármacos digestivos, son prescriptos cotidianamente a los envejecientes, pero el examen odontológico no es rutinario. Generalmente, no se tiene presente que la digestión de los alimentos comienza en la boca.
Una mínima observación de la dentadura de los ancianos puede modificar toda una conducta asistencial.
El odontólogo es sin lugar a dudas, un pilar fundamental en el equipo interdisciplinario gerontológico de salud, a pesar de que paradójicamente, las interconsultas entre médicos y odontólogos son excepcionales.
a. Características odontológicas del envejecimiento
1. Dientes:
Incremento de la fragilidad por deshidratación.
Disminución de la frecuencia de caries.
Pérdida del relieve de las cúspides.
Tendencia a la exposición de las raíces por atrofia gingival.
2. Aparato masticatorio:
Pérdida de piezas dentarias.
Frecuente mala oclusión.
Disminución de la fuerza para triturar alimentos.
3. Modificaciones temporomandibulares:
Disminución del tono y fuerza muscular.
Profusión del maxilar inferior.
Incremento del ángulo temporomandibular.
Modificar hábitos alimentarios en las personas mayores es sumamente dificultoso, porque se acarrean durante años. El cambio debe ser gradual, para que el incumplimiento de las prescripciones dietéticas no sea una constante.
Se considerará cada caso en particular teniéndose en cuenta:
Los ancianos suelen cumplir tan estrictamente las indicaciones de los facultativos que retiran definitivamente de la dieta algunos alimentos.
Influyen también en este punto las creencias populares arraigadas de generación en generación. (Ej.: la carne produce reuma, la sal es mala, el huevo hace mal al hígado, etc.).
Valorar el estado psíquico de cada paciente, el grado de dependencia y el apoyo familiar que recibe.
Considerar si en el medio en que vive se pueden adquirir los alimentos indicados, lo complejo de la preparación y las condiciones económicas para adquirirlos.
El estado nutricional del paciente en cuestión puede estar alterado por las restricciones alimentarias que imponen:
Enfermedades crónicas (orgánicas y psíquicas).
Anorexia o hiporexia (falta o disminución del apetito).
Disminución del sentido del gusto.
Disminución del tono de los músculos masticatorios.
Encías inflamadas, ausencia de piezas dentarias o prótesis mal adaptadas.
Disminución del poder adquisitivo.
En los gerontes el metabolismo basal se halla disminuido y la actividad física es mínima, lo que implica un menor requerimiento calórico que en el adulto joven. De acuerdo con el Dr. Pupi, entre los 80 y 85 años no se requieren más de 1.600 calorías como promedio por día.
Hidratos de carbono: Pueden constituir el 60 % de la dieta del envejeciente. Son baratos, de fácil digestión y absorción.
Ejemplos: azúcares, pastas, pan, harinas.
Proteínas: Representarán el 15- 20 % del valor calórico total de la dieta. En los viejos, la síntesis proteica es disminuida y la masa muscular decrece, por lo tanto el ingreso proteico adecuado es fundamental.
Ejemplos: carne, leche, huevos, soja.
Lípidos: Complementan el 20 ó 25 % del valor calórico total restante. Son de difícil digestión pero tan necesarios como las proteínas y los hidratos. Los ácidos grasos poliinsaturados no producen arteriosclerosis y son de digestión más fácil por lo que se recomiendan especificamente.
Ejemplos: aceite de uva o maíz.
Otros componentes de la dieta
Fibras: Están contenidas en las verduras y frutas. Actúan estimulando el movimiento intestinal tan necesario en las personas mayores, por su tendencia a la constipación.
Los orientales, que son grandes consumidores de fibras, tienen muy baja incidencia de hipertensión arterial, enfermedad coronaria, colon irritable, hernia hiatal, diverticulosis, gota, diabetes, arteriosclerosis, apendicitis y várices.
Vitaminas y Minerales: Una dieta adecuada provee la totalidad de vitaminas y minerales que necesita el organismo, sin embargo en la vejez hay tendencia a la descalcificación ósea y al déficit vitamínico B.
Agua: El agua es muy poco atractiva para los ancianos, generándose cuadros de deshidratación desde leves hasta severos. El cuidador prestará particular atención a la cantidad total de líquidos que incorpora el anciano diariamente (2 litros en invierno y 3 litros en verano aproximadamente) y recurrir a la imaginación (licuados, tés, jugos de fruta) para que resulten aceptados sin demasiadas objeciones.
Cabe acotar que se deben respetar las cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) sin sobrecargar ninguna de ellas. Es común que los ancianos que no cenan por falsos preceptos, padezcan de insomnio.
Ejemplo de un régimen normal
Leche y derivados: sola o con té, mate o café, yogur, queso fresco, petit suisse o ricota.
Carnes: de ave y de vacuno asadas o a la cacerola. De pescado hervidas o asadas.
Verduras: crudas, hervidas o cocidas (al horno o al gratín).
Huevos: la clara.
Pastas: fideos, arroz, polenta.
Pan: blanco, integral, fresco o tostado, galletas marineras, grisines.
Sopas: de arroz, sémola o verduras.
Condimentos: sal, perejil, ajo, cebolla, laurel, azafrán, limón, vinagre, albahaca y orégano.
Aceite y manteca: aceites de maíz y oliva, margarina vegetal.
Frutas: frescas, jugos, licuados, compotas, mermeladas, jaleas.
Infusiones: té, mate o café.
Bebidas: agua, jugos.
Dietoterapia de la diabetes:
Limitaciones en el empleo:
papas
batatas
choclos
pastas
pan
yema de huevo
uvas y bananas
manteca
Empleo desaconsejado:
azúcar
dulces
miel
cerveza
gaseosas
Dietoterapia de la constipación
Al régimen normal se le puede agregar un plato de frutas antes del desayuno, a media mañana y después de la cena.
Se administrará pan integral o de salvado de trigo en el almuerzo y cena. Los alimentos con mayor contenido en celulosa son los que estimulan el peristaltismo. Ej.: verduras crudas, frutas frescas y desecadas.
Dietoterapia de las dislipidemias
Leche: al igual que sus derivados, debe ser descremada.
Carnes: de vacuno sin grasas, de merluza, pejerrey y de aves sin piel.
Huevo: solamente la clara.
Aceite: de oliva o maíz.
Sopas: de verdura.
Dulces: se restringirá su ingestión.
Dietoterapia de la hiperuricemia
A la dieta normal se le restringirá el empleo de las carnes rojas, las achuras, embutidos y bebidas alcohólicas.
Cada vez que prescribe una dieta, el médico tiene que contemplar el real valor de la misma para la curación o mejoría de las enfermedades.
El anciano debe saberse controlado médicamente y no agredido o castigado; en geriatría el término “dieta estricta” debe utilizarse poco.-
Para nuestros mayores, la hora de la comida se puede transformar en uno de los momentos de máximo placer del día.
Así como es habitual que los ancianos nunca se sientan del todo satisfechos por su movimiento intestinal, también lo es que las comidas diarias generan quejas.
Respecto del primer punto debemos considerar, que cuando los que hoy tienen 85 - 90 años, tenían 20 - 30 ó 40 años, la medicina era muy distinta, el movimiento intestinal era considerado prioritario y las “purgas” muy habituales. Cuando leemos los textos de clínica médica o de cirugía de esos tiempos, nos llama la atención que prácticamente no existían enfermedades a las que no se les indicara como terapéutica “la limpieza intestinal”. Desde esa medicina a la actual, mucho ha cambiado, pero los mayores crecieron con esos conceptos y hábitos. De todos modos, cabe reflexionar al respecto por qué pasamos de un extremo a otro. Hoy los ancianos suelen permanecer internados o institucionalizados y los profesionales que los atienden controlan casi todo, pero del movimiento intestinal ni se acuerdan, y como resultante de esto, los bolos fecales son patología cotidiana.
Relacionado con el segundo punto, la satisfacción o no de la comida, debe ser analizado considerando varios aspectos. En principio, los médicos solemos indicar dietas que, si bien tienen una prescripción precisa y no son cuestionables en sus concepción, hacen a algunos alimentos casi “incomibles”. Además, los ancianos, por el sólo efecto del paso de los años tienen disminución del sentido del gusto, del olfato y de la vista, imprescindibles para desear y saborear los alimentos
Cuando nuestros abuelos se casaron, seguramente lo hicieron con delicados juegos de platos de loza, cubiertos especiales, manteles bordados, juegos de té de porcelana, etc., etc. Desde esa época a la actual, mucho cambió. Pero si deseamos obtener buenos resultados con nuestras comidas, todos los aspectos deben ser considerados. Entre otros:
· Llegado el horario de las comidas, el cuidador se higienizará, arreglará su cabello y se colocará un delantal adecuado u otro uniforme para servir la mesa.
· Invitará al o los ancianos a lavarse las manos y a mejorar su apariencia en general.
· Controlará que el ambiente del comedor esté adecuadamente aclimatado, desodorizado, y libre de insectos.
· El mantel, la vajilla y servilletas deben estar limpios. Éstas últimas serán marcadas para evitar el cambio entre los comensales.
· De ser factible, siempre es importante agregar a la mesa o al ambiente en general algún detalle delicado (flores de estación, flores secas, etc.)
Servir la mesa
Detallaremos aquí solamente los elementos que a diario se utilizan para realizar esta tarea.
Considero de interés aclarar que si los ancianos bajo nuestro cuidado son autónomos (tienen capacidad o poder de decisión por su lucidez mental), es conveniente que la vajilla que se utilice, así como los vasos sean de materiales adecuados a su situación y aptitud cognitiva. El vidrio es apto y bien aceptado, en cambio las jarras plásticas, vasos de metal, platos de plásticos de alto impacto, etc., son más adecuados para su uso en enfermos con importantes deterioros mentales, evitando así la rotura frecuente de la vajilla.
La disfagia o trastorno de la deglución puede tener un origen alto o bajo.
1 - Disfagias altas u orofaríngeas.
2 - Disfagias bajas o esofágicas.
Lamentablemente son muchas las causas que pueden provocar alteraciones en la deglución en los ancianos, pero la realidad es que cada vez vemos más estos problemas y lo que es aún peor, sus complicaciones: “Las neumonías aspirativas”. Las falsas vías facilitan el pasaje del alimento al pulmón, generándose estas neumonías que pueden terminar con la vida del enfermo.
Disfagias altas
Manifestaciones de las disfagias altas:
los signos pueden ser:
Babeo.
Dififultad para masticar.
Retención del alimento en la boca.
Regurgitación nasal.
El anciano presenta tos, sensación de ahogo y dificultades para deglutir (puede llegar a tener miedo a los alimentos).
Causas más frecuentes
ACV
Enfermedad de Parkinson
Arteriosclerosis senil
Demencias
Síndromes confusionales
Valoración del paciente:
1. El riesgo de aspiración se valora pidiéndole al paciente que tosa ( paciente que no puede toser en forma voluntaria o lo suficiente como para arrancar secreciones de la boca, corre severos riesgos de aspiración)
2. Valorar si el reflejo de deglución es adecuado, observando la subida y bajada de la laringe durante la deglución.
3. Tener en cuenta: las secreciones salivares pueden hacer que el paciente se atragante o tenga nauseas.
Medidas a adoptar:
El anciano debe estar sentado ( en la silla o en la cama) y con la cabeza inclinada entre 15 y 30° hacia adelante. Esta posición favorece el cierre de la tráquea y la apertura del esófago.
De ser necesario se colocarán almohadas en la zona de la cabeza y cuello. Además de la inclinación hacia adelante, puede ser necesario pedirle al enfermo que incline lateralmente la cabeza hacia el lado sano (si tiene una parálisis de la cara o de medio cuerpo)
Se deben evitar los alimentos pastosos (migas de pan, bananas, etc.) que se adhieren al paladar y los lácteos que aumentan las secreciones de saliva.
Alimentos y Bebidas
Primero comenzar con alimentos semisólidos:
(Siempre de a pequeñas cantidades)
Gelatinas.
Yogures.
Flanes.
Si puede deglutir pasar a:
Jugos de fruta.
Frutas pisadas.
Sopas espesas
Tercer etapa:
Frutas en conserva.
Alimentos más duros.
Líquidos espesos
Mantener los vasos llenos de bebida para no tener que llevar la cabeza hacia atrás para tomar.
Los líquidos se darán separados de los sólidos. Mientras el anciano come tomará pequeños sorbos de agua, pero no lo deberá hacer mientras tenga alimentos sólidos en la boca.
De ser posible, se puede instruir al envejeciente de esta forma:
1 Dé un mordisco.
2 - Mastique.
3 - Contenga la respiración.
4 - Trague.
La experiencia indica que tanto para darle de comer a un anciano que se encuentra sentado a la mesa, como cuando se le da de comer en la cama, es preferible que el cuidador se siente a la par con una banqueta o silla baja. La idea es que la cuchara llegué a la boca del anciano siempre desde abajo (como un submarino), nunca como un avioncito como alguna vez se escuchó decir homologando el juego que se práctica para que algunos niños coman.
Alimentación Enteral
Se indica en aquellos pacientes con severos trastornos de la deglución, en algunos cuadros confusionales, estado de coma, pacientes moribundos, anoréxicos severos, etc.
La alimentación que se pasa al enfermo es a base de leches fortificadas con minerales o del tipo maternizadas. También se consiguen alimentos para uso de esta técnica. Además de los alimentos se pueden administrar medicamentos. Se calcula un goteo de 56 gotas por minuto, lo que permite consumir un envase de alimento (500cm3) en 3 horas. Posteriormente se descansan 3 horas y se repite la operatoria.
La forma más económica de armar un equipo para alimentación enteral es con las tubuladuras Perfus que unen el sache con la sonda.
Toda vez que pasa el alimento, se lavarán las tubuladuras para evitar que se tapen. Al respecto se puede pasar suero dextrosado a 28 gotas por minuto o simplemente 100 ml. de agua. Este sistema también ayuda a la hidratación del paciente. La posición del paciente mientras dura el pasaje del alimento, la limpieza de tubos y hasta 20-30 minutos posteriores, es la de semisentado.
La angustia que provoca la constipación en los mayores es un tema bien conocido por las personas que los asisten.
En muchos casos es una realidad, en otros es una inquietud que sólo existe en su imaginación.
A. Etiología:
1. Gastroenterológicas:
Tumores
Fecalomas
Divertículos
2. Endócrinas:
Hipotiroidismo.
3. Neurológicas:
Demencias.
Síndromes confusionales.
4. Nutricionales:
Déficit de fibras en la dieta.
Disminución de la ingestión líquida.
Desnutrición.
5. Odontológicas:
Deficiencias masticatorias.
6. Medicamentosas:
Excesos de laxantes, sedantes, atropínicos.
7. Otras:
Paciente en cama.
Falta de ejercicio.
Falta de privacidad.
Síndrome de desadaptación (residencias).
El ritmo evacuatorio es variable en cada anciano pero podría considerarse normal un rango que va desde las tres deposiciones diarias hasta una cada tres días (siempre que las características de la materia fecal sean normales).
B. El cuidador de Ancianos frente a la constipación
En principio se intentará generar un hábito defecatorio diario explicándole al anciano que después de alguna comida, o al levantarse a la mañana, debe sentarse en el inodoro y ayudar con su musculatura abdominal al movimiento intestinal. Paralelamente se controlará la dieta, la que contendrá fibras (verduras, frutas, salvado) y la ingestión de líquidos. El ejercicio (caminatas) ayuda al movimiento evacuatorio y a la salud en general.
Siempre se respetará la intimidad del paciente o se generará su confianza para que el cuidador pueda asistirlo si fuese necesario, en el acto de la defecación.
El bolo fecal o fecaloma debe sospecharse frente a:
1. Período prolongado sin defecar.
2. Distensión abdominal.
3. Masa palpable en el bajo vientre.
4. Cólicos abdominales.
5. Diarreas persistentes.
C. Generalidades sobre laxantes:
Pueden ser clasificados en:
Lubricantes: Lubrican las heces y las ablandan. Ej.: vaselina líquida, supositorios de glicerina.
Salinos: Producen un aumento del volumen de la materia fecal por efecto osmótico. Ej.: Sales de magnesia.
Irritantes: Estimulan directamente el músculo intestinal produciendo movimientos peristálticos evacuadores. Ej.: Aloe, sen, cáscara sagrada.
Emolientes: Ablandan la materia fecal por incorporación de agua. Ej.: dioctilsulfosuccinato sódico.
Formadores de masa: Aumentan el volumen de la materia fecal. Ej.: Psillium.
Los laxantes son una valiosa “ayuda” para el paciente constipado crónico pero se evitarán como tratamiento definitivo. La elección de los laxantes corre por cuenta del médico así como la cantidad de tiempo que pueden administrarse.
D. Enemas:
Las enemas serán prescriptas por el médico quien, por otra parte, indicará las características particulares de su volumen y composición.
Nunca deben administrarse enemas en pacientes con dolores abdominales no diagnosticados.
El volumen de las enemas efectuadas es preferible que sea pequeño (500 cm3) en pacientes ancianos, aunque tengan que reiterarse en dos o tres oportunidades.
Se pueden utilizar:
Microenemas (se venden en farmacias).
Peras de goma.
Irrigadores.
Ejemplos de enemas:
Con agua tibia.
Con agua tibia y sal.
Con aceite.
Con agua tibia, sal y aceite.
Con agregados de leche tibia.-
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