Un amor de “grandes “
es como de pequeños,
con sorpresa mutua,
y secretos escondidos.
Con cartas a medias,
sonrojadas de la pena,
y con miedo a los “perfectos”
que critican y condenan.
Un amor de “grandes”
es juzgado de pecado,
de conspicuo y maldiciente,
de” aventado” e irreverente.
Un amor de “grandes”
es tan puro y verdadero,
que tan solo al intentarlo,
ya se han ganado el cielo.
Se aman con certeza,
¡ahora usan la cabeza!
saben del futuro y soledad,
y viven en completa libertad.
Están muy juntos,
¡y se apoyan!
Se sienten uno solo,
¡y son dos!
¡comparten la aspirina
y el jarabe de la tos!
El amor de los “mayores”
está bendito,
y es tan sagrado,
que señale con su dedo,
¡quien lo juzgue de pecado!
Autor;
Beda L. Domínguez S.
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