sábado, 20 de agosto de 2011

SOLO UN MANDAMIENTO AMA

Sólo un mandamiento: ¡Ama!
¡Dios nos hizo por amor, para amar y ser amados! Dice el Señor en su palabra: “Con amor eterno te he amado por eso he reservado gracia para ti” Jeremías 31, 3.
Sin embargo, en muchas ocasiones no podemos experimentar el amor de Dios en nuestra vida. Y esto es por varias razones, entre ellas:
a) Por nuestro pecado personal, esto es, por decir NO al amor de Dios. (“Me dejaron a Mí Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas agrietadas, que el agua no retienen” Jeremías 2, 13).
b) Porque tenemos una herida profunda, que tal vez a sido provocada por alguna persona religiosa que con su falta de testimonio nos alejó de la fe. O por alguna otra persona que siendo importante para nosotros, no correspondió a lo que sentíamos en el corazón por él o por ella y nos lastimó haciéndonos pensar que Dios no se interesa en nuestros asuntos. c) Aunque lo más común es que no hemos recibido la formación adecuada, y se ha creado en nosotros una imagen distorsionada de Dios. Es decir, lo que pensamos de Dios, lo que creemos de Dios; que son nuestras propias concepciones y no el Dios de Verdad, es lo que consideramos que es Dios, pero en realidad esto es un ídolo, y no Dios de verdad; y entonces el peor enemigo del mismo Dios, es la imagen falsa que nosotros nos hemos construido de Él, por ejemplo: creemos que es un Dios castigador, un juez rígido, un padre autoritario, etc. Y todas estas “máscaras” que le hemos puesto a Dios se convierten en el principal obstáculo a vencer, se vuelven un obstáculo que nos impide dejarnos amar por Dios y corresponderle a su amor. Y peor aún, es que en ocasiones, lo que consideramos que provoca esta imagen falsa de Dios en nosotros, son los mandamientos. Pensamos que son leyes restrictivas que nos impiden disfrutar de la vida, pero no es así. Los mandamientos son el instructivo de la obra más maravillosa de Dios: LA PERSONA HUMANA.
Este instructivo está hecho para que nosotros, podamos respetar nuestra naturaleza, aprendamos a crecer y sobre todo para que seamos felices. Quiero invitarlos a que descubramos los mandamientos con una mirada diferente, que los veamos a través de los ojos de Jesús, cuando a Él le preguntaron cual era el mandamiento más importante, los resumió de esta manera: Amarás a Dios con todo el corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente, y amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22. 37-40). Jesús veía el amor de Dios en cada uno de los mandamientos. Veámoslos nosotros a través de esa mirada: LOS MANDAMIENTOS:
1. Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6, 5), y para lograrlo, lo que harás es DEJARTE AMAR POR DIOS, en eso consiste el primer mandamiento, en descubrir que Dios te amó primero (1 Juan 4,10). Y como fruto de este descubrimiento amarás también a tu prójimo y a ti mismo, con ese mismo amor, (Juan 13, 34), por que fuimos hechos por Dios a su imagen y semejanza.
2. Amarás el nombre del Señor esto es, lo bendecirás y lo buscarás frecuentemente en la oración. Porque orar, no es pensar, ni siquiera hablar, es ir a amar a Dios y dejarte amar por Él. En palabras más comunes buscarás tener un encuentro con Dios. Él te busca, tú: ¡déjate encontrar! (Jeremías 29, 13).
3. Celebrarás el amor de Dios junto con otros hermanos, y buscarás a todos los hijos de Dios que son la familia de Dios y tu familia, para aprender a amarlo junto con ellos. Teniendo días que, como todas las familias, se juntan para compartir el pan.
4. Amarás a Dios como al Padre de esta familia, no como a un Dios distante, sino como a un Padre bueno y misericordioso (Lucas 15, 11-32), que te espera siempre con los brazos abiertos. Y en tus padres de la tierra lo respetarás y aprenderás a amarlo.
5. Amarás, respetaras y acogerás la vida, empezando por la tuya propia y continuando con la de todos tus semejantes. Amarás la vida como el principal regalo que Dios te dio. (Juan 10, 10b).
6. Amarás tu cuerpo y lo respetarás como lo que es: el Templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6, 19). Amarás también tu sexualidad y por lo tanto la usarás sólo para expresar amor, un amor tan profundo que desea al amor mismo para el otro, es decir que desea a Dios en la vida de la persona a la que quiere donarse.
7. Amarás todos los bienes que de la mano generosa de Dios has obtenido, serás agradecido e intentarás guardar con todas las cosas un orden. Especialmente con las cosas materiales no poniendo en ellas tu corazón (Lucas 12, 34), para no dejarte dominar por los bienes, sino siendo tú el que los domine a ellos. Mostrando siempre una actitud abierta a compartirlos con los demás.
8. Buscarás la Verdad y la amarás por encima de todas las cosas (Juan 14, 6). Buscando que tu vida este en sintonía con ella.
9. Amarás, respetarás y cuidarás al matrimonio como el mejor reflejo del amor de Dios a la humanidad aquí en la tierra, y por lo tanto cuidarás el amor conyugal que Dios ponga en tu corazón para otro, o que Dios regale a otros como vocación. (Efesios 5, 21 – 33).
10. Amarás al mundo (Juan 3, 16) y a sus asuntos, con el amor de Dios, especialmente amarás aquellas cosas de trascendencia social y te comprometerás con tu cultura y tu tiempo. Por que la realidad con sus coordenadas de tiempo y espacio en donde Dios te ha puesto, son el medio por el cual, Él quiere construir tu vida y que tú construyas una civilización de amor y un reino de paz.
Piénsalo, EL AMOR (1 Juan 4, 8) sólo te pide una cosa: ¡ÁMAME! y déjame amarte, estos mandamientos son más fáciles si descubres el gran amor que Dios te tiene. Amando y dejándote amar encontrarás el sentido de tu vida. Sólo dale una oportunidad al Amor y ¡AMA

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