martes, 2 de agosto de 2011

DE BUENA MADERA

Juana, la persona más longeva de Cuba, nació en 1885; tiene seis nietos, quince bisnietos y siete tataranietos.
Juana, la persona más longeva de Cuba
CAMPECHUELA (EFE).- No figura en el libro Guinness de los récords pero es la persona más longeva de Cuba y probablemente una de las más ancianas del mundo: se llama Juana Bautista de la Candelaria, tiene 126 años y ha vivido en tres siglos distintos.
Nació el 2 de febrero de 1885, según consta al menos en su documento y en el registro civil de Campechuela, la localidad rural de la provincia oriental de Granma, a unos 800 kilómetros de La Habana, donde siempre ha vivido Juana o “Candulia”, como la conocen en su barrio de Santa Rosa.
“Es lo que me ha querido dar Dios”. Así resume el “secreto” de su longevidad esta menuda anciana de piel oscura y frágil, que está ciega y que no puede caminar sola pero que se mantiene lúcida y con un envidiable sentido del humor que exhibe cuando ríe con las bromas de sus familiares y vecinos o los juegos de sus tataranietas.
Sentada en una mecedora en su modesta vivienda, la anciana mostró su documento de identidad con la fecha de su nacimiento, la misma que figura en el tomo uno, folio 35, del libro del registro civil de Campechuela.
En la dirección de Justicia de la localidad, con esmerada caligrafía a pluma al estilo de otra época, refiere cómo Juana quedó registrada por su madre Cecilia 24 días después de su nacimiento ante el juez municipal José C. Carbonell y el secretario Juan Elías Pérez.
A sus 126 años, “Candulia” ha sobrevivido a su marido y a dos de sus tres hijos: le queda Eleduvildo, de 78, que vive con ella. Fue la mayor de trece hermanos de los que aún viven cinco y tiene seis nietos, quince bisnietos y siete tataranietos.
Juana confiesa que echa de menos ser joven y caminar como antes, aunque todos los días da cortos paseos ayudada por sus nietas, bisnietas o incluso su tataranieta mayor, Yelennis, de siete años.
Ella y sus familiares insisten en que la longevidad de Juana no tiene secretos: toda su vida trabajó mucho en su casa para sacar adelante a su familia, dice que duerme bien, y que siempre le gustó comer, sobre todo carne, “cuando hay”.
Nunca bebió ron o fumó tabaco -son “vicios”, dice- pero le encanta el café que, según sus familiares, sigue tomando. El único medicamento que precisa actualmente es una pastilla para la hipertensión. En los últimos años padeció dos neumonías de las que logró recuperarse, según explicó su nieta Margarita, de 52 años que también vive con su abuela.
Aunque no puede ver le gusta escuchar la televisión y sobre todo las noticias para “estar informada”: su impresión es que el mundo “está un poco revuelto”.
Nunca salió de su Campechuela natal, donde toda su familia se dedicó y se dedica a la agricultura, pero recuerda el triunfo de la Revolución que lideró Fidel Castro y sostiene que “el anterior gobierno (la dictadura de Batista) era muy malo”. También asegura que le gustaría conocer personalmente a Fidel y a Raúl Castro y hasta al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

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