Algunos expertos alegan que al llegar a cierta edad, nuestra necesidad de hacer cosas que en la juventud jamás hubiéramos hecho se hace más notoria en muchos casos y cada día más. Algunos los tildan de “abuelos aventureros”, y generalmente sorprenden al mundo con actividades de riesgo. El hecho, aunque parezca cuanto menos singular, es cada día más asiduo entre las personas de más de sesenta años. A menudo leemos en los periódicos noticias que relacionan a nuestros queridos abuelos con pruebas de resistencia, travesías y desafíos que a priori suenan imposibles. Son muchos los recursos a los que pueden acceder si el instinto de seguir adelante es más fuerte que los achaques físicos que se multiplican con el paso del tiempo.
De esta forma, no nos extrañemos que poco a poco se esté formando ese tipo de turismo para personas de tercera edad que lo reclaman cada día más. En puntos de América del sur y también del norte, es común encontrar excursiones a caballo que pueden durar muchos días y que son exclusivamente organizados para personas mayores de sesenta años. Muchos cruzan a caballo la famosa cordillera de los Andes desde Argentina hacia Chile, emulando la histórica liberación del Prócer San Martín.
Algunos osados van más allá y realizan viajes al Amazonas, por ejemplo. Abuelos con espíritu aventurero que se deciden recorrer la selva acompañados, por supuesto, por equipos especiales y personas que conocen bien los riesgos. Siempre recomendamos, para realizar este tipo de actividades, que los implicados realicen previamente los chequeos pertinentes que puedan darles el visto bueno en pruebas de riesgo medio y alto. Un salto en paracaídas o maniobrar una canoa en unos ríos rápidos, está al alcance de cualquier persona, pero siempre teniendo en cuenta las cuestiones básicas que hacen a la salud.
El turismo de aventura para la tercera edad todavía no está desarrollado como tal. Es cada vez más frecuente, pero normalmente no contiene paquetes que puedan ofrecer cierto riesgo o locura, como muchos lo llaman, para los participantes. Generalmente son casos individuales que deciden juntar coraje y, con responsabilidad, planear este tipo de turismo que a muchos sorprende y que cada día se solicita más. En muchos casos, simplemente es cambiar un poco nuestra mentalidad y darnos cuenta que hay muchas cosas que se pueden realizar si se toman las medidas necesarias de precaución y seguridad. Al fin y al cabo, son situaciones que todos, en mayor o menor medida, vamos a pasar. Disfrutar de la vida en todos sus aspectos no es sólo cosa de la juventud.
De esta forma, no nos extrañemos que poco a poco se esté formando ese tipo de turismo para personas de tercera edad que lo reclaman cada día más. En puntos de América del sur y también del norte, es común encontrar excursiones a caballo que pueden durar muchos días y que son exclusivamente organizados para personas mayores de sesenta años. Muchos cruzan a caballo la famosa cordillera de los Andes desde Argentina hacia Chile, emulando la histórica liberación del Prócer San Martín.
Algunos osados van más allá y realizan viajes al Amazonas, por ejemplo. Abuelos con espíritu aventurero que se deciden recorrer la selva acompañados, por supuesto, por equipos especiales y personas que conocen bien los riesgos. Siempre recomendamos, para realizar este tipo de actividades, que los implicados realicen previamente los chequeos pertinentes que puedan darles el visto bueno en pruebas de riesgo medio y alto. Un salto en paracaídas o maniobrar una canoa en unos ríos rápidos, está al alcance de cualquier persona, pero siempre teniendo en cuenta las cuestiones básicas que hacen a la salud.
El turismo de aventura para la tercera edad todavía no está desarrollado como tal. Es cada vez más frecuente, pero normalmente no contiene paquetes que puedan ofrecer cierto riesgo o locura, como muchos lo llaman, para los participantes. Generalmente son casos individuales que deciden juntar coraje y, con responsabilidad, planear este tipo de turismo que a muchos sorprende y que cada día se solicita más. En muchos casos, simplemente es cambiar un poco nuestra mentalidad y darnos cuenta que hay muchas cosas que se pueden realizar si se toman las medidas necesarias de precaución y seguridad. Al fin y al cabo, son situaciones que todos, en mayor o menor medida, vamos a pasar. Disfrutar de la vida en todos sus aspectos no es sólo cosa de la juventud.
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