domingo, 25 de abril de 2010

“Cuando mamá y yo teníamos problemas de comunicación, la abuela nos ayudaba a resolverlos.”—Damaris.

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“A LO largo de la historia, los abuelos han desempeñado un papel decisivo en la familia al fomentar su armonía y continuidad —escribe el doctor Arthur Kornhaber en su libro Grandparent Power! (El poder de los abuelos)— . [...] Eran maestros, ayudaban a los padres, transmitían la historia familiar, colaboraban en la crianza de los nietos, daban consejos e incluso proporcionaban entretenimiento; su papel psicológico, social y espiritual era de primordial importancia. Me pregunto cómo es posible que nuestra sociedad haya llegado a desestimar la trascendental labor que los polifacéticos abuelos han llevado a cabo.”

Antaño, los abuelos eran la piedra angular de la vida familiar, sobre todo entre los adoradores de Jehová Dios. La Ley mandaba a los israelitas que respetaran y apreciaran a las personas mayores (Levítico 19:32). Los abuelos eran considerados especialmente dignos de honra (1 Timoteo 5:4).

Lamentablemente, los tiempos han cambiado. En repetidas ocasiones, las largas distancias separan a los miembros de la familia, y muchos nietos casi no tienen contacto con sus abuelos. La actitud tampoco es la misma. En numerosas partes del mundo ya no se trata con el debido respeto a los ancianos, ni siquiera si son familiares (2 Timoteo 3:1-3). La brecha generacional se ha convertido en un abismo. Multitud de jóvenes creen que sus abuelos son viejos y que no están al día. No imaginan siquiera que unos ancianos como ellos puedan entender las presiones y problemas que hoy afronta la juventud.

Si tú también lo crees, recapacita sobre el tema, pues es bueno que conozcas bien a tus abuelos, y más aún si estos temen a Dios. Si no tienes una relación muy estrecha con ellos, posiblemente te estés perdiendo algo valioso. ¿Por qué?

Una fuente de sabiduría y consejo

Muchos chicos y chicas han descubierto que los abuelos pueden constituir un refugio durante los difíciles años de la juventud. La revista Seventeen comentó: “Con décadas de experiencia en la vida, es posible que tus abuelos te ayuden a resolver los problemas mejor que los amigos de tu edad, quienes tienen las mismas inquietudes. Tú y tus compañeros están pasando por las primeras transiciones de la vida, pero ellos han hecho frente ya a muchos cambios. Las personas mayores son a menudo sabias e inteligentes”. Este consejo nos recuerda lo que dijo la Biblia hace siglos, a saber: “La canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia” (Proverbios 16:31).

Es cierto que tus abuelos tal vez hayan crecido en un mundo muy diferente al tuyo, pero puedes estar seguro de que en un determinado momento afrontaron justo los mismos sentimientos que te perturban ahora. Mientras que en tu caso dichos sentimientos son relativamente nuevos y desconcertantes, ellos han tenido toda una vida para aprender a sobrellevarlos (Proverbios 1:4). “¿No hay sabiduría entre los de edad y entendimiento en la longitud de días?”, preguntó el justo Job (Job 12:12). Desde luego que sí, y por esa razón, los abuelos suelen ser de gran ayuda cuando un joven necesita algunos consejos equilibrados, ánimo y apoyo.

Por ejemplo, Damaris vivía con su madre y su abuela en un apartamento en la ciudad. “Cuando mamá y yo teníamos problemas de comunicación —recuerda la joven— , la abuela nos ayudaba a resolverlos. Me enseñó a ver las cosas de otra manera.”

Alexandria pasó por una experiencia similar cuando su familia se mudó y tuvo que cambiar de escuela. “Mi nueva maestra era muy severa y de vez en cuando perdía los estribos”, relata. Sin embargo, aunque le fue difícil amoldarse al nuevo centro escolar, tuvo a su abuela de aliada. Ella la ayudó a adaptarse animándola a ver la situación de forma más positiva. “Ahora me gusta la escuela y la maestra”, señala.

Un chico brasileño llamado Rafael recuerda la ayuda que le prestaron sus abuelos cuando, al concluir la escuela secundaria, empezó a recibir educación suplementaria: “Me aconsejaron mucho en cuanto a las compañías y sobre cómo resistir la presión para tomar drogas”. Rafael sirve en la actualidad de evangelizador de tiempo completo.

En su libro Grandparenting in a Changing World (Ser abuelos en un mundo cambiante), Eda LeShan relata su experiencia: “Mi nieta me llamó un día y me dijo: ‘Abuela, mis compañeras me presionan y no sé qué hacer’. Algunas chicas de su clase intentaban convencerla para que saliese con chicos, pues había varios muchachos que la llamaban por teléfono”. Gracias a que su nieta recurrió a ella, pudo darle los consejos que necesitaba. Quizás tú también descubras que las conversaciones con un abuelo o abuela cariñosos son una fuente de verdadero apoyo moral.

A menudo, estos resultan de particular ayuda durante las crisis familiares, como las causadas por una enfermedad o el fallecimiento de alguien. Cuando una joven llamada Lacey perdió a su padre a raíz de una grave dolencia, su abuela la ayudó a sobrellevar el dolor. “Estamos más unidas que nunca”, dice Lacey.

Un vínculo de amor especial


Los abuelos suelen ser buenos oyentes y una fuente de consejo y apoyo


Es posible que la relación con tus abuelos también carezca, hasta cierto punto, de las tensiones que de vez en cuando se producen entre padres e hijos. ¿Por qué? Una razón es que, muchas veces, los abuelos y los nietos están unidos por un vínculo especial. La Biblia dice: “La corona [es decir, el motivo de orgullo] de los viejos son los nietos” (Proverbios 17:6).

Recuerda asimismo que son tus padres —no tus abuelos— los que tienen la gran responsabilidad de educarte “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4). Quizás por eso precisamente tiendan a ser más críticos que tus abuelos, cuyo papel en la familia es menos exigente. Además, estos normalmente no están agobiados por las responsabilidades y las presiones de atender a diario a una familia. Dado que tal vez no tengan que soportar ese grado de estrés, es posible que les resulte más fácil escucharte y prestarte atención. Tom, de 17 años, recuerda el interés que sus abuelos mostraron en él. Le enviaban “pequeños regalos cuando sacaba buenas calificaciones” e incluso le pagaban las clases de piano.

Por supuesto, no todos los abuelos tienen la posibilidad de hacer ese tipo de obsequios. Si ese es el caso de los tuyos, quizás aún te demuestren su interés alabando lo que haces, animándote o escuchándote con atención de vez en cuando. De esta forma pueden forjarse profundos lazos de amistad. Damaris dice respecto a su abuela: “Hace que me sienta a gusto. Puedo ir y hablar con ella en cualquier momento porque siempre está dispuesta a escuchar, aun si lo que digo no tiene mucho sentido”. Un joven llamado Jônatas también disfruta de una relación franca con sus abuelos, en la que hay cabida para hablar de asuntos serios.

Un intercambio


Ayuda a tus abuelos


Aunque tus abuelos pueden brindarte sabiduría y amor, también pueden beneficiarse de tu vigor juvenil y compañía. ¿Cómo? Bueno, tienes muchas formas de ayudarlos y apoyarlos. Es muy posible que su fortaleza física esté disminuyendo o tengan mala salud. Seguro que les anima mucho que les eches una mano con las compras y las labores domésticas.

Muchos abuelos o abuelas son viudos y a veces se sienten solos. Es probable que al interesarte sinceramente por ellos contrarrestes sus sentimientos de soledad y evites que pierdan las ganas de vivir. Mostrar dicho interés es una forma de obedecer el mandato bíblico de “seguir pagando la debida compensación a [tus] padres y abuelos, porque esto es acepto a vista de Dios” (1 Timoteo 5:4).

No cabe duda, estrechar la relación que tienes con tus abuelos puede enriquecer tu vida, al igual que la suya. Quizás no hayas estado muy unido a ellos hasta ahora, pero quieras cambiar la situación y no sepas por dónde empezar. Por otro lado, es posible que tus abuelos vivan lejos o que debido a la separación de tus padres te hayas distanciado de ellos. En un artículo futuro se darán algunas sugerencias prácticas en cuanto a qué hacer en circunstancias como estas

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